viernes, 26 de febrero de 2010

Construcciones mentales





Una persona cualquiera está acostumbrada a sentirse como un sujeto y considera al mundo como un objeto.
Esto es consecuencia de una educación que se le imparte desde el nacimiento mismo.


El niño recién nacido no es objeto ni sujeto. Cuando empiece a decir “yo”, cuando construya ese ente subjetivo que llamamos “yo”, también habrá de construir lo objetivo, el mundo.


Lo subjetivo y lo objetivo brotan ambos de la misma planta. Sólo supongo que no soy objetiva cuando me imagino que soy una conciencia encerrada en mi persona: algo así como una flauta que creyera guardar en sí misma toda la música del mundo. Y el mundo deja de ser subjetivo cuando lo pongo fuera de mi cuerpo y lo considero un objeto separado. Esta operación equivale a decir: “Yo y el mundo”, como si yo no fuera el mundo.
Cuando se comprende que todo esto es un juego de la mente, la falsa dicotomía desaparece.


El acto de comprender es la desaparición de la fantasía. Es lo mismo que ocurre cuando un niño se entera de que Santa Claus no existió jamás. No vuelve a creerlo.


Pero si escuchas que lo subjetivo y lo objetivo son construcciones mentales, probablemente no sea tan fácil de comprender.
¿Qué es lo que “yo” debo comprender?, quizá me preguntes. Así que la respuesta llega en forma de pregunta: ¿Quién es ese “yo” que quiere saberlo y que quiere comprender?



Si existe alguien que debería comprender, ese alguien ya se ha instituido como un ente separado del mundo. ¿Cómo haría para comprender que eso mismo, el concepto de estar separado del mundo, no es más que una fantasía?






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Extraído del libro "La Mirada del Zen" - de Flora Espinosa - Editorial Ananda


Pintura de Matthias Weischer- Egyptian - room

2 comentarios:

  1. Comprender es una idea. Cuando te quedas sin idea, ¿qué significa comprender?

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  2. Comprender, es mirar hacia fuera y ver que todas las miserias que llevan los otros nosotros también las cargamos encima .
    Decía Jesús: "Quien pierde su vida, la gana
    Entonces comprendemos que se es feliz en este mundo cuando hacemos felices a los demás, sin ideas con actos.

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