viernes, 1 de enero de 2010

Flauta de bambú





Uno no se torna inactivo cuando carece de ego. Ni cuando no hay pensamiento. Al carecer de ego sólo desaparece la idea del "hacedor". La acción se ofrenda al Todo y fluye con total impulso. Un río fluye y no hay ego. El viento sopla y no hay ego. Las flores florecen y no hay ego. Y exactamente de la misma manera, todo se realiza a partir de un centro vital espontáneo y carente de ego, en el que no se forma la sensación del hacedor.
Así que cuando esta mañana dije que el ego de Arjuna se ha convertido en su tortura y sufrimiento constante, no quise decir que cuando abandone su ego sus acciones cesarán. Y cuando he dicho que el pensamiento crea preocupaciones para el hombre y que su mente debería tornarse sin pensamientos – ir más allá de las preocupaciones – no quise decir que una mente sin pensamiento deje de poder hablar o actuar, o que deje de poder expresarse a sí misma.
No se trata de eso. La mente sin pensamientos se hace hueca como una flauta de bambú. Las canciones fluyen a través de ella, pero no son de su propiedad, sino de propiedad divina. Los pensamientos se manifiestan, pero no son sus propios pensamientos, sino los del Todo.
Una mente así se ofrendará al Todo. No sólo dirá lo que el Todo le haga decir, sino que sólo hará lo que el Todo le haga hacer. El meollo del "yo" se desintegrará, y con su desintegración desaparecerán la ansiedad y la angustia.

Osho – Guerra y Paz Interiores

No importa lo que hagas o dejes de hacer. La acción se manifiesta por sí misma. Y eso que se manifiesta no es alguien personal (algo que llamas "yo mismo"), aunque pase a través de ti.
La vida entera es una sinfonía que se manifiesta a través de distintos instrumentos. La persona con la cual quieres identificarte no es más que un instrumento de la orquesta humana y de la gran orquesta universal. Pero un instrumento que quisiera atribuirse la autoría de la música que está sonando sería una especie de arrogancia de una ridiculez sin límites. Imagínate un violín que pudiese hablar y dijera: "Yo soy el autor de esta sinfonía". A lo sumo, tú puedes prepararte para ser digno de que la música se manifieste a través de tu persona. Y si no estás preparado, si no eres digno, entonces la misma música que debería sonar a través de ti terminará por destruirte.
Pero tú (supongamos) quieres tener una cuenta bancaria, comprarte un coche de lujo, tener una casa con piscina y hacer negocios estupendos. O simplemente quieres dedicarte a pintar cuadros y no trabajar. O acaso quieres ser feliz, no importa cómo y sin tener en cuenta que toda felicidad viene como una cara de cierta moneda, cuya otra cara es la infelicidad.
En fin, sea como sea, quieres hacer lo que te plazca, pero que sea obra tuya, de tu propiedad. Con respecto a esa meta de hacer "lo que te plazca", no hay problema. Todo el mundo lo hace. Pero que sea obra tuya, eso es imposible. Ya lo verás.

Furia del Lago

"Nunca has ido a ninguna parte"

(Reflexiones sobre las enseñanzas de Osho)

Editorial Ananda

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