jueves, 18 de marzo de 2010

El buscador es el ego



(Apuntes de un diario personal)



La meta de “quedarse en silencio”, anhelada por el buscador, es tan ficticia como tocar el horizonte.
El buscador no puede quedarse en silencio porque su existencia imaginaria consiste en un ruido conceptual que quiere negar el silencio.
El silencio no tiene significado ni tiene sentido. Es vida pura viviendo por vivir. El buscador, en cambio, busca una vida propia, y eso es lo que tiene “sentido” para él. Y puesto que busca una vida propia, no quiere morir. Sin embargo, difícilmente confiese que pretende la inmortalidad. Probablemente diga que quiere “la liberación”. Y entonces le replican: “¿La liberación de quién? Quédate en silencio”. Por lo tanto, el buscador sigue buscando. Ahora busca métodos para quedarse en silencio.
Claro está, si el buscador queda en silencio, descubre que el propio buscador no existe. ¿Quién queda en silencio? Sólo el silencio puede quedar en silencio.



El buscador es una ficción. Su origen es muy simple. Un niño se aleja unos pasos de su casa, en plena noche. Descubre que la noche es oscura, que en ella no puede dar un paso cierto y que aparece el sentimiento de temor. Entonces, el chico se pone a silbar. Así de simple. Silba una tonada y va tratando de calmarse.
Otra noche en que se aleja un poco de casa siente de nuevo el mismo miedo y entonces habla consigo mismo. Así va tapando el silencio. Así niega el presente (el silencio) y se inventa una tonada que niega el presente (el ego).


El niño está acostumbrado a su casa. Aquí uso el término “casa” como analogía de “Lo Conocido”. El niño se acostumbra a lo conocido, a lo repetido, a lo que ve todos los días, a lo que escucha a cada rato, a la rutina de hacer determinadas cosas una y otra vez, según las enseñanzas de mamá y papá.
Apenas sale unos pasos fuera de casa se topa con algo que no conoce. Y no sabe cómo manejarse con eso. Le da miedo.
Pero pongamos esto en claro: la división entre lo conocido y lo desconocido es puramente humana. Es un mecanismo mental. ¿Conocido para quién? ¿Desconocido para quién?
Alguien supuestamente conocido, al que llamo “yo”, acopia un conglomerado de sus experiencias personales y sus conocimientos. A eso le llama “yo”. Es decir, se hace una imagen de sí mismo.


Ahora bien, el niño que silba y que habla consigo mismo, ¿consigue abolir la noche?
El ego que parlotea con su espejo mental todo el tiempo, ¿consigue abolir el silencio?


El “yo” surge como instinto de supervivencia del cuerpo. Tengamos en cuenta que el organismo humano es un cuerpo separado de otros cuerpos. Pero no es “vida separada de la vida”. Ahí reside la confusión.
En el terreno de los fenómenos, cada cual tiene su rostro distinto de los otros rostros y cada uno tiene un cuerpo que funciona como una totalidad orgánica.
Pero el terreno de los fenómenos es nada más que un mundo limitado y en el caso d este mamífero llamado ser humano es nada más que vida animal. Repito: limitarse al mundo de los fenómenos es limitarse a ser nada más que un animal.


Dicho así, queda en claro que vivir sometido al mundo de los fenómenos sería como quedarse encerrado en una jaula para siempre.
Esa jaula se llama “ego”.



El ego es eficaz para conservar “mi vida”. Pero resulta que, en realidad, yo no tengo una vida que sea “mía”.
Vaya contradicción. ¿Qué es lo que quiere conservar el ego? “Mi vida”. Pero no existe una vida separada de otras vidas. La vida es entera. Es No Dualidad. Mientras quiero sostener al ego, estoy viviendo la ficción de una “vida propia”.


Los problemas surgen cuando una persona determinada descubre que no es inmortal. Ahí el ego se viene abajo. ¿Para qué sirve tanto esfuerzo y tanta locura si tengo que morir? La pregunta es inevitable. Puesto que la pregunta se la formula el mismo ego, ahí aparece el “buscador espiritual”.
Jesús de Nazareth dice que el alma es inmortal. Nisargadatta Maharaj asegura que la muerte no existe. El Buda también lo asegura. Entonces (piensa el ego) tengo que buscar eso.
El buscador es un producto del ego, es el ego mismo. Sigue buscando no morir.


Veamos entonces con qué se topa el buscador. Uno de ellos adepto al budismo, fue a visitar a un maestro Zen y le preguntó: “¿Cuál es la vía que conduce a la liberación?”
“¿Escuchas el fluir del arroyo?”, le preguntó el maestro, sorpresivamente.
“Sí”, respondió el visitante.
“Bueno, ésa es la vía”.


Escuchar significa que eres silencio. No eres Fulano de Tal ni tienes una vida propia. Eres silencio. La vida entera es silencio. Se manifiesta como miríadas de formas, cuerpos, procesos, fenómenos… Pero es silencio. Al igual que los sonidos aparecen y desaparecen para mantener el silencio, los fenómenos surgen de la vida y se disuelven en la vida.
En primavera, al árbol le brotan flores. Luego las flores desaparecen y el árbol continúa en su sitio.
A la vida le brotan fenómenos. Esos fenómenos nacen y mueren, pero la vida no nace ni muere.


El ego inventa una dualidad ficticia: la vida opuesta a la muerte. Tal dualidad no existe. La inventa porque el ego, cuando piensa en la vida piensa en “mi vida”, una existencia propia. Entonces dice: mi vida tiene un enemigo, la muerte. Como si su vida ficticia estuviera en un extremo y la muerte en otro.
Pero visto desde el silencio, una persona está viviendo en una dualidad ficticia distinta: lo que nace y lo que muere. La muerte es opuesta al nacimiento, pero es el mismo fenómeno. El instante nace y muere al mismo tiempo, pero la vida es permanente.


El ego es la negación del presente, la negación del silencio. Cuando el adepto Zen visita al maestro, éste le dice que escuche el sonido del arroyo. El arroyo es un símbolo y también es el momento presente. El arroyo nace y muere al mismo tiempo, el presente también.


“Escucha”, le dice el maestro. Sólo el silencio puede escuchar. Este silencio es la materia prima de la vida. En el silencio no hay conceptos ni experiencias. Yo puedo estar escribiendo esta frase, pero yo no hago nada. Ni siquiera respiro por mi propia cuenta y mucho menos soy la que hace palpitar mi corazón. No soy más que un instrumento que está escribiendo lo que le dicta el silencio.


Alguien le preguntó a Ramesh Balsekar si “podemos conocer Eso que era antes de la conceptuación o sólo podemos ser Eso”.
Ramesh respondió: “Sólo podemos ser Eso e incluso eso es un concepto. (Risas.) En otras palabras, lo que estoy diciendo es justamente lo que dijo Ramana Maharshi: “No ha sucedido nada, no ha habido creación”. Observemos que si aceptamos eso, lo que queda es silencio, ausencia total del funcionamiento de la mente. Ese silencio es lo único que se ha de conocer. Todo lo demás es un concepto”.


La vida es eterna porque no nace ni muere. Fulano de Tal es mortal porque ha nacido. Pero también esto es una ficción. Supone que ha nacido. Fulano piensa que es alguien, cuando en realidad ese “alguien” ha sido inventado como el silbido del niño, para caminar sin miedo por una noche donde no hay luna.


Como analogía, puedo usar esta imagen: el silencio no nace ni muere. La nota musical nace y muere al mismo tiempo. Ni siquiera existe. O, mejor dicho, su existencia consiste en no existir.
Juan y María son dos notas musicales en el concierto de la vida. Parece que existen, pero no existen. Su existencia consiste en no existir.
El silencio se nos muestra al revés: parece que no es, pero es lo que es.


“Ah, perfecto, entonces lo que yo quiero es quedarme en silencio”, piensa el buscador. Después de todo, lo que busca es ser inmortal.
Pero es imposible.
El buscador es un negador de silencio. Su existencia ficticia consiste en taparse los oídos.


El buscador ha inventado un propósito para la vida: la vida debe tener sentido. Por supuesto, ya hemos visto “para quién” debe tener sentido. Para mí. Para el desesperado buscador que no quiere morir.


Cuando llegamos a esto, veo que el buscador me hace creer que yo soy un organismo humano. Eso es absurdo. Yo soy vida, no mujer ni hombre.


Simplemente, tienes que preguntarte qué eres: ¿la gota de agua o el agua de la gota?

Raimon Pannikar



Eres conciencia de ser, pero prefieres ser alguien importante, destacado, distinguido y separado. Ahí es donde comienzan los problemas. Si un adolescente piensa de ese modo, lo encontramos inevitable. Tiene que adquirir una personalidad autónoma, que le permita desarrollarse en forma independiente, dejar de ser un parásito de los padres. Pero cuando una persona que ha llegado a la edad adulta continúa comportándose como un adolescente, entonces está en problemas. El robot se ha devorado a su inventor, el ego se ha posesionado de la persona.
¿Cómo ha sucedido esto? ¿De qué manera el ego se ha posesionado de tu persona? Para responder a esto, es necesario comprender que el ego es un mecanismo diseñado para negar a la conciencia de ser. Estás aquí y ahora, pero el ego te hace viajar por cualquier otra parte: el pasado, el futuro, tus ilusiones, tus deseos, tus creencias y tus sueños. Y la costumbre de negar el presente, de no estar jamás aquí y ahora, termina por hacerte creer que eres alguien con el poder de ser lo que no eres.


Vita Preziosa (“Verse sin Espejo”)



El Buda me avisa: “La forma es el vacío, el vacío es la forma”. Visto esto, puedo decir: Entonces esta forma que soy está para mostrarme que soy vacío. Y este vacío que soy se adapta a cualquier forma, clima, paisaje o circunstancia. Si me pongo a pensar en la muerte de la forma, me digo: “No sé lo que pasará”. Pero después de todo, jamás lo supe, ¿no es así?


El ego es el inventor de una fantasía: una vida propia. Una vida supuestamente separada de la vida.


Cuando Moisés encuentra en el monte la zarza que arde sin consumirse, le pregunta quién es. “Yo soy el que soy”, le responde la zarza. En otras palabras: “Yo Soy Lo Que ES”.


No existe concepto que pueda encerrar en ningún significado a la vida. Por eso Jeff Foster la llama “La Vida Sin Centro”, que quiere decir “la vida sin concepto”, la vida sin sentido ni propósito.
No existe idea que pueda imaginársela, no existe palabra que pueda nombrarla, no existe cajón donde puedas guardar el vacío.


“El Tao que puede ser nombrado no es el Tao”, dice Lao Tzu. Menuda forma de hablar del silencio.


¿Qué concepto cae como una gota de lluvia en el mar?
El que, aunque sea en voz alta, pronuncias desde el silencio…

Flora Espinosa




Todo es vacío, aunque tenga forma.
No importa si es la ley que han mencionado
los vedas o si de la sacrosanta
física cuántica la luz proviene
que puede iluminar esta certeza.
Todos ellos profesan el principio
de incertidumbre, vaya paradoja.
Por eso no haces nada, sin que importe
lo que hagas ahora: nada siembras
y es nada tu cosecha. Tienes prueba
por demás en ti mismo. Tú eres obra
de la gracia que ignora tu apellido
y en tu rostro fabrica el escondite
para el suyo. Preguntas qué sentido
debes darle a la nada. Te respondo
con ese piano que tremola ritmos
desde un disco engendrado en el vacío.
Dime tú qué sentido tiene tanto
vibrar de melodías y verás
cómo has dejado de escuchar la vida.


Vita Preziosa



Cuando yo era niña, en los velorios la gente decía: “No somos nada”. Y yo, con mi cabecita de infancia, no lograba entender. Me preguntaba qué quiere decir “nada”.
Ahora lo sé: esto que aquí está presente es nada. Todo es Nada. Pero eso no puede ser pensado. Es la revelación de la presencia que aquí mismo se muestra como ausencia. Es la esencia. ¿La esencia de qué? La esencia del Ser, la esencia de la Esencia. Vivir por vivir. La vida porque sí.


Pero el buscador insiste: “Yo quiero comprender”, argumenta.
Veamos, responde la vida; eres una nube y quieres comprender el cielo. Sólo tienes que disolverte.
Ah, no. Eso sí que no.


Cuando se habla de “comprender” pasa eso. Una hormiga pretende comprender cuál es el significado del Universo entero, de la vida entera y de la Eternidad de cabo a rabo.
Genial. Como si el infinito estuviera desde siempre esperando que Juan viniese al mundo para darle un significado, o para que María le encuentre un sentido a “su vida”. Es más, como si la eternidad y el Universo y Dios hubieran decidido darle a Juan una “vida propia”.


Visitante – Lo cual plantea otra pregunta. ¿Es también la iluminación un concepto?
Ramesh Balsekar – Sí, lo es. ¡No sólo es un concepto, sino que la Realidad también lo es!



Cuando se comprende que la Realidad es una interpretación que hacemos, se pierde la importancia.

Don Juan Matus




Dentro de este paisaje, vemos al buscador que pretende “quedarse en silencio”. ¿Para qué quieres quedarte en silencio si eres el silencio? No hay nada que buscar, el silencio está aquí y ahora, tú mismo estás sumergido en el silencio porque eres el silencio.
“Ah, no. Yo no quiero morir. Y si dejo de buscar, es como si me hubiera muerto”, argumenta el ego.
Respuesta en forma de pregunta: ¿Para qué quieres ser inmortal si ni siquiera existes?



Si se mira bien, he puesto “buscador” en una frase y “ego” en otra. No hay dos. Estoy hablando del mismo aparato imaginario, el que nos hace creer que tenemos una vida propia.
El ego es el buscador. El que impide que el silencio se revele como iluminación, el que no permite que el silencio se nos muestre como la zarza que se incendia sin consumirse.

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Extraído de "El Buscador es el Ego", de Furia del Lago - Editorial Ananda

20 comentarios:

  1. Hola, Furia.
    Después de leerlo detenidamente, se me ocurre que esto es un buen curso para mejorar la autoestima (pero al revés, claro). No para inflar el ego, sino para desinflarlo.
    ¿Queremos ver al ego? El problema es que si lo veo se disuelve y si eso es lo que ocurre, entonces me convierto en nada de nada. Ya sé que está mal dicho, no me “convierto”, puesto que ya soy eso.
    Cuando Moisés visita el Monte, escucha una voz que le dice: “Quítate los zapatos porque estás en tierra sagrada”, o algo así. Según esto que cuentas aquí, Furia, esa tierra sagrada es la del silencio. Pero si quedo en silencio, eso no es “nada de nada”, como acabo de suponer. Por el contrario, es la riqueza de la fuente. De todas maneras, estoy hablando de un lapso tremendamente corto (hablo en términos de tiempo sobre “algo” atemporal). En seguida vuelvo al parloteo interno. El miedo me trae de retorno a lo conocido.
    En cuanto a lo que dices, primero me invento una vida “propia” y después pretendo defender mi “propiedad”. Una ilusión detrás de otra. Verlo es liberador. Pero el cuerpo tira para abajo y esa visión no perdura. No quiero sacar el problema “afuera”, pero creo que el contacto excesivo con las historias “mundanas” y los problemas sociales quita demasiada energía.
    En fin, estoy pensando en voz alta. Igual, leo y releo estos apuntes tuyos y creo que en la soledad todas estas reflexiones pueden nutrir.
    Un abrazo….

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  2. Mi alma, Furia!! Un escrito entre devastador y sublime. Devastador para las pretensiones del ego-buscador pues se queda sin asideros y sublime desde el silencio, pues cuando este ego-buscador es visto como lo que es, pura fantasía, puro concepto, lo que queda es lo sublime (aunque esto sólo sea otro concepto).
    Un abrazo y mi gratitud, pues llevas la comprensión a nuevos niveles!

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  3. Thomas merton dijo:
    “Si alguien necesita una respuesta complicada, dásela. Déjale que se preocupe por un tiempo”.

    Asì quede con este escrito fabuloso abrazo,Furia.

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  4. Gran escrito mi querida Furia. Darnos cuenta de que el buscador es el ego!
    Para mi es un sutil paseo interior que realiza el silencio olvidado....que necesariamente tenemos que recorrer para que se de el proceso de entendimiento interior que permita mirar con claridad y aceptar lo que ya es, ha sido y siempre será!
    Un abrazo amiga y gracias!
    Maribel

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  5. Me parece que, en estos escritos tuyos, Furia, el concepto núcleo del ego (la "vida propia") ha sido desenmascarado de un modo que causa conmoción. Vale decir, tiene un efecto emocional indiscutible.
    En este escenario, ver al prójimo desesperarse por conseguir un poco más de carroña en fantasías multicolores es un choque de conciencia.
    Si en tales condiciones se asume con toda simpleza que "somos silencio" (y no todo ese cúmulo de imágenes que cultivamos de nosotros mismos), entonces el presente, este presente, se manifiesta por sí mismo y nos alimenta.
    Bueno, esto es algo de lo que me sugieren tus textos, Furia. Gracias por dar a conocer tus cuadernos. Un gran abrazo.

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  6. Hola Furia:

    Leer esta entrada ha sido para mí como zambullirme en la profundida del océano, bucear, nadar, subir y bajar olvidada del mundo y su ilusión...disuelta en la vida.

    Gracias, en mi entrada te dejé un mensaje.

    Besos.

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  7. Hola, Oso. El ego no se disuelve, porque ni siquiera existe. Es una fantasía. El problema es que yo creo que soy esa fantasía y después no tolero admitirlo. Pero sólo es cuestión de dejar que las cosas maduren por sí solas. Hacer un curso para madurar o seguir algún camino espiritual para crecer, eso es otra de las artimañas del ego.
    Cuando yo era niña, tenía, entre otros, dos vecinos. Uno era Miguel, de mi edad, y el otro Gabriel, un año menor. Alguien le regaló a Gabriel una capa y andaba por las calles y por los terrenos baldíos haciendo ruido con la boca, como si fuera un avión, y diciendo: "Aquí viene Superman". Y tonterías por el estilo.
    A veces dejaba de verlos por un tiempo. Un día, Miguel y yo habíamos trepado a una colina cercana para mirar el barrio desde lo alto. En eso, apareció Gabriel y yo le pregunté: "Che, Superman, ¿dónde dejaste la capa?"
    "No seas tarada - me respondió -. Superman no existe. Es un dibujo de historieta. ¿Qué te creíste?"
    Así que la cosa, para Gabriel, fue bastante fácil.
    Algo más para decir, esto de Lacan: "Si un hombre cree que es el rey, está loco. Pero si el rey cree que es el rey, también está loco".

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  8. Hola, Zanara. Cuando atrapas moscas al vuelo me recuerdas al Karate Kid. En efecto, lo que queda es sublime, aunque sea la simpleza misma, puesto que nos queda esto, el momento de estar aquí, ahora, y descubrir que es ilusión y milagro al mismo tiempo.
    Estar aquí y ahora, cuando no existe una "dueña" del momento, significa: la conciencia está visitando a su hermana gemela: la conciencia.
    Un abrazo, hermana...

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  9. No te preocupes, Nanako. El ego piensa que va morir, pero esa es otra de sus fantasías. No puede morir lo que jamás ha existido.
    Un besoto

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  10. Hola, Maribel. El ego es un papagayo que le cuenta a todo el que pasa sus hazañas o una papagaya que le cuenta a todo el que viene de visita sus fantasías.
    Pasas por mi casa de visita, te sirvo té con masas, conversamos y ponemos en escena una obra de teatro cuyo tema principal es la fantasía. Todo lo hacemos para fruto del silencio, que nos está mirando y desde el cual nos vemos.
    Un beso grande, Maribel. Ojalá pueda yo ir a visitarte a tu casa otro día. Te llevaré, si Dios quiere, un mousse de limón que me sale de rechupete.
    Y un abrazo...

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  11. Es verdad, Luciana, acabo de ver la película "Avatar" y allí encuentras la locura del ego desplegada con tanta violencia que es capaz de destruir un planeta entero.
    Dejarse engañar por el ego es como contarle al espejo el cuento de los Reyes Magos. ¿Quién engaña a quién?
    Gracias por tu visita. Un abrazo gigante.

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  12. Hola, Delia. Una de las cosas que me gustan de vos es lo bien que sabés "nadar en la nada".
    Me alegra que hayas disfrutado del Balneario. Los refrescos son gratis.
    Si el día está nublado y lluvioso, como hoy, también podemos disfrutarlo. Besos para ti.

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  13. Hola Furia!: Este escrito me hizo pensar en cuando álguien pretende tener "diferencias irreconciliables" con otro ser humano. Estas diferencias no existen puesto que todos somos manifestaciones de la vida misma. El problema surge cuando pretendo tener "una vida" diferente o separada de "la vida de mi vecino". De ahí surgen las guerras por ejemplo, que a tanta gente involucran que se creen que están de un bando o del otro.
    En fin, tu entrada da para mucho más, pero en estos casos el silencio se hace cargo y abandona todo concepto para simplemente ser.
    Gracias amiga por tanta riqueza abandonada.
    Un abrazo.

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  14. ¡Vaya! Furia, una entrada debastadora para el ego y alumbradora para el espíritu, por decirlo de alguna manera.
    La expresión "no somos nada" dicha recurrentemente en los velatorios también me ha llamado de siempre la atención. Y siempre he sentido que más allá de una fórmula repetida, en esos momentos, se dice con convencimiento, lo que ocurre es que de inmediato se olvida y cada uno se centra en "su vida". Efectivamente el ego o el buscador desea la comprensión pero jamás puede aceptar que la verdadera Comprensión es su desaparición o, al menos, que se vea con total profundidad que sólo es una imagen mental. Pero claro, ese ver es de otro nivel, a mi entender otro aspecto de ese silencio.
    Muchas gracias por la entrada y los magníficos comentarios.
    Un abrazo!

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  15. Hola, Paula. Es algo que desde mi lejana infancia me ha tocado muy adentro: ¿por qué las personas viven tratando de remarcar las diferencias entre sí, en lugar de asentarse en que somos lo mismo?
    Yo iba mucho a misa y me llenaba con las historias de Jesús. Pero después, en la vida de todos los días, veía nada más que conflicto por todas partes.
    Y bueno, ahora, ya de vieja, estoy tratando de ir a la médula del asunto, bien acompañada por gente como tú, que también indaga en este conocimiento. Gracias por tus palabras. Un abrazo.

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  16. Hola, José Manuel. Yo siento lo mismo que tú. Que esas personas que dicen "no somos nada", en los funerales, lo hacen con real convencimiento. En el silencio, lo que percibimos es indiscutible. Precisamente por eso es que aparece luego el buscador, el que siente afán por hacer algo, conseguir otro algo y planificar algo más.
    Para la lógica, morir es ser nada. Para el silencio, este personaje que quiere ser algo o alguien es una fantasía y no otra cosa.
    Sin ilusiones, yo soy. No digo que soy "algo" ni "alguien", digo que soy. En ese espacio sin ilusiones ni conceptos verbales, el "yo" se disuelve por sí solo.
    Gracias por tu visita y por esta exploración que siempre llevas a lo profundo.
    Un abrazo

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  17. Furia, Tu entrada es gratificante para la disolución del ego y ver la Realidad o sea, la Nada. Me gustó mucho el ejemplo de tu vecino con la capa de superman y su contestación, me hizo reir por que mejor ejemplo no pudiste dar. Te agradezco tu visita y tu aportación, te sigo es un gusto estar en tu espacio, un abrazo.

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  18. Hola, Queoquina. Cuando somos chicos tenemos en claro que nos podemos transformar en el personaje que se nos ocurra. Pero ya de grandes nos creemos que somos fulanos o menganas y nos consolidamos en ese ego.
    Me parece que quizá tengamos que recuperar ese gusto por el juego para deshacernos de la imagen de sí mismo.
    También me gusta tu espacio y lo visito con frecuencia. Un abrazo...

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  19. El buscador de la verdad ¿qué espera encontrar? ¿La verdad que ya conoce? Y si la desconoce ¿cómo hará para encontrarla? ¿Cómo buscar lo desconocido donde ya no esté? ¿Cómo lo conocido fuera de ese mismo que está buscando?

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  20. Hola, anónimo. Tal cual. El buscador practica el arte de engañarse a sí mismo. Que es, después de todo, lo que hace el ego.

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