martes, 19 de enero de 2010

Hsuang Pu King (El libro del Sello del Misterio)



El taoísmo entronca con lo más lejano de la
tradición china. Su sencillez aparente proviene
de otro mundo, práctico y enemigo de las
fantasías, que muy pocos han osado visitar.
Del taoísta Kung Tien se han conocido en
Occidente sus poemas del Hsüan Pu King (algo
así como "Libro del Sello del Misterio"), pero sólo
parcialmente. Damos a conocer aquí un
fragmento de ese libro. Sus poemas, a veces
oscuros y otras de una transparencia etérea,
danzan la inmemorial música
del yin y el yang, el tai chi.

1.-
La palabra es ladrona de sorpresa:
de lo intangible nutre su fulgor
y al secreto del fuego roba el fuego.
La palabra perdura en lo fugaz;
el impulso en silencio.
Y cuando la sorpresa
se inflama en el secreto,
resplandece el misterio.
¿De dónde viene el fuego que se enciende
y dónde permanece al apagarse?


2.-
El instante es perfecto.
No carece de nada; pero le falta todo.
Y esta faltanza de sí mismo le abre
de otra oportunidad la misma puerta.
Si no se puede imaginar la propia
muerte, sino vivirla,
morir es imperfecto, porque nace
de su perfecta muerte.
Sólo el cambio no cambia.
Quien es capaz de transformarse puede
permanecer intacto en donde está:
la imperfección perfecta del instante.

3.-
Necesitamos ignorar, si acaso
queremos conocer.
Pero para ignorar es necesario
conocer. Porque, ¿cómo
se podría ignorar, sino en el límite
de lo que se conoce? ¿Y cómo puede
conocerse sino en el borde mismo
de lo que es ignorado?
Por eso, en la frontera
de lo que se conoce y lo ignorado,
la brecha del misterio
los amarra y mantiene separados,
por ellos es envuelto y los envuelve.


4.-
Lo aparente no puede descubrir
dónde queda el desliz.
Y no ha de conocerlo sino al darse
su desaparición.
La palabra silencio no es silencio.
Y es desaparición lo que aparece
cuando en la transparencia se sumergen
la llamada y el eco.
La transparencia no resiste a nada,
ni encuentra resistencia.

5.-
Sólo el vacío sabe
lo que es la plenitud,
pero no sabe cómo es que lo sabe.
Lo conocido es nada más que un nombre
de lo desconocido.
Y así, si la sorpresa está en secreto,
en ambos el misterio permanece.
Este desconocer lo conocido
es lo que no se puede conocer.

6.-
Buscar la plenitud
es caer en la falta.
¿Dónde ir a buscarla que no esté?
Sólo el vacío encuentra plenitud.
El que busca no encuentra.


7.-
Lo que es nuevo deviene inexplicable
en cuanto se le busca explicación,
porque sólo en sí mismo la contiene
(y no es otro el secreto del secreto).
Unicamente es viejo
lo que se manifiesta.
Puede que un nombre tenga, o que ninguno,
lo que no es nuevo ni tampoco viejo.
Pero jamás le puede dar alcance
la palabra: su impulso le construye
la forma en donde está su destrucción.

8.-
Los antiguos decían:
"flecha es la fuerza y el poder el arco".
Por eso el que se abstiene permanece.
No busca resultados,
salvo de resultados abstenerse.
No llama la atención, pero la presta.
Su don es la abstinencia,
el adiós su cosecha.
Es del cielo que aprende la abstinencia.
Y así deja que el viento
se devore a sí mismo.

9.-
La fuerza expande y el poder concentra.
Pero el poder acrece
cuanto más disminuye.
Y la fuerza es más débil
cuanto más se despliega.
Así, el poder en fuerza se transforma
cuando la fuerza sin actuar se queda.
Poder es actitud, fuerza es acción.
Pero el acto resquicia en el misterio.

10.-
Oír desde el silencio no es lo mismo
que oír contra el silencio.
No hay sonido que al irse
no retorne a su sitio,
ni viento que no vuelva.
Entre el sonido y el silencio late
la música increada.



Extraido de "Hsuang Pu King" de Kung Tien - Editorial Ananda

1 comentario:

  1. porfa! donde puedo conseguir este libro de kung tien? me encantaria que me contestaras; espero tu respuesta..PLEASE!!

    ResponderBorrar