domingo, 28 de noviembre de 2010

Arquero y arco



Un proverbio de la tribu Ashanti aclara que “el arquero no vino al mundo con arco”. Y es aclaración ociosa pero harto necesaria, porque nuestro olvido más fuerte, el olvido de sí mismo, suele cubrirnos con un velo esto que a la vista está.
Disparatado en su comportamiento (basta con echar un vistazo al periódico de hoy o al noticiero de la televisión), el ser humano padece de civilización afiebrada, una enfermedad contagiosa y mortal cuya patología no figura en los libros de medicina ni de psicología, pero atesora como principal efecto el de cegar los ojos y aturdir los oídos, síntoma que invalida sus mejores esfuerzos hasta el ahogo por evidencia.
Por eso, el arquero anda buscando una diana donde clavar su flecha y así es como inventa una distancia entre lo que llama “el mundo” y él mismo, absurda disposición de un soñador en su lecho de nubes conceptuales. Primero inventas una separación entre “yo y el mundo” y luego te aplicas con esfuerzo, fervor y devoción a buscar armonía entre ambos conceptos. La evidencia te dice que mientras haya separación no puede haber armonía, pero tú estás mirando un paisaje distinto. Otro viejo proverbio asegura que “todas las olas pertenecen al mismo mar”, pero no te lo enseñan en la famosa escuela de la calle.
A todo esto, el arquero pretende un mundo en donde mostrar sus habilidades y su sapiencia, ejercicio de voluntad que lo encarama en un pedestal ilusorio, apto para contraer las más variadas alucinaciones, esto sin contar los estragos causados en una salud bombardeada por la locura orgánica.
Se cuenta que un día el ascensor de un edificio falló y dejó a varias personas atrapadas. Una señora vio un letrero en el que aparecían dos números telefónicos de emergencia, marcó el primero de ellos y explicó la situación.
Después de lo que pareció ser un silencio muy prolongado, la voz del otro lado de la línea (el famoso Anselmo Cataldo) respondió:
- No sé qué espera que haga por ustedes; yo soy psicólogo.
- ¿Psicólogo? – dijo la mujer -. Su teléfono aparece aquí como un número de emergencia. ¿Nos puede ayudar?
- Bien – dijo finalmente Cataldo en un tono mesurado - ¿Cómo se sienten ustedes, estando allí, atrapados en un ascensor?
Quedarse a vivir en la rutina es el deporte preferido del mamífero vestido. Es su mentalidad la que inventa este mundo dual, de color humano, y a partir de la división las soluciones se convierten en problemas y viceversa.
El mundo del Karma es el mundo de la dualidad. Karma significa acción y reacción. Pero el Dharma es el acto y el acto es la superación de ese mundo dual, está más allá de acción y reacción. El acto expulsa fuera de sí acción y reacción para seguir siendo el acto, es decir, lo inexistente. Si en el mundo del Karma el ascensor quedase atascado, la meditación no te libraría de haber quedado entre el séptimo y el octavo piso. Lo mejor, en estos casos, es conseguir que alguien te saque del ascensor.
Pese a todo ello, lo más disparatado de esta situación (para la mentalidad convencional) es que el Karma no existe. No es más que un mundo imaginario. Te pones a la orilla del océano y miras llegar una ola y otra ola. Y si quieres las puedes ir contando; una ola, dos olas, tres olas. Pero siempre hay un solo mar.
En apariencia, tú eres arquero cuando tienes el arco en tus manos. Pero eso es una figura creativa, un mero desempeño en el mundo de los fenómenos. Dejas el arco a un lado y te das cuenta de que no eres eso, sino que formas parte de una inteligencia no personal, así como la ola es un rulo del océano.


********************************************************


Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Esto no existe




¿Qué es esa unidad (no-dual) de la que hablan los maestros advaita desde hace milenios?
Si observamos la totalidad, aun desde nuestro faro de minúsculos observadores, vemos que ahora mismo todas las cosas se están transformando en todas las cosas y este cambio es permanente.
Es decir que la totalidad es algo que está cambiando y por lo tanto lo único que permanece es ese cambio.



En esta situación, el pobre observador trata de entender lo que está observando. Y así nos encontramos con esta frase de Nagarjuna: “Si todo lo que existe es impermanente, no existe impermanencia ni permanencia”.
Pues claro, lo único que tenemos a la mano es el instante actual, que no cesa de transformarse en otro para seguir siendo el mismo. Esto no tiene ninguna lógica y no tiene por qué tenerla.
Dejemos en claro que la lógica es nada más que un invento humano diseñado para la supervivencia del cuerpo de cada persona. Nada más que para eso. Quien pretende usarla para entender la vida, el universo y la conciencia se parece al que usa tenedor para tomar sopa.




Pero volvamos a Nagarjuna. Este hombre nos deja con nada entre las manos. Nada es permanente. Nada es impermanente. Nada es.
Por lo tanto, nada es todo lo que hay.
Este concepto no se puede aprender ni enseñar en las escuelas. No es algo que pueda transmitirse por televisión. Ningún libro, ni sagrado ni profano, lo puede contener.



Cito a Tony Parsons:
“De modo que esto es la nada siendo todas las cosas. Esto es ser. Todo lo que hay es el ser”.



También es válido traer aquí un comentario de Adyashanti, quien al hablar de su experiencia del despertar dice que la conciencia se despertó en él completamente “y saltó de cualquier identificación, incluso de la Unicidad”.
Claro está, si sólo existe la unicidad, no hay manera de que lo Único diga: “Yo soy lo Único”. ¿A quién se lo diría?



Lo interesante de Adyashanti es que continúa diciendo que, al ir más allá de la Unicidad, “seguía habiendo una conciencia básica, pero tenía dos aspectos diferentes: yo soy todas las cosas y yo no soy absolutamente nada”.
A esto le llama él, Adyashanti, “el despertar, la realización del Ser”.



Quedarse aquí, en este dios perfecto
del silencio, sin centro ni frontera,
más acá de la causa y del efecto,
del contacto fugaz y la quimera.


Quedarse a recorrer el infinito
que nos recorre y encontrar la meta
sin camino, sin fábula y sin rito,
sintiendo que la vida está completa.



Quedarse hasta sin meta, sólo siendo
lo que nos hace asir y ser la nada,
sin excusa ni atuendo ni remiendo,


creando más riqueza abandonada,
tan sólo siendo lo que aquí está siendo,
viviendo más acá de todo y nada.

Vita Preziosa



Los estudiantes del Advaita se topan, entonces, con algo que parece comprensible a simple vista y que es, al mismo tiempo, totalmente incomprensible.
“El mundo no existe”, repiten luego, llevados por las palabras de los maestros. “Tú mismo eres una ilusión”, agregan como si nada.
Pero la conciencia total, ese despertar al que alude Adyashanti, se sigue mostrando esquiva. “El mundo quizá no exista, pero yo tengo que ir a trabajar todos los días para ganarme el sustento – afirma el aprendiz -. Así que, ¿cómo podría yo afirmar que ni siquiera yo existo?”



Por más que lo diga la tradición milenaria de los liberados, yo sigo siendo yo (piensa el aprendiz) y no hay manera de salir de la ilusión.
Además, qué es eso de que el mundo no existe. Por más que quiera concretarlo, yo miro alrededor y veo el mundo entero, las cosas, los árboles, las montañas, los ríos, las nubes, las estrellas… ¿Qué significa todo esto?



Hace un tiempo estaba yo con dos amigos en el bar “La Ópera”, de Corrientes y Callao, en el centro de Buenos Aires. Hablábamos sobre Nisargadatta Maharaj y la cualidad de su enseñanza sin concesiones, radical y terminante. Uno de mis amigos, Gustavo, dijo que en algunos aspectos era difícil de entender. El otro, Dionisio, tomó entonces una cucharita de café y le dijo:
- Escuchá esto.
Dicho lo cual tintineó la cucharita contra un vaso vacío: tin.
- Sí, ¿qué pasa? – preguntó Gustavo.
Dionisio volvió a golpear la cucharita contra el vaso (tin) y dijo:
- Esto no existe.
- ¿Cómo que no existe? – preguntó Gustavo, alzando un poco la voz.
Dionisio insistió, golpeó de nuevo la cucharita contra el vaso (tin) y dijo:
- Esto no existe.
Gustavo se puso de pie ahí mismo, junto a la mesa, con ánimo belicoso y repitió: “¿Cómo que no existe?”, creando una sensación de inquietud explosiva. Yo miré alrededor de reojo y le toqué la mano a Gustavo:
- Pará, che, razonemos un poco.
Gustavo advirtió lo que estaba pasando y aceptó sentarse nuevamente, mientras decía:
- Está bien, razonemos un poco.
Así que nos pusimos a conversar sobre el asunto y, de mala gana, el pobre Gustavo tuvo que admitir que, realmente, aquel “tin” de la cucharita contra el vaso vacío era algo inexistente.




La gente espiritual puede resultar la gente más violenta con la que puedas encontrarte. Principalmente, es violenta consigo misma.
Intentan controlar su mente, sus emociones y sus cuerpos con violencia. Se enfadan consigo mismos y se castigan por no alcanzar la idea (de la mente condicionada) respecto a lo que ha de ser la iluminación. Nadie se libra nunca totalmente de esa violencia. ¿Por qué tan pocos son realmente libres? Porque tratan de acomodar sus ideas, sus conceptos y creencias a sus mentes. Intentan concentrar su camino hacia el cielo… pero la Libertad tiene que ver con el estado natural, con la espontánea expresión de ser sin conciencia del “yo”.
Si deseas hallarla, date cuenta de que la idea misma de “alguien que controla” es un concepto creado por la mente. ¡Da un paso atrás hacia lo desconocido!


Adyashanti



El recurso usado por mi amigo Dionisio Mayor era muy bueno. Realmente, el “tin” es poderoso. La escena que armó en un rato fue algo así como “teatro zen”.
En cuanto al “salto” que dio Gustavo, podríamos decir que fue un salto de lo inconsciente a lo consciente, pero tan brusco que se sintió perdido. El “tin” de la cucharita no existe. Pero si admite que eso no existe, está aceptando también que nada existe. Incluido él mismo.



La ilusión de ser “alguien” es fuerte. Queremos controlar la vida, como dice Adyashanti. Y no sólo eso. Queremos que la vida sea tal como queremos. Por eso, admitir que ni siquiera “yo” existo, es prácticamente lo mismo que morir.
“Yo” es nada más que una entidad imaginaria, un “alguien” mental, una persona que quiere hacer lo que se le antoja y pretende que la vida no se oponga. En suma, alguien que cree estar separado de la vida y que lucha contra la vida, para lograr que la vida satisfaga sus deseos.




Esa es la condición del aprendiz que visita al maestro advaita. El aprendiz lo sabe todo, pero no quiere abandonar su capricho de doblegar a la vida. “Tengo que obtener lo que deseo”, tal sería su meta. Y por esa meta, sacrifica todos sus esfuerzos y vive luchando contra la vida, esperando que la vida de una vez por todas satisfaga sus deseos.
Y eso es todo. El aprendiz lo disfraza de búsqueda, de difícil estudio, de sacrificio, de miles de maneras. Pero los disfraces se caen en cuanto vemos cuál es el famoso impedimento para ver las cosas como son: sencillamente, el aprendiz no quiere verlas.

***********************************************


Extraído del libro "El Amor es Todo lo que Hay", de Furia del Lago - Editorial Ananda

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un Vistazo



El simple ser no tiene nombre ni apellido porque, vaya a donde vaya, está siempre en su casa.



Cuando le haces un hogar al mundo en tu corazón, tú tampoco tienes a dónde ir y ambos desaparecen en la revelación del momento: la eternidad despierta.




Llegues a donde llegues, todo es un adiós. Vives la paradoja de estar donde no estás.
Desde la eternidad, la única mirada está viendo a través de tus ojos cómo aparecen y desaparecen las ilusorias obras del ilusorio tiempo.
“Quédate aquí y echa un vistazo”, te dice.


**************************************************


Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda
---------------------------------------------------
Foto: Las Dos Sofías (Autorretrato Doble)

viernes, 19 de noviembre de 2010

Después del baile



Una de las famosas trampas de los budas consiste en hablar de la Verdad como si fuera el país de la Luz Eterna.
El atribulado curioso (persona que se disfraza de samurai, bonachón o devoto con la misma vulgaridad) bailotea sin descanso entre la mentira y la verdad, tratando de distinguir una de otra.
Alguna de esas noches, el curioso se queda dormido en plena meditación y sueña. Sueña con un lugar inefable donde se encuentra con el buda tramposo, quien le dice: “La verdad es una sola”.
Entonces, el curioso despierta y descubre que ha estado corriendo detrás de un horizonte con forma de idea.
***************************************************
Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 14 de noviembre de 2010

Con un Dedo en la Arena





Wayne Liquorman – De modo que una persona no puede decir: “De acuerdo, voy a renunciar. Voy a ser simplemente Eso”. Si pudieras, ¿no lo habrías hecho ya?
Interlocutor – Quiero oírtelo decir a ti (Risas).
WL – Por supuesto que lo habrías hecho. Todos los que están en esta habitación lo habrían hecho.
I – Del mismo modo que no tenemos opción respecto a estar aquí en este momento contigo, ¿no es así?
WL – Correcto. Simplemente no teníais una oferta mejor (Risas).




No tienes una oferta mejor que la de estar aquí. Ninguna otra, en realidad. Esto que llamas “aquí”, en realidad, eres tú.
Se trata, claro está, de una descripción exageradamente vaga.
Y sin embargo, completamente certera.




Ya eres Eso, así que, ¿cómo vas a renunciar a lo que no eres?




Con su dedo en la arena, raudamente,
nos deja su inscripción el gran profeta:
“Si amas al perro, deberás también
amar sus pulgas”. Sabia descripción
de tu paso por este mundo sabio.




(“¿Acaso estás usando la ironía
para mirarte en el espejo mágico
de tu historia?”, pregunta la figura
que con tus ojos mismos te divisa
desde la piel del río que te sueña)





Esta es la libertad: palabra hueca
y sin embargo llena de sentido
cuando te dejas saborear por ella.


Vita Preziosa





En cierto modo, parece como si estuvieras en medio del bosque de la vida y tuvieras que aprender un idioma nuevo. Pero eso es otro engaño del personaje que usurpa tu energía. Eso que llamas “yo misma”.
Mira, no tienes que aprender ningún idioma nuevo, tienes que recordar el idioma en el que está escrita la vida.




Cuando digo
que “Eso eres tú”,
estoy diciendo
que no hay ningún “tú”
por ninguna parte
y que Eso es todo.

Dionisio Mayor





Esto es lo más raro de todo. Un fantasma se aparece en tu sueño y te avisa que estás soñando. De pronto, en medio de los recovecos de una historia sin tiempo, te encuentras con esta revelación: ese fantasma eres tú mismo.
Oh, caramba, estás despertando.
Tú no eres tú. Sólo existe el increíble milagro de ser, simplemente ser, sin forma ni nombre.






Un día, Anselmo Cataldo estaba de pie subido a una silla, tratando de acomodar unos trastos en una repisa alta. Se acercó entonces uno de sus discípulos y le dijo:
- Maestro, creo que por fin he comprendido cuál es la esencia del camino.
- ¿Ah, sí? – le preguntó Cataldo - ¿Y cuál es?
- De entre dos posibilidades, hay que elegir la más difícil.
En ese momento, no se sabe si a propósito o por casualidad, se cayó de lo alto del estante un jarrón de cerámica. El discípulo consiguió atraparlo al vuelo y se lo alcanzó a Cataldo, pero él, en lugar de recibirlo, se quedo mirando al joven a los ojos y le preguntó:
- ¿Y? ¿Qué era más difícil, dejarlo caer o atraparlo?



********************************************************


Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

martes, 9 de noviembre de 2010

La Aurora en el Bosque




Los bosques de la aurora te seducen
con un rocío de acontecimientos
que están tomando examen:
“A ver, alumna, pase al frente y diga
los nombres que el paisaje le sugiere”.



Pero pasas al frente y, de improviso,
te asalta un aire como de entusiasmo,
ese mismo sabor
de la infancia jamás contaminada
por la Escuela Modelo.



“Este paisaje tiene olor a vasta
pregunta sin respuesta”,
dice una voz que finge ser la tuya.
Aurora, la maestra,
quiere saber cuál es.
“Me pregunto qué estoy haciendo aquí”,
le dices mientras vas a la cocina
a prepararte un regio desayuno.

Vita Preziosa









Juana López - ¿Cuál es el significado de la no dualidad?
Phanta Boyd -Ay, amiga, estás buscando para no encontrar lo que buscas.
JL - Hablo para no ver.
PB - Preguntas y eres la respuesta.




Sólo hay una Verdad
y mientras andes buscándola
a través del bosque del buscar
cuida de no chocar contra un árbol.
Ese golpe en la cabeza
puede que te recuerde
que todo es Dios.
Eres como el morador de un bosque
que busca el bosque.
¿Qué ha de hacer?
Escucha, amigo,
cómo se cuartean las hojas bajo tus pies.
Es una invitación personal
para que recuperes la cordura.
¿Has pensado alguna vez
que estás buscando a Dios
a través de Sus ojos?


Adyashanti





Te empeñas en traducir las palabras de tu vecino para que puedan ser leídas en tu lenguaje particular y puedan jugar con las muñecas de tu hogar a inventar una persona que no necesite del aire para respirar ni del llanto para creer.
Pero he aquí que te viene a visitar tu vecino, en sueños, para decirte: “Ni tú ni yo existimos”.
¿Conoces el idioma en que está dicho, traductora?




Abres los ojos cuando ves el sueño
que te sueña. ¿Lo quemas
en el incendio de tu luz? Es eso
lo que tanto pregunta la fogata
que provoca el albur de la mirada.

Vita Preziosa






Psicóloga experta en tartamudos, Phanta Boyd explica que se les traba la lengua cuando su interlocutor no está escuchando.
Juana López - Si es así, Dios es el Gran Tartamudo.
Phanta Boyd - Y, sin embargo, dicen que el lenguaje de Dios es el más fácil de entender.
Juana López - Porque es único. En cambio aquí, en Babel, cada cual habla un lenguaje distinto.




Esto no es para comprender; se trata de caer en el misterio.

Jeff Foster




Phanta Boyd - En el camino de la vida, cada cual es un poeta que está escribiendo un poema. No es que sea el “autor” del poema, sino tan sólo el amanuense de una vida que no puede ser dos, puesto que es totalidad y al mismo tiempo nada. Y cuando digo nada estoy diciendo que la vida no puede ser objeto, ninguna clase de objeto, ni siquiera de la imaginación. La vida no es humana, ni perruna, ni sobrenatural. ¿Qué es la vida? Esa pregunta es humana.
Juana López - ¿Quiere decir que yo no soy humana?
Phanta Boyd - Bueno, eso es algo que está a la vista, ¿no es así?


*******************************************************


Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 6 de noviembre de 2010

A dónde ir




Con su Diccionario de Sueños en la mochila, Pobre Curioso avanza por un camino pedregoso rumbo al Jardín de las Delicias.
A un costado del camino, una niña está sentada sobre una rama. El curioso, por supuesto, la mira directamente a los ojos. Y la niña dice:
- ¿Andas en busca de una solución?
Pobre Curioso abre de inmediato el diccionario en la letra “S” y busca la palabra “solución”. Resultado: “Imaginario despliegue de energía que permite descubrir que el problema nunca existió”.
Esto llena de perplejidad a Pobre Curioso, quien susurra para sí mismo: “Entonces la solución tampoco existe”.
La niña, en silencio, ha bajado de la rama y le sonríe. “Se diría que su sonrisa me está corriendo por las venas”, piensa él.
El camino ha desaparecido, por cierto. Ya no tienes a dónde ir, curioso.


*****************************************************************


Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

----------------------------------------------
Foto: El bosque y Selene