lunes, 1 de febrero de 2010

Escrito al margen



El profesor, visitado en su casa por algún alumno confundido, comenta:
"Es muy difícil ser como cualquier otro, ser un hombre común. La mediocridad requiere mucha cantidad de energía. Pero ser uno mismo es muy fácil, no tiene usted que hacer nada; no se necesita esfuerzo; no tiene que ejercitar la voluntad. No necesita hacer nada para ser usted mismo. Sin embargo, para ser otra cosa distinta de lo que uno es, usted ha de hacer un montón de cosas".
El comentario, citado luego en algún artículo de cualquier revista estudiantil, suscita variadas réplicas.
¿Por qué se debería entonces hacer lo difícil? No es algo que dependa de una elección determinada, ya que no existe quien decida. Es nada más que la inercia del comportamiento ajeno la que actúa por sí misma. (¿Quién piensa esto?)
Según Phanta, ser uno mismo equivale a elaborar una segunda personalidad, pero ésta no formada por la opinión ajena ni el comportamiento social, sino precisamente por una necesidad que viene de raíz. Actúas a la luz y esa misma luz te impide buscar un escondite a la sombra de lo artificial.



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Extraído de "Artes Visuales" de Artemisa Freeman - Editorial Ananda

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