Las cosas, mis queridos oyentes, han salido mejor que nunca en nuestro concurso de valores, que ha consistido este mes en "hacer algo que no sea tu jaula". El premio ha sido declarado desierto, por supuesto, y el auténtico ganador lo recibió automáticamente.
En cuanto al atascamiento del tránsito, motivo por el cual hubo participantes frustrados, sólo puede repetirse la máxima estoica: lo que no depende de ti, déjaselo al viento.
Tener el mundo a tus pies no abriga la más mínima importancia, oyente amiga, o amigo, sobre todo si te sostienen pies de barro. ¿Quién puede permanecer en medio de la impermanencia?
La pagoda de las migraciones está revestida de arenales amontonados por la esperanza. Los riesgos del augur, por más que entren y vuelvan a entrar en escena, son enviados de inmediato a la trilla de lo invisible, que es el país más visitado del mundo. Otra cosa: habrás notado que las ondas de radio tienen ese color tan despreciado del eco, que suelta con eficacia sin igual el signo completo de las abreviaturas hasta convertirlo en un latido único que anda recorriendo el dibujo sin empezar ni terminar de un sueño que sólo nadie puede soñar.
Ya hemos dicho que la pregunta te hace ilusionar con esa superstición, la de fugarte, cuando en realidad no vas a ninguna parte. Pero esta misma repetición es otro embuste (no hay nada repetible) porque te hace creer. Quizá creas que sabes, o acaso que no sabes, pero no importa qué.
Un sol que raja los techos bienpensantes nos depara el informe del clima pronosticado para hoy. Esto producirá goteras inevitables para el futuro. A fin de prevenir cualquier clase de problema, el Profesor Alerta, que atiende de lunes a viernes en Galería de los Desamparados, nos ha enviado alguna recomendación que debe tenerse en cuenta. En primer lugar, nos dice, siempre hay que llevar encima la sensación de que el amor y el presente son dos maneras de nombrar un mismo mundo. Y como elemento secundario, pero no por eso menos importante para llevar en la mochila de nuestro viaje de hoy, precisamente la consigna de no llevar ninguna mochila en esta caminata. Esto suele ser más sencillo de lo que parece y aquí tenemos una parva de cartas de nuestros oyentes, quienes nos envían mensajes entrecruzados de la más variada calaña. Voy a leer el primero que me caiga en la mano, aquí está, es de Solitaria Empedernida y dice: "Cuando todas las estrategias están fuera de control, apenas te resta una vecina o acaso un vecino para quedarte sin finalidad. Un abrazo anónimo, una despedida, un cierto modo de pasar a la categoría de nadie".
Les aclaro que aquí, en un rincón de la misiva, veo también (en letra chica) una recomendación para Sopa Fría, que días atrás le había mandado a través del éter, a Solitaria Empedernida, un mensaje admonitorio. Para quienes no lo recuerden, aquel mensaje de Sopa decía: "Ya te han dicho, desde la torre, que este avión caerá de un momento a otro". Y ustedes se preguntarán que le responderá la Solitaria Empedernida a Sopa Fría, pero eso lo diremos en un rato, porque aquí tenemos que recordarles que si van a la felicidad les conviene llevar sombrilla, como aconsejaba Ramón Gómez de la Serna, y que si quieren conseguir un paracaídas de los buenos, harían bien en visitar a Brunilda, la astróloga de los intelectuales, que atiende los jueves desde el mediodía hasta el atardecer en el jardín del segundo piso, Paseo de Compras Inesperado, esta semana en las afueras de la ciudad, hacia la zona del río.
Hay quienes dicen que para conocer el amor tienes que dejar de ser humano. Ellos también están al frente de su tienda de ventas en Samsara Feroz, el mercado de chafalonías venenosas, y suelen mezclar alguna moneda de valor con tanta moneda falsa.
Pero, además, no podemos olvidar que debajo de los escombros siempre uno puede hallar alguna ganga, como ésta, que le robamos al Gurú del Buen Humor: "Así como la mente no sabe confiar, el corazón no sabe dudar".
Aquí les habla Flora Espinosa y estamos en medio de "La Ley de Levedad", el programa menos pensado de Amanita Muscaria, la radioemisora del momento. Lucila Crown, una de nuestras fieles oyentes, nos ha enviado "El Fondo del Vacío", un poema que quizá leamos en alguno de nuestros valles líricos de este paseo por las ornamentaciones del viaje sin fin.
Tengo preparada para ustedes una de las canciones de Hildegard Von Bingen, con Claudia di Fabri y Lenny Thompson, más el Ensamble del Aire, pero antes me gustaría decirte que, si tú eres tu destino, tendrás la suerte del Rey Midas y todo lo que toques se convertirá en oro, pero un oro comestible (Ah, Midas, si supieras), un manjar de la mejor calidad, que se puede respirar, guardar como impresión en el fondo del vacío, paladear como helado de ambrosía o Amanita Muscaria, la radio de tus sueños, que aquí transmite desde la hora incierta de la luz recién repartida, ahora mismo, tan sólo para el Nuevo Mundo y su certeza de que la presencia es el rostro del amor. Por eso, escucha lo que voy a decirte: "Inventas ídolos, te matas por ellos y después, cuando te muestran tu locura, te pones más loca y además furiosa". Era el mensaje de Solitaria Empedernida para Sopa Fría, no lo habíamos olvidado, claro que no. Pero me avisan que Sopa Fría ya dejó por anticipado su respuesta, en sobre cerrado y lacrado, que aquí me alcanza mi secretaria. Veamos lo que dice: "Ja, ja. Tienes razón".
Esto sigue siendo la misma burla de siempre, amiga oyente, o amigo, sobre todo si no es más que una excusa para que pasemos la tanda de publicidad en forma de pastura imaginaria. Haz la prueba, trata de estar presente y lo verás. El Gurú del Buen Humor da clases de antifilosofía en La Otra Orilla, feria de vanidades suicidas donde suelen encontrarse algunos artículos de contrabando que hacen las delicias de Troche y Moche, dos de nuestros oyentes fanáticos, pero también algunos de los mejores artículos que se imponen con toda sencillez en la moda del momento. Los que no pueden escucharnos, porque viven en mundos imaginarios, no saben lo que se pierden.
__________________________________________________________
Extraído de "Samsara Feroz" de Vita Preziosa - Editorial Ananda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario