miércoles, 25 de julio de 2012

EL PERFUME DE LA FLOR








Vorágine de luz, el remolino
del silencio te lleva tan adentro
que allí en el fondo acaba tu camino
y eres meta sin cáscara ni centro.


La meta de vivir sólo el instante
(un fuego deslumbrándose a sí mismo)
es el camino de la luz constante,
el abismo que mora en el abismo.


Déjalo ser; es raro que una flor
sepa de qué perfume ha sido hecha.
Tu fragancia proviene del amor,


que no tiene ni adiós ni ansia ni fecha,
ni busca una morada permanente
porque vive en la casa del presente.






Este poema de Dionisio Mayor es un canto a la meditación, un puñado de sal que se disuelve en el océano de la meditación. Si cada uno es capaz de leerlo con la totalidad del ser, si es capaz de sumergirse en él con todas las células del cuerpo, entonces sentirá que la voz poética resuena en lo más hondo del alma. “Vorágine de luz, el remolino/del silencio te lleva tan adentro/que allí en el fondo acaba tu camino/y eres meta sin cáscara ni centro”. Esta es una clave de la persona que medita, la de saber de antemano que la meta y el camino son la misma cosa. Meditar no es una búsqueda, no se está buscando ninguna cosa en especial, ningún resultado, ningún éxtasis determinado. En todo caso, ya se sabe: el éxtasis es el presente. Pero, ¿quién puede vivir plenamente en el presente? ¿Quién, además de estar en el presente, puede ser el presente?
En todo caso, buscar el presente suena como el absurdo máximo. ¿Quién busca qué cosa? ¿Puede haber algo afuera del presente?
Hablábamos de una clave. Una clave es una llave. Una llave que usa el meditador para volver a casa. Estabas a la deriva, allí afuera, hasta que se te ocurre volver a casa. Sencillamente, buscas en tu bolsillo, encuentras la llave, y ya puedes abrir la puerta para estar en casa. La llave eres tú mismo. La casa eres tú mismo. No hay dualidad. No existe tal cosa como la dualidad en ninguna parte. Todo ha sido una ilusión. Tu camino empieza donde acaba “y eres meta sin cáscara ni centro”. Cáscara y centro, por supuesto, alude a la vieja dualidad ilusoria, la de creer que existe algo así como “yo y el mundo”. Pues bien, no existe ni yo ni el mundo. Es nada más que una idea. Convengamos en que se trata de una idea muy difundida, la herencia unánime que se transmite de padres a hijos. Pero es tan sólo una creencia. Dicen que en otros tiempos la gente pensaba que la tierra era plana. Lo mismo pasa con esta dualidad aparente que nosotros concebimos como “yo y el mundo”. Es nada más que una creencia. Por eso, cuando el poeta dice: “allí en el fondo acaba tu camino”, pero aclara que te quedas sin cáscara ni centro, está diciendo que el fondo es insondable, que el infinito está yendo sin pausa más allá de sí mismo y que a todo esto lo llamamos el silencio, la vorágine de luz que somos.
Por si nos place asentarnos en ese lugar sin fondo que nos lleva tan adentro, sigamos leyendo: “La meta de vivir sólo el instante/(un fuego deslumbrándose a sí mismo)/es el camino de la luz constante/el abismo que mora en el abismo”. Parece cuento con qué facilidad el poeta nos viene trayendo de la mano para encontrar ese fuego que se deslumbra a sí mismo, el asombro de ser, la única certeza.
De algún modo, es una manera de preguntarse y responderse, en un solo tris, qué soy. Este asombro de ser se concibe aquí como un fuego en donde se queman todos los atributos: ser esto o aquello, hombre o mujer, joven o viejo, pobre o rico. Qué más da. La dicha es un sol que amanece en tu corazón, ha señalado el viejo Nayakan Sabal. Y este sol, el asombro de ser, está constantemente a tu disposición. Es la cualidad misma del instante, que se muere al darse cuenta de que está naciendo.
Hablamos de este fuego que está deslumbrándose a sí mismo, el asombro de ser. No es un lugar en el que normalmente viva la gente. Vivir dentro de un fuego que te está quemando, vaya idea. Entonces, ¿qué sería yo? Ni siquiera ceniza. Un poco de nada.
Es por ese motivo que la gente luce todo el tiempo tan desdichada. La única dicha es el asombro de ser, esa es la fuente de toda luz. Pero Fulano está enojado, no quiere entrar en ese fuego de la dicha, porque allí desaparecería por completo, dejaría de ser Fulano. Vaya, vaya. Cómo nos gusta la ilusión. Ser alguien. Cuando está visto que simplemente somos esta nada que somos. Sin embargo, esta nada es ser, conciencia, bienaventuranza. ¿No es raro? Somos nada y sin embargo sentimos que lo somos todo. Es la conciencia, que se está mirando en el espejo de la conciencia. Sí, la conciencia es un árbol y la conciencia es la semilla de ese árbol. El instante presente nunca es el mismo y siempre es el mismo.
Aquí estamos hablando pues, con el poeta, de ese fuego que se deslumbra a sí mismo. “Yo no quiero quemarme en ese fuego”, dice Fulano. Pues vaya, no es una opción, Fulano. Ya estás aquí. Ya estás quemándote en el fuego del presente. Pero tenemos buenas noticias para ti: tú eres el presente. Así que podrías considerar este asunto con ojos nuevos. De eso se trata meditar, escribir poesía con el cuerpo, vivir el éxtasis del presente. Existen dos clases de personas: la que agradecen a la vida por la vida, y las que odian la vida. Las que agradecen son personas raras, muy raras. Para agradecer hay que estar lleno de gracia. Esto parece un galimatías, pero es la lógica de la vida. Si quieres echar agua en un vaso, tienes que poner atención y cuidar que el vaso no esté lleno de agua. Lo mismo, para dar, tienes que tener. Así que todo es un círculo virtuoso. Cito a Simone Weil: “La gracia llena los vacíos, pero sólo puede entrar donde hay un vacío para recibirla, y es la misma gracia la que hace este vacío”.
La vida es un regalo que te da la vida. Puedes vivir dando gracias a la vida, o puedes vivir diciendo: “Esta vida es una mierda”. Sí, ya sé, la frase les suena (risas). Hay mucha gente diciendo eso por ahí, por todas partes. Hay gente que se queja y se queja. Están entrenadas para considerar que la vida les está debiendo algo y todo el tiempo se la pasan dando lástima, diciendo que les va mal y cosas por el estilo.
Aunque parezca completamente disparatado, esto pasa porque ignoran el éxtasis del instante. Sí, el éxtasis y el presente son sinónimos. Vamos a dejarlo en claro. Son dos palabras para el mismo asombro de estar vivos. “Déjalo ser; es raro que una flor/sepa de qué perfume ha sido hecha”. Vaya con el poeta. Nos suelta el perfume de la poesía y nos dice: esto es poesía. La vida misma. Pero, además, como si estuviera dándonos alguna especie de recordatorio, nos cuenta por qué la palabra amor ha quedado tan gastada de tanto confundirla con el deseo. “Tu fragancia proviene del amor, que no tiene ni adiós ni ansia ni fecha, ni busca una morada permanente porque vive en la casa del presente”.
Claro que sí, míralo: el presente puede darte una idea de permanencia, puesto que siempre está aquí. Entonces, no tiene sentido andar buscando una morada permanente. Pero al mismo tiempo te aclara que no existe meta, porque esta es una casa en llamas, el fuego que está deslumbrándose a sí mismo. En suma: puesto que nada es permanente, no existe ni la permanencia ni la impermanencia.
Déjalo ser, es raro que una flor sepa de qué perfume ha sido hecha.


(Conferencia de Tiziano Longobardi en el marco de un taller de meditación realizado en el curso de Artesanía Ontológica)


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VITA PREZIOSA

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Extraído del libro "Taller de Meditación", de Vita Preziosa - Editorial Ananda

sábado, 28 de abril de 2012

Dharma Blues


Mirarse y verse, sin tener idea:
hazaña de quien sabe lo que ignora
y es capaz de vivir en el ahora
sin agregados, sea lo que sea.


Despojarse de todo y acertar
a serlo todo con la impar maniobra
donde puedan mezclarse gracia y obra
y sepan el silencio pronunciar.


Devorar las palabras con el gesto
del momento, que brota de sí mismo;
quedarse aquí, en medio del abismo


y proclamar que el infinito es esto,
este momento dentro de sí mismo
que se disfraza de lo manifiesto.


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VITA PREZIOSA

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Del Libro "El Abismo que Mora en el Abismo" - Editorial Ananda

domingo, 8 de abril de 2012

Castillo de Nubes



A partir del momento en que, según los cánones de la instrucción escolar, la familia y el vecindario, has adquirido el “uso de razón”, dentro de tu organismo queda funcionando una única célula sana: lo enteramente impersonal.
De todas maneras, es una célula tremendamente infecciosa. De hecho, tarde o temprano terminará por contagiar a las demás células y por invadir toda tu famosa humanidad hasta destruirte completamente.
Su manera de actuar es bastante simple. Tengamos en cuenta que el uso de razón es una especie de castillo de nubes, construido solamente con ideas. Por más que quieras sostenerlo, siempre habrá una brisa que lo vaya erosionando, paciente, lentamente, hasta que la construcción termine convertida en lo que siempre fue: un montón de nada.
Aunque parezca mentira, algunos se hacen amigos de lo enteramente impersonal. Poco a poco, se van dejando carcomer por su luminosa serenidad, su certeza implacable, su inexorable presencia. Hay quienes, en algún momento, detectan un tumor de lo enteramente impersonal dentro de sí, como si escucharan su silenciosa labor de niño travieso que ha regresado al patio de juegos con energía y entusiasmo.
Aquí lo tenemos, jugando y jugando, mirando el paisaje de la conciencia con los ojos de la conciencia.
Vaya truco. Siempre has sido lo enteramente impersonal. Ya ves de qué manera todo lo demás se te desliza como el agua entre los dedos de la mano.


Vita Preziosa

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Extraído del libro "Alquimia Natural", de Vita Preziosa - Editorial Ananda

miércoles, 25 de enero de 2012

El Edén





El silencio no duerme, ni tampoco
podríamos decir que está despierto.
No sabes si está cuerdo o está loco:
tiene un ojo cerrado y otro abierto.


Ver a Dios, o al silencio, como quieras
llamarlo, te convierte en el Edén
donde todas las partes son enteras
y donde todo es Dios, y tú también.


En el silencio se hacen el amor
la vigilia y el sueño hasta extraer
el arco iris de un vital color.


Aquí, lo que tú ves te viene a ver…
No se puede creer ni es increíble:
aquí se hace visible lo invisible.

Vita Preziosa
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Extraído del libro "El Viejo Truco de la Novedad", de Vita Preziosa - Editorial Ananda
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Imagen: "El Beso", de Victoria Ruiz de Cortázar

domingo, 18 de septiembre de 2011

Vivir sin Ilusiones





Meditación es el arte de vivir sin ilusiones.



Para vivir sin ilusiones, es necesario dejar de ser una fábrica de ilusiones.



¿Por qué la vida se convierte para cada uno en una fábrica de ilusiones? Porque cada uno cree que la vida es “su” vida. Vale decir, la ilusión más difundida entre los seres humanos es la creencia de que cada persona tiene una vida propia.



Por pura evidencia: no tienes una vida; eres vida.




Cuando imaginas que tienes una vida, te dejas llevar con facilidad por el delirio de controlar eso que llamas “tu vida”. Como si fueras el artífice que te hace latir el corazón o que le da respiración a tus pulmones.



No se puede fabricar meditación. Para vivir en el país de la meditación, hay que mandar a la bancarrota a la fábrica de ilusiones (el ego).





La fábrica de ilusiones es nada más que el compendio de todos los vicios. La meditación adviene, simplemente, cuando se abandona el vicio de fabricar ilusiones. Cuando se abandona el ego.



La meditación rechaza todo lo que nace y así se asegura de rechazar todo lo que muere.




La meditación es el disolvente de toda idea. Por eso, no puedes hacerte una idea de ella.




¿Puedes prestar atención a la atención que me estás prestando? Eso es meditación.

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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 24 de julio de 2011

Un Poco de Nada



La vida no nace ni muere porque puede prescindir de sí misma.




Desear y tener son dos postres pesados y tóxicos. Con la luminosa comida del presente tienes de sobra para vivir satisfecho y no pasar hambre nunca jamás.




No puedes cambiar
tu destino porque,
si lo cambiaras,
sería ése tu destino,
el de cambiarlo.
Cuando esto
se comprende,
también queda en claro
que no existe
la más mínima separación
entre ninguna cosa
y cualquier otra cosa,
ni existen las circunstancias
de un supuesto “destino”
separadas de un supuesto “yo”.





En cuanto descubres que nada existe, te ves diciéndote sin palabras: “Esto es lo único que existe”.








Nada existe.
Por eso,
es absolutamente
asombroso
que este helado
de chocolate
sea tan rico.




Desde
el punto
de vista
de la nada,
todo
es increíble.




Conciencia
de la conciencia.
Más uno
menos uno
igual a cero.





Cualquier definición es arbitraria, incluso ésta.








Yo soy,
pero
no soy yo.




La libertad no se cultiva, porque está hecha de nada.






Cuando te concentras en nada, descubres fácilmente que esa nada es todo lo que hay.
¿Qué clase de paradoja es ésta?, se pregunta la mente lógica. No hay ninguna contradicción en ello. Lo llamas “nada” y te resulta chocante que sea “todo”. O al revés, lo llamas “todo” y es evidente que se trata de “nada”.
Pero cuando dejas de lado toda dualidad aparente y vas al fondo de este abismo sin fondo, percibes con claridad que no es ni una cosa ni otra, sino que apenas estás lidiando con dos palabras que no significan ni fu ni fa. O bien descubres que se trata del infinito desnudo, sin nombre ni apellido. Y tú eres Eso.












Sólo hay vida viviéndose a sí misma.
Vida viéndose a sí misma.
Vida oyéndose a sí misma.
Vida encontrándose a sí misma a cada momento.

Adyashanti
Meditación Auténtica





La nada es perfección pura. No puedes tocarla, porque si lo hicieras, la contaminarías. Tampoco puedes imaginarla: si lo hicieras, la distorsionarías. Ni siquiera puedes sentirla: sólo si fueras nada podrías sentirla. ¿Pensar en ella? Ni hablar…. Sólo la nada puede pensar en la nada. ¿De qué estamos hablando, entonces? De nada, de nada…






¿Qué nos queda por hacer?
Tan sólo las maletas,
ir a la estación sin ellas,
subir al tren
y despedirnos de nosotros mismos.
Exacto: ésa es la única práctica,
si es que hay alguna.


Wei Wu Wei (Terence Gray)
Secreto Abierto





Mente de nada o nada de mente, para el caso da igual…


Un monje se le apareció a Chao Chu y le dijo:
- Traigo nada entre mis manos, ¿qué hago?
- ¡Arrójala! – le respondió Chao Chu.
- Te digo que traigo nada entre mis manos, ¿cómo quieres que la arroje? – insistió el monje.
- Está bien, ¡llévatela! – le dijo entonces Chao Chu.





La libertad está hecha de nada. No puedes cultivarla, ni producirla, ni alcanzarla, ni conservarla, ni perderla, ni destruirla. En suma, aunque ella es la fuente de todo entendimiento, no puedes entenderla.
Préstale atención y verás que esa misma atención es nada.





Hay quienes piensan que la nada es mera abstracción. Por el contrario, la nada es lo más concreto que hay.







Cuando nos sentimos satisfechos de no ser nadie en particular, contentos con no sobresalir, entramos en consonancia con el poder del universo. Lo que parece debilidad para el ego es en realidad la única fortaleza verdadera. La verdad del espíritu es diametralmente opuesta a los valores de nuestra cultura contemporánea y la forma como ésta condiciona el comportamiento de las personas.

Eckhart Tolle
Una Nueva Tierra






La nada es una boca de mujer que está besando la boca de hombre de la nada.




Lo inconcebible te perturba sólo si quieres concebirlo.










Ser consciente de la nada
sin prescindir del todo.
No perder la conciencia
del silencio
mientras las palabras
nacen y mueren.
Ni buscarle significado a la nada.
Ni buscar todo fuera de todo.
Aunque todo sea nada.

Vita Preziosa
Todo Para Nada




No se puede buscar la nada. No se la puede evitar. Todo está hecho de nada. Por eso, averiguar qué es la nada no es sino tarea de la nada.
En realidad, los maestros te seducen con su atención y cuando dicen: “Conócete a ti mismo”, te están diciendo que la vida es un poco de nada tratando de averiguar qué es la nada.









Una persona preguntó a Yaoshan:
- ¿Qué debería hacer en caso de emergencia?
Yaoshan dijo:
- No prestar atención a ningún otro asunto.
La misma persona preguntó:
- ¿Qué debería colocar sobre este altar?
Yaoshan dijo:
- ¡Nada!





Mi estación es donde nada es (paramakasha); las palabras no llegan ahí, ni los pensamientos. Para la mente, ello es todo oscuridad y silencio. Entonces la consciencia comienza a bullir y despierta a la mente (chidakasha), la cual proyecta el mundo (mahadakasha), construido de memoria e imaginación... Está en la naturaleza de la mente imaginar objetivos, esforzarse hacia ellos, buscar medios y vías, desplegar visión, energía y coraje. Estos son atributos divinos y yo no los niego. Pero yo tengo mi estación donde no existe ninguna diferencia, donde las cosas no son, ni tampoco las mentes que las crean. Ahí yo estoy en casa. Acontezca lo que acontezca, no me afecta —las cosas actúan sobre las cosas, eso es todo. Libre de la memoria y de la expectación, yo soy fresco, inocente y cordial. La mente es el gran operario (mahakarta) y necesita reposo. No necesitando nada, yo soy sin temor. ¿De quién tener miedo? No hay ninguna separación, nosotros no somos sí mismos separados. Hay solo un Sí mismo, la Realidad Suprema, en la que lo personal y lo impersonal son uno.

Sri Nisargadatta Maharaj
Yo Soy Eso










Hablar de la nada es otro de los grandes trucos de la nada. Las palabras (como cualquiera puede comprobar) no nacen ni mueren, así que carecen por completo de existencia. Hay quienes afirman que las palabras nacen al morir o mueren al nacer, pero para el caso da lo mismo. Lo que se diga, incluso, puede tener un significado muy profundo, como por ejemplo: “El éxtasis consiste en que la nada hable de nada y que sea testigo de tanta luz”. Pero, tal como queda dicho, todo esto no significa nada.











Desde tiempo inmemorial, la ilusión, la mentira, la hipocresía y el orgullo se han congregado para configurar nuestro cuerpo. Por eso dicen las escrituras que nuestro cuerpo es un agregado de elementos carentes de identidad que aparece y se disgrega juntamente con aquéllos. La absorción del reflejo del océano consiste en interrumpir la sucesión interminable de los pensamientos y permitir que cada uno de ellos se disuelva pacíficamente.

Ma Tsu
La Esencia del Zen













Cualquier grumo de nada se cree más importante que la nada. Es la historia del hijo pródigo, la del millonario que niega sus orígenes de simpleza y humildad, la del agua que fluye y huye del agua…
Esto es el famoso proceso que los místicos antiguos han llamado “maya” y los rústicos poetas del zen consideran “ilusión”.
Despertar (aunque muchos lo llaman “muerte”) es la nada descubriendo que jamás ha salido de la nada.




Ante los ojos de la nada, todos los fenómenos son transparentes.

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Extraído del libro "Un Poco de Nada", de Furia del Lago, Editorial Ananda

sábado, 16 de julio de 2011

Destino



No puedes cambiar
tu destino porque,
si lo cambias,
sería ése tu destino,
el de cambiarlo.
Cuando esto
se comprende,
también queda en claro
que no existe
la más mínima separación
entre ninguna cosa
y cualquier otra cosa,
ni existen las circunstancias
de un supuesto “destino”
separadas de un supuesto “yo”.


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Extraído del libro "La Estrategia del Amor", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 10 de julio de 2011

El Cielo Imperturbable




LITO PICAPIEDRA – Dicen que hay una puerta que nos permite ingresar en el Infinito.
GURÚ SÁNCHEZ – Si hubiera una puerta, ¿estaría fuera o dentro del Infinito?
LP – Ajá, es una pregunta con trampa…
GS – Ya sé, ya sé, viene con trampa. No puede haber nada dentro del Infinito, porque eso significaría que pudiese haber algo afuera y que lo tenemos dividido en dos. Es sólo una manera de mostrarte que no necesitas abrir ninguna puerta para estar donde ya estás y para ser quien eres.
LP – Pero, entonces, estamos suponiendo que yo soy el Infinito.
GS – Si eres, no puedes ser algo separado del Ser.
LP – Entonces, ¿por qué existen quienes dictan ejercicios y maniobras para lograr el estado original del Ser?
GS – No hay tal cosa. Sólo son nubes que aparecen para mostrarte que el cielo es imperturbable.
LP - ¿Para qué meditar, entonces?
GS – Meditar suele concebirse como un medio para un fin. La finalidad sería estar presente. Así que te empeñas en meditar y te empeñas en estar presente. Hasta que descubres que ya eres el presente. Por lo tanto, el fin no es algo diferente del medio. El medio para llegar al presente es el presente mismo.
LP – El presente es la otra orilla, el presente es el puente, el presente es esta orilla.
GS – Esto es meditar.


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Extraído del libro "La Estrategia del Amor", de Furia del Lago - Editorial Ananda

martes, 21 de junio de 2011

Un Rato


Si la máquina de razonar

se detiene por un rato,

ese rato es eterno.

Entonces se comprende

que la comprensión

es un nudo en el río,

un simple

remolino de agua

que quiere creerse

distinto del río,

del agua y de sí mismo.


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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

jueves, 2 de junio de 2011

A La Hora del Almuerzo



Andas por todas partes diciendo
que eres Mengana o Fulano.
Pero son todas figuraciones
de una danza que te gusta bailar
en el Salón de los Espejos. Por eso,
a cada rato te pones a cantar
definiciones absurdas acerca de tu persona
y repites la melodía consabida:
me gusta esto, desprecio aquello,
cultivo mis costumbres y abomino
de lo desconocido, machaco mi rutina
y nunca tomo por las calles oscuras.
Pero si llegas a la hora del almuerzo
hasta mi casa, no puedo ofrecerte
sino la comida que vengo
preparando desde temprano.
Observa todo lo que tienes: este instante.
Si te quedas por completo sin idea,
compruebas que este instante presente
es todo lo que eres.
Una vez que la revelación
te recorre las venas, ¿para qué
necesitarías preguntarte quién eres?
En cuanto te preguntas quién eres,
te conviertes en la respuesta que anda
en busca de la respuesta que ya eres.
Ah, pero la revelación es
demasiado deslumbrante, es un fuego
que incendia por completo y sin piedad
todas las imágenes de ti mismo
que atesoras. Te gusta figurarte
que eres alguien importante, ¿no es así?
Pues bien, si realmente el instante presente
es lo que eres,
todo ese cúmulo de importancia
se derrite como helado al sol.
Ahora tienes toda la información necesaria
para ser consciente de ser.
Te has quedado sin historia.
Ya no vislumbras ningún futuro.
Todo lo que tienes entre manos
es el presente que eres.
El vacío de todas las formas.
Todas las formas del vacío.
La vida sin meta ni motivo.
Disfruta conmigo de este almuerzo
que nos brinda el sol del mediodía.


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Vita Preziosa

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Extraído del libro "Calle Libertad", de Vida Preziosa - Editorial Ananda

domingo, 22 de mayo de 2011

Besando el Gozo





La mente, cuando carece de una idea
que pueda usar como pista de aterrizaje,
apenas es una brisa que pasa
sin dejar huellas en el cielo.
Pero si tú la llamas libertad pura,
con eso ya la conviertes en una idea.

Vita Preziosa



En esto, como en todo, el instante presente es el maestro. ¿Qué idea puedes hacerte acerca del instante?

Furia del Lago




La mente no debe descansar en lugar alguno y así debe permanecer. No descansar en lugar alguno significa no permitir que la mente se detenga en nada, sea lo que sea. Que no se detenga en nada significa que la mente no contemple el bien ni el mal, dentro ni fuera, vacío ni no vacío, ser ni no ser. Este no detenerse en nada es el estado en que debe permanecer la mente. Aquellos que lo alcanzan se dice que poseen una mente que no se posa en cosa alguna. En otras palabras, poseen la mente de la iluminación.

Hui Hai





El instante no tiene un instante donde posarse.

Furia del Lago






El Hijo del Hombre no tiene una almohada donde apoyar la cabeza.

Jesús de Nazareth





No eres una flor
que se queda a vivir
en un lugar fijo
del jardín.
Eres el perfume
que viaja a través
de todas las flores.

Vita Preziosa







Si estás aquí, no estás aquí ni en ninguna parte.

Dionisio Mayor





Si todo lo que existe es impermanente, no existe impermanencia ni permanencia.

Nagarjuna




Hay que imitar la muerte hasta que sea
ella la que te busque y no te vea.

Dionisio Mayor





Lo único que permanece es el cambio.

Wei Po






Puesto
que cada cosa
ya está en su lugar,
hagas lo que hagas,
cada cosa
caerá en su lugar.

Furia del Lago








La Presencia Absoluta no puede realmente ser rechazada ni aceptada. Huir de ella es como tratar de huir de tus propios pies. Aceptarla es como tratar de besar tus propios labios.

Wei Po





La mente que no se detiene en el presente es la barca que te permite reposar en el presente.

Furia del Lago




Cuando navegas en el río
a favor de la corriente,
¿qué haces?
Disfrutas del viaje
y del paisaje.
A veces hundes un remo,
a veces
tienes que cuidarte
de los vientos fuertes
o guarecerte de la lluvia.
Pero así son las cosas;
tú sigues a favor de la corriente.

Vita Preziosa






La vida es un río, el ego un bloque de cemento.

Dionisio Mayor







Toda la vida y el vivir es un flujo y si aceptamos ese flujo y entramos en él, la vida puede resultar tremendamente sencilla. La vida presenta problemas porque luchamos contra ella, no aceptamos Lo-Que-Es en el momento presente.

Ramesh Balsekar





Cuando digo que la vida es un río estoy diciendo que tú eres un río. Eso es lo primero que necesitas aprender. Lo otro: que el río no tiene manos. Una vez que se comprenden estos datos básicos, estás en condiciones de que la revelación suprema te incendie totalmente: tú eres el presente infinito. Todo lo demás, son meras alucinaciones.

Flora Espinosa




Viajo por este mundo sin límites por donde no sé y cada uno de mis pasos es mi propia casa.

Dogen






Una mente distraída con el apego y el odio es una mente presa del engaño; una mente libre de ambos es real y alcanza el estado en el que los opuestos son vistos como vacío, lo que equivale a haber alcanzado la liberación. Para ello no es necesario que os sentéis en meditación, puesto que se trata de que la mente nunca se pose en nada, ya sea que estéis caminando, de pie, sentados, acostados o haciendo lo que estéis haciendo.

Hui Hai







¿Quién puede ser el dueño de la vida
que de nada se adueña? No tener
es todo lo que tú puedes tener.
Los cimientos del arte de la vida
reposan en el mágico momento
que viene y se nos va. Somos semilla
de conciencia que alberga el sentimiento
de ser árbol. Perfecta maravilla
que el solo árbol de la eternidad
desparrama en su afán de disfrazarse
de múltiple. Semblanza de oquedad
que de sí misma sabe así llenarse,
la vida es infinita en su caverna
sin paredes, efímera y eterna.

Vita Preziosa








El que ha dado una descripción muy vívida del asunto es Ramana Maharshi. Dice que un hombre sube a un tren cargado con una valija sobre los hombros. Una vez que ha subido, sigue con la valija sobre los hombros mientras el tren arranca. “No hace falta que siga cargando la valija –dice Ramana-. Si tan sólo la deja en el piso, el tren mismo se encargará de ese peso. Y así usted viajará sentado, sin moverse ni hacer esfuerzo de ninguna clase, encima de un piso que se mueve”.

Flora Espinosa





Este completo despertar interior a una mente que no se posa en cosa alguna equivale a tener una clara percepción de tu propia naturaleza original.
Una mente que no se posa en cosa alguna es la mente de alguien que se ha liberado, la mente no creada, no nacida, iluminada o despierta, donde la naturaleza de todas las apariencias es irreal.

Hui Hai





Quien se apega a un gozo, destruye la vida que pasa volando; pero aquel que bese el gozo cuando pasa volando, vive en la aurora de la eternidad.

William Blake


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 14 de mayo de 2011

Astilla Seca




Cuando se dice que el amor es todo lo que hay, eso no suele pasar de una frase hecha, cuya médula es inalcanzable para la mayoría. A poco de razonar, cualquiera puede venir a decirnos: “Si el amor es todo lo que hay, entonces, ¿por qué existen los dictadores o los asesinos en serie?” Y esto, usando la lógica, parece muy difícil de rebatir.
Lo que cuesta comprender es que el amor no es personal. No es una persona buena que se porta bien con otras personas. El amor es una fuerza única que está moviendo todo, absolutamente todo. Es la fuente que está produciendo todos los fenómenos. Es la vida entregando la vida.
Si lo miramos con espíritu cuántico y en detalle, la vida es nada más que este momento. La paradoja viviente. Porque este momento que pasa es el momento que se queda. Nace y muere al mismo tiempo. Pues bien, la vida es eso: lo que está más allá de muerte y nacimiento.
Hay quienes piensan que la vida es el opuesto de la muerte. No es así. La vida no está en el juego de los opuestos y así se mantiene inmutable. La vida está más allá de la muerte y más allá del nacimiento. Por eso es que la vida consiste en dar la vida. Está hecha de amor puro.
En medio de este escenario que desborda toda definición, aparece una persona cualquiera entrenada como si fuera una “máquina de conseguir”, es decir, hipnotizada por su propio espejo, por el ego. Esta persona quiere conseguir algo para sí misma. “Yo quiero amor pero para mí, un amor personal, exclusivo, diferente”. Así van al océano del amor con un balde, sacan de allí un poco de amor y se lo llevan a su casa. Resultado: un balde del océano no es el océano.
Es probable que a esta persona, luego de esforzarse por conseguir amor a toda costa, se le aparezca alguien para decirle: “Estás perdiendo el tiempo y la energía. El amor es todo lo que hay, ¿a dónde quieres ir a buscarlo?”
Un simple vistazo a la situación y aparece la grandeza del océano. “Yo sólo quería un balde, no el océano entero” (dice alguien). Y bueno, es lo que hay. El amor es todo lo que hay, ya te lo hemos dicho.
“Es que yo no quiero dar la vida”, se queja el ego. Respuesta: te guste o no, estás dando la vida. Todo es así, la totalidad de esta presencia ineludible nos proclama: la vida consiste en dar la vida.
Pongámonos bajo examen. El amor es todo lo que hay. En tal sentido puede asegurarse una cosa: no hay elección. El famoso libre albedrío no cuenta. Puedes sufrirlo o gozarlo, pero ni siquiera eso depende de ti. Cuando quieres manipular al amor, estás suponiendo que eres algo separado del amor. Y si eres algo separado del fuego, el fuego te quemará. Por supuesto, se trata de una ilusión, no hay nada separado de este fuego del amor. Pero en ese mismo mundo de la ilusión, sentirás cómo te quema. Cuando te desprendes de toda ilusión, entonces descubres que eres el mismo fuego del amor. Entonces, brillas con la hoguera misma de este momento que llamamos amor. Y en este fuego que eres, te quemas. Pero no lo sufres. Ni siquiera lo gozas. Eres el fuego mismo del amor, así que ya no importa que te estés quemando, que estés dando la vida.
Este es el amor desplegado como sabiduría: la vida consiste en dar la vida. Los antiguos han querido transmitirnos esto. A ellos se les llama iluminados. Pero ellos aclaran: yo no poseo nada distinto de lo que usted posee. ¿Entonces, en qué consiste esa iluminación?
Todos estamos dando la vida. La persona que quiere separarse de la vida, se resiste a darla, de una o de otra manera, pero sobre todo pensando en cómo negarse a la entrega. En cambio, la persona que ya no se quiere sentir separada, entrega su vida de mil amores. A eso se le llama iluminación: das la vida completamente y a sabiendas, sin la menor resistencia. Ya no eres una astilla mojada que se resiste al gran fuego de la vida. No. Ya eres el fuego mismo de la vida.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 6 de mayo de 2011

Fuego


Lo único
que no es
consumido
por el fuego
de ser
es
el fuego de ser.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 29 de abril de 2011

Ningún Resquicio



No podemos afirmar
que la Eternidad Infinita
es real o imaginaria,
puesto que lo abarca todo
y no queda ningún resquicio
donde puedan separarse
preguntas o respuestas
que pretendan saber
sobre su realidad o su irrealidad.
De hecho, lo real o lo irreal
sólo son ideas que asemejan
dos granos de arena
en la playa infinita de la Eternidad.

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Extraído de "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

miércoles, 27 de abril de 2011

Paisaje del Silencio





En el paisaje del silencio, el observador se vuelve consciente de que forma parte de lo observado. En otras palabras: el observador y lo observado son el mismo ser. La separación entre objeto y sujeto se muestra como ficticia. Y si no hay separación, ¿qué es lo que soy yo? Nada que se pueda definir. Soy ser. No sujeto ni objeto, no alguien en especial, ni tampoco algo. Simplemente ser.

sábado, 23 de abril de 2011

Paracaidista


Cuando iba yo a la escuela secundaria, me ocurrió una vez que tuve una serie de problemas de todo tipo. Me saqué una mala nota, perdí la oportunidad de ingresar en un equipo deportivo que me interesaba y, como frutilla del postre, tuve una pelea bastante “grave” con una amiga. Todo eso, más o menos, en un período de cuarenta y ocho horas.
Mi papá se dio cuenta de que andaba yo con la cara larga y me preguntó qué me pasaba. Cuando le conté, para mi total enojo, se largó a reír.
- No te enojes – me dijo al ver mi cara de girasol en día nublado -. Justamente, lo que debes aprender es a sacar provecho de las adversidades. Para eso, lo primero que te conviene aprender es a no tomarte tan en serio. Siempre es mejor ver las cosas con humor.
Me contó entonces un cuento de Anselmo Cataldo, porque sabía perfectamente que es mi personaje favorito y mi auténtico maestro.
Resulta que Anselmo Cataldo estaba tomando clases de paracaidismo. Una tarde, Anselmo y su instructor estaban en el avión y se asomaron a ver el campo, allí abajo, a tres mil metros de distancia.
- No hay por qué preocuparse – le aseguró el instructor -. Salte, cuente hasta tres y tire del cordón de apertura. Si falla, tire del cordón de reserva. En tierra, lo estarán esperando en una camioneta.
Anselmo aspiró profundamente y se tiró al vacío. Después de la caída libre, contó hasta tres y tiró del cordón de apertura.
No sucedió nada, así que tiró del cordón de reserva. La cuerda se rompió y el aire se llevó unas cuantas hebras.
- ¡Maldición! – exclamó Cataldo -. Apuesto a que allí abajo tampoco está la camioneta.
(Moraleja: El arte de no tomarse en serio es lo único que vale la pena de tomarse en serio).

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda -

lunes, 18 de abril de 2011

Relámpago Que Soy





Observa el instante como si fueras el instante mismo: aquí nace y muere al mismo tiempo. Su velocidad es tan grande que recorre el infinito de un extremo al otro y, por lo tanto, no va a ninguna parte. Es el relámpago que se muerde la cola. Todo lo que estás viendo ahora, casas, autos, gente, árboles, luces y sombras, ilusorias novelas, todo esto está muriendo ahora mismo en la hoguera de las vanidades. Inclusive tu afán de conseguir algo o de llegar a alguna parte.
En medio de la hoguera puedes oír una voz altanera proclamando: “Yo quiero hacer lo que me venga en ganas”.
Pero es nada más que otro leño crepitando en la hoguera del silencio.



¿Cuál es la puerta que necesitas atravesar para vivir aquí?




Te estoy viendo,
relámpago
que me llevas
de paseo
por el relámpago
que soy.




El instante recrea, en la persona, el encuentro del padre y la madre. Fuego y agua conviven aquí, entrelazados, configurando la misteriosa unidad de Todo y Nada.
Míralo en esencia: el instante, ¿es presencia o es ausencia?
Al margen de todo significado, al margen de ningún significado, la presencia y la ausencia son disfraces de la única esencia.
Esto puede pasar por mera especulación filosófica, pero cuando se descubre que el misterio recorre nuestras venas, tapar la luz del sol con el dedo es tarea inútil.




Vital consejo:
atiende a la raíz
y no a las ramas.




La máquina de conseguir,
también llamada mente,
puede disminuir la velocidad,
irse aquietando,
cada vez más,
hasta que se aquiete del todo.
Y cuando ya
no tiene nada que conseguir,
lo consigue todo.
Entonces, para burla
de todas las paradojas,
se convierte
en el relámpago mismo,
este relámpago que inventa
y destruye todos los mundos.
Así se revela el truco mágico
de la inocencia:
simplemente ser.
Si eres el relámpago,
es imposible
que el relámpago te queme.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

lunes, 11 de abril de 2011

El Misterio Sin Filtro


La vida nunca responde a los deseos de nadie. Para la mayor parte de las personas, esto se traduce en nueva frustración y su consiguiente amargura. Al final de sus días acumulan, por lo menos, algún difuso resentimiento, o acaso una más pensada resignación.
Pero están los otros, los que son capaces de ver a la vida como un milagro que no puede ser abarcado por ninguna explicación. Esos intuyen que debajo de tantos afanes y conquistas mora el éxtasis supremo que a la vida le está dando vida.
¿Quién soy yo? Esa es la pregunta que cosechan con tanta labranza de incertidumbre. Es el único tesoro que tienen: una pregunta sin respuesta que, sin embargo, no dejan de hacerse.
Comprender es la mayor ilusión del ser humano. Y el que se pregunta “quién soy” sin detenerse en ninguna respuesta es un viento que derriba todos los castillos de naipes construidos por la ilusión humana. Hasta que la última ilusión (la necesidad de comprender) desaparece. Todo es misterio porque todo es nada y porque nada es todo. ¿Qué le queda entre las manos? Este misterio sin palabras. El milagro de la vida. La certeza de ser.
El secreto del éxtasis se le revela tan sólo a quien es capaz de no pedirle nada (absolutamente nada) a la vida.
Simplemente ser. No ser alguien. No ser esto ni aquello. No ser humano ni divino, no ser ignorante ni sabio, no ser sagrado ni profano.
Esto parece inconcebible para el quehacer humano ¿Qué me quieres decir con “simplemente ser”? Acaso estás proponiéndome que viva como un vegetal. Nada de eso. Ni vegetal ni animal. Ni humano, ni ángel, ni dios.
El misterio sin filtro: simplemente ser.







(Por supuesto, el representante del rebaño viene a preguntar: ¿y qué consigo yo con simplemente ser? Respuesta: lo mismo que consigues siempre, absolutamente nada).
Lito Picapiedra – Ja, qué gracioso. Tanto si voy por la izquierda como si voy por la derecha, quedo con las manos vacías. ¿De quién proviene tanta burla?
Gurú Sánchez – Del mendigo que has inventado en el teatro de tus expectativas.
LP - ¿Yo soy el mendigo?
GS – Haces todo lo posible para que parezcas un mendigo. Representas ese papel muy bien. ¿Qué tal te va con esta obra teatral?
LP – Sabes perfectamente que vivo en estado de necesidad.
GS - ¿Y qué necesidad tienes de vivir en estado de necesidad?
LP - ¿Quieres decir que no necesito hacer el papel de mendigo?
GS - ¿Por qué lo haces?
LP – Bueno, es lo que me enseñaron desde pequeño.
GS – Ah, vaya, pero seguir siendo un nene malcriado no te luce, por lo que vemos.
LP – Te estoy diciendo que la vida es sufrimiento. ¿No es así, acaso?
GS – Si te pones gafas verdes, la verás de color verde.
LP – En tal caso, yo soy el inventor del mundo.
GS – Son todos inventos tuyos. Inventas un teatro al que llamas mundo y también inventas un personaje llamado mendigo. Pero no existes tú, pobre mendigo, ni tampoco existe el mundo. Todo es un delirio de tu imaginación.
LP - ¿Y qué me queda de tanta zaranda?
GS - ¿Cómo quieres que lo sepa? Hemos entrado en el reino del no saber. Aquí no hay lugar para los sueños que inventa la razón.
LP – Tienes razón, es una tontería preguntarte qué significado tiene la música.

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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

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Ilustración: El Delta del Río Lena

jueves, 31 de marzo de 2011

El Hogar


En sus épocas

de principiante,

el marino piensa

que el hogar es apenas

una barca

que surca el océano

infinito de la vida.

Hasta que descubre

que el hogar es,

precisamente,

ese océano sin bordes

de la vida.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 26 de marzo de 2011

El Presente Mismo



Cuando estar presente también consiste en saber que estás presente, no existe manera de que ese conocimiento sea personal. Si sabes que estás presente, es porque eres el presente mismo.



En los balcones,
al igual que la hiedra,
pende el silencio.


Julia Paso





El escenario es la conciencia, mientras que la obra teatral que se desarrolla en el escenario también es la conciencia.
La conciencia percibe lo que está contenido en ella. La conciencia contiene lo que percibe.





Ser y saber celebran su boda dentro de ti cuando eres el presente.




Si eres el presente, descubres que sólo el presente puede saber que eres el presente.





Leer este poema del instante
tan sólo puede hacerlo (con la prisa
de la pausa mezclada) la sonrisa
del único lector: el mismo instante.


Más que leerlo, palpitarlo a pleno
o llevarlo a pasear por la leticia
de este fulgor despierto en la caricia
que el corazón desborda de tan lleno.


Dejarlo sin su nombre: que se invente
nombre, semblante, compañero, dios
y aquí lo muestre, lúcido, fulgente.


Y puesto que en un beso besan dos
inventar este beso del instante
que se deja besar por el instante.

Vita Preziosa




La pregunta “quién soy” es engañosa. Tú eres la respuesta y preguntas quién eres. Estás jugando a ser el ignorante de ti mismo.



Ese juego de fingir que eres el ignorante es el juego del ego. Observa lo que está sucediendo: eres el presente, pero el ego finge que es Alguien separado del presente porque tiene la ilusión de sacar provecho propio. Finge que es Alguien que tiene una historia personal, un supuesto pasado que está dirigiéndose hacia un supuesto futuro.
Claro está, no existe ni el pasado ni el futuro. No existe nadie que esté separado del presente. Eres el presente. Simplemente, finges que estás separado.
Saber que eres el presente, por lo tanto, rompe con el hechizo del ego. De pronto se produce el deslumbramiento de recordarte a ti mismo.


Haikú del cielo:
el relámpago muere
justo al nacer.

Julia Paso



El ego queda en descubierto y desenmascarado cuando le muestras lo que está haciendo: finge que está separado del presente porque quiere sacarle una tajada al presente. Ja.
Es una maniobra imposible. El presente es la libertad misma. Observa cuál es su movimiento: muere al nacer y nace al morir. En este lugar, la presencia es ausencia y viceversa. Las dos se anulan entre sí. Y en su lugar queda lo único: la esencia.



Haikú del cielo:
el relámpago nace
justo al morir.


Julia Paso



El presente es la demostración de que nacer y morir se anulan entre sí, para dejar intacta a la vida.
Por lo general, se piensa que la vida y la muerte son opuestos. No es así. El nacimiento y la muerte son los opuestos, la vida es absoluta, no tiene opuestos.
Por otro lado, ni el nacimiento ni la muerte existen. Son opuestos aparentes y nada más. Para prueba, aquí tienes al presente.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda