(Cuaderno de apuntes de Juana López)
Nisargadatta Maharaj la llama creatividad y dice que de un trozo de oro se pueden hacer muchas joyas distintas pero todas seguirán siendo oro.
Poesía pura.
Ese tacto inefable del latido que hace danzar al corazón con esta figura de la vida que aparentamos ser.
Este lugar, donde no queda ningún “otro” para dudar o preguntar. Simplemente ser. Y utilizar como leña de este fuego todo lo que “no-es”
Bebiendo a sorbos de esta fuente que es la vida misma y que no tiene tu nombre ni el mío, sino que fluye serenamente por el anonimato del ser, simplemente ser.
Evocar el silencio, desplegarlo en esa voz que no nos pertenece porque brota del silencio mismo, es una manera de usar el lenguaje para despertar y no, como es habitual en la vida social, para dormirnos. En cierto modo, es nuestra manera de compartir conocimiento.
Gracias a la vida que nos da su sabor para compartir en este banquete de la revelación presente.
Darse cuenta de que uno es, es todo lo que hace falta para entrar en la vida desde su totalidad. A partir de la conciencia “Yo soy” advenimos al mundo sin las ataduras de una identidad o de un deseo encubierto de realidad. A partir de la conciencia “Yo soy” el tiempo ya no es necesario para buscar la continuidad, pues la realidad ya está presente y la conciencia de nosotros se sabe como todo lo que podemos dar. “¿Quién soy yo?” será la pregunta fundamental, y ahí comienza la indagación, presenciando la experiencia completamente, desde la verdad más íntima y profunda que podamos hallar: que somos.
José Manuel Martínez Sánchez
En el silencio, desaparece el sujeto. Y al desaparecer el sujeto, también desaparece el objeto, porque uno engendra al otro simultáneamente. ¿Qué es lo que queda entonces? El silencio, la totalidad del ser, que no es impersonal ni personal. En ese silencio, las clasificaciones se ven como lo que son: meros juegos humanos, simples artilugios de hombres y mujeres para imaginar que están viviendo en Lo Conocido.
“Fijar lo errante, desatar lo fijo”,
preconiza la mesa de esmeralda.
Las luciérnagas sueltas de la antorcha
que enciende tu nacer con tu morir
están mostrándote la tierra fértil
donde has sembrado (más profundo incluso
que Dios entre paréntesis) la luz.
Esta es la luz que enciendes por mandato
de la luz que por dentro te visita.
Vita Preziosa
Juana López está escribiendo en este cuaderno y el Ser observa lo que hace. “Estás escribiendo en el agua, no en este cuaderno, Juana”, anota la propia Juana.
La figura del Ser (simplemente ser) es una gran sonrisa sin forma.
Hagas lo que hagas, el resultado es uno solo: simplemente ser. Pensar, sentir, dar forma, deshacerla, inventar o destruir. No importa cuál es la semilla ni cuál es la siembra. Como cosecha, sólo te queda simplemente ser.
Todo lo que estaba antes de nuestro nacimiento es lo natural. Y todo lo que apareció después es lo cultural, encimado con lo natural.
Por ejemplo, hay personas que creen que son españolas o argentinas, o polacas. No es así. Nacieron en España, Argentina o Polonia, pero si hubieran nacido en Canadá serían canadienses.
Entonces, ¿qué es lo que yo soy, aparte del nombre, la cultura y la educación? ¿Qué es lo que soy cuando dejo de lado ese diálogo interno que finge permanencia?
Simplemente ser. Esa persona que los demás creen ver cuando me miran, no es más que un juego de apariencias.
¿En qué tienes que convertirte para ser lo que eres?
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Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Gracias Furia!!!.
ResponderBorrarYa Somos, no hace falta convertirse en nada... Pertenecemos a ese único oro...
Un abrazo cósmico!!.
¿Qué somos en este juego de apariencias?
ResponderBorrarUn beso, Furia.
Sí, ahí está en buena parte el origen del destierro: "Esa persona que los demás creen ver cuando me miran", lo trágico es que esa imagen la asumimos (se impone al niño). El núcleo de la "enseñanza" de Douglas Harding explica ese proceso por el cual nos ponemos en nuestro no-rostro esa cara que los demás ven.
ResponderBorrarNo sé si está muy bien hilado pero eso me ha inspirado esta entrada.
Un abrazo, Furia, y feliz año.
¡Que bueno!: "hagas lo que hagas, el resultado es uno solo: simplemente ser. Pensar, sentir, dar forma, deshacerla, inventar o destruir. No importa cuál es la semilla ni cuál es la siembra. Como cosecha, sólo te queda simplemente ser"
ResponderBorrarDecía Nisargadatta: Mira a ver que eras antes de que nacieran tus padres.
Esta es un proposición incendiaria, un tortazo a la historia personal tan bien urdida por la mente. Antes, durante, despúes, nos queda solo eso, solo Ser.
Gracias. Un abrazo.
"... una gran sonrisa sin forma ..." qué bella descripción del testigo silente.
ResponderBorrarUn abrazo amiga!
Tonto, muy tonto ha de ser el "buscador" que empujado por Su tontería más sutil, busca y no encuentra lo que YA ES. Trillones de meditadores y contempladores "experimentando" la unión con el ser, la fusión con el altísimo, ser uno con eso... empujados por Su tontería más sutil y "experimentando" como solo pueden experimentar los personajes soñados en esta maravillosa ilusión, solo sostenida por ESO que YA ES (pese a todo, incluso nosotros mismos)
ResponderBorrar"¿En que tienes que convertirte para ser lo que eres...?" GRACIAS...Furia
sigamos jugando...
Somos oro puro. Un abrazo dorado, Gorka. Feliz Año Nuevo.
ResponderBorrarUn beso, Neytiri, más allá de las apariencias.
ResponderBorrarSí, José Manuel. Asumimos esa personalidad y nos creemos eso. Después, para colmo, pretendemos convertirnos en lo que somos realmente. La historia del absurdo humano.
ResponderBorrarUn abrazo. Feliz año nuevo.
Ja, ja. Tienes razón, Tina. Es un tortazo a la historia personal. Y cómo nos gusta contar y volver a contar esa historia. Queremos convencernos a toda costa de que somos una entidad con vida separada. Dices bien: antes, durante, después, nos queda sólo eso: sólo Ser.
ResponderBorrarUn gran abrazo
Un gran abrazo sin forma para ti, querida Victoria. Muchas felicidades.
ResponderBorrarSigamos jugando, Santosham. Feliz año nuevo.
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