Cuando estar presente también consiste en saber que estás presente, no existe manera de que ese conocimiento sea personal. Si sabes que estás presente, es porque eres el presente mismo.
En los balcones,
al igual que la hiedra,
pende el silencio.
Julia Paso
El escenario es la conciencia, mientras que la obra teatral que se desarrolla en el escenario también es la conciencia.
La conciencia percibe lo que está contenido en ella. La conciencia contiene lo que percibe.
Ser y saber celebran su boda dentro de ti cuando eres el presente.
Si eres el presente, descubres que sólo el presente puede saber que eres el presente.
Leer este poema del instante
tan sólo puede hacerlo (con la prisa
de la pausa mezclada) la sonrisa
del único lector: el mismo instante.
Más que leerlo, palpitarlo a pleno
o llevarlo a pasear por la leticia
de este fulgor despierto en la caricia
que el corazón desborda de tan lleno.
Dejarlo sin su nombre: que se invente
nombre, semblante, compañero, dios
y aquí lo muestre, lúcido, fulgente.
Y puesto que en un beso besan dos
inventar este beso del instante
que se deja besar por el instante.
Vita Preziosa
La pregunta “quién soy” es engañosa. Tú eres la respuesta y preguntas quién eres. Estás jugando a ser el ignorante de ti mismo.
Ese juego de fingir que eres el ignorante es el juego del ego. Observa lo que está sucediendo: eres el presente, pero el ego finge que es Alguien separado del presente porque tiene la ilusión de sacar provecho propio. Finge que es Alguien que tiene una historia personal, un supuesto pasado que está dirigiéndose hacia un supuesto futuro.
Claro está, no existe ni el pasado ni el futuro. No existe nadie que esté separado del presente. Eres el presente. Simplemente, finges que estás separado.
Saber que eres el presente, por lo tanto, rompe con el hechizo del ego. De pronto se produce el deslumbramiento de recordarte a ti mismo.
Haikú del cielo:
el relámpago muere
justo al nacer.
Julia Paso
El ego queda en descubierto y desenmascarado cuando le muestras lo que está haciendo: finge que está separado del presente porque quiere sacarle una tajada al presente. Ja.
Es una maniobra imposible. El presente es la libertad misma. Observa cuál es su movimiento: muere al nacer y nace al morir. En este lugar, la presencia es ausencia y viceversa. Las dos se anulan entre sí. Y en su lugar queda lo único: la esencia.
Haikú del cielo:
el relámpago nace
justo al morir.
Julia Paso
El presente es la demostración de que nacer y morir se anulan entre sí, para dejar intacta a la vida.
Por lo general, se piensa que la vida y la muerte son opuestos. No es así. El nacimiento y la muerte son los opuestos, la vida es absoluta, no tiene opuestos.
Por otro lado, ni el nacimiento ni la muerte existen. Son opuestos aparentes y nada más. Para prueba, aquí tienes al presente.
--------------------------------------------------------------------
Claro está, no existe ni el pasado ni el futuro. No existe nadie que esté separado del presente. Eres el presente. Simplemente, finges que estás separado.
Saber que eres el presente, por lo tanto, rompe con el hechizo del ego. De pronto se produce el deslumbramiento de recordarte a ti mismo.
Haikú del cielo:
el relámpago muere
justo al nacer.
Julia Paso
El ego queda en descubierto y desenmascarado cuando le muestras lo que está haciendo: finge que está separado del presente porque quiere sacarle una tajada al presente. Ja.
Es una maniobra imposible. El presente es la libertad misma. Observa cuál es su movimiento: muere al nacer y nace al morir. En este lugar, la presencia es ausencia y viceversa. Las dos se anulan entre sí. Y en su lugar queda lo único: la esencia.
Haikú del cielo:
el relámpago nace
justo al morir.
Julia Paso
El presente es la demostración de que nacer y morir se anulan entre sí, para dejar intacta a la vida.
Por lo general, se piensa que la vida y la muerte son opuestos. No es así. El nacimiento y la muerte son los opuestos, la vida es absoluta, no tiene opuestos.
Por otro lado, ni el nacimiento ni la muerte existen. Son opuestos aparentes y nada más. Para prueba, aquí tienes al presente.
--------------------------------------------------------------------
Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Hola Furia:
ResponderBorrarCuando el tiempo se desvanece somos el beso eterno y el eterno baile de la vida-
Un beso eterno.
Siempre lúcida y certera...
ResponderBorrarGracias y un abrazo, querida Furia.
Dios mío, cuanto aprendo!!!
ResponderBorrarMe preguntaba quién soy porque no sabía que la respuesta era yo, bueno, hay tantas cosas que no sabía, ni sé!!
Abrazos
Silvia
Muchas cosas a resaltar en esta entrada, Furia, la conciencia, la pregunta "quién soy", la no existencia del nacimiento y muerte (¿quién iba a experimentar semejante cosa?), el presente...
ResponderBorrarHoy me voy a quedar con esos dos rompedores Haikús.
Gracias amiga, abrazos!
Si yo soy lo que es...
ResponderBorrarQue es lo que no es?
Que es descubierto......
Que es desenmascarado....
Juan Manuel
Claro Furia!!. No hay nacimiento, ni muerte... son opuestos aparentes inventados por esta mente-historia personal.
ResponderBorrarEl eterno baile de la Vida siempre ES... ni nace ni muere...
El relámpago sólo aparece y desaparece a nuestros ojos... ni nace ni muere... aunque no sea visible sigue siendo...
Un abrazo y gracias amiga!!.
Lastima que el conocimiento deductivo de la no existencia del nacimiento y la muerte como tantas otras cosas, no nos prevenga del sock que el medico diga que nos quedan tres meses de vida, o del sufrimiento insoportable de la perdida de un ser querido, la mente emocional siempre va delante de la que maneja datos e información. Es entonces cuando se desmonta el frágil castillo de naipes de la ingenuidad que cree saber, claro que para entonces ya es tarde..., deduzco por tanto que no se debería asentir el Advaita desde las comprensiones emocionales fruto de la lógica poética, la impersonalidad debería impregnar toda visión, toda lectura......, toda conclusión, pero eso abunda muy poco y tiene un precio.
ResponderBorrarPor tento lo que se dice claro, no lo es tanto.
Juan Manuel
Hermoso y certero, Furia, así como las profundas palabras del comentarista llamado Juan Manuel, todo ello para reflexionar, para hacer sangre y piel, impregnarse ... Gracias y un abrazo.
ResponderBorrarPresentisimo Furia:
ResponderBorrarTiempo de siega
En el azul del cielo
Solo una nube
uN abrazote.
Cuando el tiempo deja de zumbarnos en la cabeza, Delia, esto es lo que somos.
ResponderBorrarUn abrazo…
Gracias a ti, Aviló, por la presencia. Un abrazo…
ResponderBorrarEs verdad, Silvia, prácticamente no sabemos nada. Un beso.
ResponderBorrarSí, José Manuel, son maneras de conversar acerca de lo inconcebible, que no difieren mucho de una charla sobre fútbol o sobre una película. Es como si dos amigos se juntaran y preguntaran: ¿Quiénes nos creemos que somos? Ja, vaya tema de charla, parece un diálogo de locos.
ResponderBorrarEl relámpago gobierna al mundo, decía Heidegger, en la onda de los haikús que comentas.
Desde siempre, el ser humano está perplejo con esto que llamamos vida. Mi abuela solía decir: Desnudos venimos y desnudos nos vamos. Pero es lo mismo que decir: Perplejos venimos y perplejos nos vamos.
Un abrazo…
Piedra libre para Juan Manuel, que viene con lámpara. Gracias, amigo, por ese koan.
ResponderBorrarSí, concuerdo contigo, Gorka. Estamos en ese relámpago que no nace ni muere. Somos ese relámpago…
ResponderBorrarUn abrazo
Lo tuyo está claro, Juan Manuel. ¿No es así?
ResponderBorrarSí, Victoria. La gran atracción del Advaita es que se dirige directamente a lo impersonal en cada uno. Las cuitas personales, bueno, cada uno verá cómo las padece. Como dice Dokushó Villalba, un amigo mío: “¿Quién dijo que todo está perdido? Todavía nos queda mucho que perder”.
ResponderBorrarJa, ja.
Y todo eso, como tú dices, amiga, se nos hace sangre y piel, nos impregna de este misterio de estar vivos, de esta perplejidad que nos alumbra como una vela en medio de la gran noche.
Un abrazo.
Qué bueno, ese haikú, Nanako. Un postre perfecto. (Un besote)
ResponderBorrarYo solo se que no se Don lago, desde esa torre vanamente intento gobernar mi barco hacia ningun lugar. No soy ni capitán ni Timonel, y por agua o por el cielo siempre aparecen Gaviotas, pájaros extraños, peces voladores, delfines de papel, Ballenas sin cola, todos traen mapas en su boca. Ahora una tormenta, mas allá el rayo, mil truenos, un Sol calmo, silencio, vientos silbantes, y por si no tenia bastante,.... ahora resulta que nadie pilota, que no hay nave y que los mapas son una ilusión.
ResponderBorrarA poco que no estamos locos, con lo fácil que es ser un niño....
Juan Manuel
Bonito cuadro, de inicio crei ver a muchos pelícanos sonrientes con peinado punk, luego a peces tristes tragándose barcos.
ResponderBorrarHay muchas maneras de ver.