(Apuntes de un diario personal)
Puedes viajar todo lo que quieras, ir a los lugares más remotos, cambiar de climas y de paisajes, que finalmente habrás de admitir que no has ido a ninguna parte. Siempre estás aquí.
Aquí es la fuente y, como sabes, la fuente saca de sí misma todo lo que no tiene. Pero, entonces, ¿qué es la fuente, qué es lo que no tiene?
Alguien a quien llamo “yo” está de viaje. Está yendo en tren hacia el corazón de la gran ciudad.
Pero estoy aquí. El agua que brota de la fuente viaja y en ese viaje se va de nuevo a buscar la fuente.
Está empezando el amanecer. La luz artificial, en el vagón del tren, se debilita. Un hombre bosteza, aquella mujer se maquilla con un espejito de mano, un muchacho que está de pie parece tener los ojos en el paisaje pero en realidad está pensando en otra cosa.
El mundo entero brota de la fuente. El observador y lo observado brotan de ella.
Nueva estación: el tren se detiene. Una señora anciana sube y con ella su nieta. Suben un trabajador con su caja de herramientas, un estudiante y otro hombre de traje y portafolio. Alguien le cede su asiento a la anciana. Todo esto emana de la fuente.
Existen muchos caminos para la mente. No hay caminos para el corazón, porque es infinito y todo lo permea.
Mooji
El tren llega a la Estación Central. Yo sigo aquí. No he viajado a ninguna parte.
El bullicio emana de la fuente. La energía se despliega en un racimo de centenares de personas que van y vienen. Todos son el agua de la fuente que escapa y escapa rumbo a la misma fuente. Todos van de viaje a ninguna parte. Todo está aquí.
Por eso se le llama “ilusión” al mundo de los fenómenos. Ilusión viene de “iludir”, que en castellano arcaico sigue significando eludir. Pero eludir el silencio es imposible. Vayas a donde vayas, de aquí no te mueves.
El abandono.
Flauta que los vientos
del corazón encienden.
Árbol que cruje en el carozo
lleno
de frutos. Rumbo manso
de la sorpresa
que abre su secreto.
Dionisio Mayor
“¡Taxi”, grita un señor desde el cordón de la vereda. Pero ya el taxi ha pasado de largo unos metros y estaciona junto a la señorita vistosa que, con menos esfuerzo, consigue mejores resultados.
Los ruidos de la multitud dispersa crepitan en el aire, nacen y mueren en el acto, refuerzan el gran silencio que envuelve a la ciudad, que la penetra.
Todo mana del silencio, todo vuelve al silencio.
Buscar la plenitud
es caer en la falta.
¿Dónde ir a buscarla que no esté?
Sólo el vacío encuentra plenitud.
El que busca no encuentra.
Kung Tien
Estoy a unas diez cuadras de la oficina. Conseguir un autobús o un taxi puede ser trabajo inútil o forzoso. Decido irme a pie. Por eso, conviene andar de tacos bajos.
La certeza de estar “yendo hacia ninguna parte” es el máximo deleite de salir a caminar. Cuando das un paso para seguir quedándote aquí, el mundo desaparece aunque se despliegue aquí mismo, delante de tus ojos. Todo es ilusión y todo es milagro.
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Extraído del libro "El Buscador es el Ego", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Foto: Tren por Sierra de la Ventana
Cuando nos desidentificamos de este viajero ilusorio, el Verdadero Viajero disfruta del viaje...
ResponderBorrarGracias amiga querida, ya sabes que disfruto un montón con los viajes con que nos deleita la vida a través de ti!
Hola Furia,
ResponderBorrarnuevamente describes, con facilidad, en tu relato una evidencia de las más escurririzas de percibir (la ilusión es lo que tiene). Y es que uno jamás ha venido al mundo y, por tanto, no va a ningún lado, sino que el mundo se despliega ante uno.
Uf, qué bien empezamos la mañana.
Gracias por estos buenos momentos.
Un abrazo!
Ciertamente, querida, conviene andar de tacos bajos. Aquí. Un abrazo.
ResponderBorrarQuerida Furia: El tao también describió este no viaje:
ResponderBorrar"Sin salir de la puerta
se conoce el mundo.
Sin mirar por la ventana
se ve el camino del cielo.
Cuanto más lejos se va,
menos se aprende.
Así, el sabio,
No da un paso y llega,
No mira y conoce,
No interfiere y cumple."
Sólo el Silencio ES. Magnífica entrada. Gracias!
Un abrazo!
Todo es milagro y todo ilusión. El tren, sus pasajeros, la estación central, la protagonista de la historia, la historia, quien escribe la historia, quien la lee, quien escribe acerca de lo que lee. Quien se da cuenta de todo eso, al igual del que no lo ve en absoluto también. Lo que es no tiene espejo en que mirarse y a la vez todo es espejo de lo que es, que es como decir que todo lo que es es. Todo vuelve a donde nunca salió.
ResponderBorrarHola furia, viajar y viajar incluso sin transporte es como perder un poco de nuestra pureza interior y regalarla al abismo.
ResponderBorrarPara que irte si todo es ilusión como vos decís .Vaya donde vaya perderé todo cada día.
Un gran beso en este gran día.
El presente lo contiene todo. No sobra ni falta nada. El viaje es eterno.
ResponderBorrarUn beso, Furia
Hola Furia:
ResponderBorrarLos viajes del yo terminan siempre en una frustración...y el deseo vuelve a nacer; quizá deba ser así para llegar algún día o nunca, a comprender que no hay viaje, ni hay yo.
Hola furia de nuevo,
ResponderBorrarEste es un viaje misterioso y dentro mío tengo todo el equipaje que necesito, que milagro despertar y saber que seguimos, que todos vamos hacia ninguna parte como vos decís o con certeza hacia el mismo final. Milagro es como viajamos cada instante hacia el. Un gran comienzo con tus regalos un besote.
Hola furia de nuevo,
ResponderBorrarEste es un viaje misterioso y dentro mío tengo todo el equipaje que necesito, que milagro despertar y saber que seguimos, que todos vamos hacia ninguna parte como vos decís o con certeza hacia el mismo final. Milagro es como viajamos cada instante hacia el. Un gran comienzo con tus regalos un besote.
Hola, Furia. Se me ocurre pensar que para viajar lo mejor es andar ligero de equipaje. Y si es posible, sin equipaje. ¿No es así?
ResponderBorrarHola, Joy. Cuando ya no soy la viajera ilusoria, como tú dices, entonces hay una percepción impersonal que está disfrutando ese viaje del sueño a través de mi persona. ¿Qué es todo esto? Una pregunta que sólo puede responder la única mirada.
ResponderBorrarCada visita tuya es otra de tus acuarelas para mí. Gracias, amiga por tu presencia y por esa alegría que trasunta tu persona. Un abrazo grande.
Qué buena observación, José Manuel. Por eso no voy a ninguna parte, porque no he venido al mundo.
ResponderBorrarEstar aquí, cuando todo el sueño te indica que vas hacia otro sueño, es parar el mundo.
Cosa de locos para no caer en un mundo de locos.
Un abrazo.
Sigamos andando, de tacos bajos, por aquí. Un abrazo, Amelia
ResponderBorrarSin salir de la puerta, Zanara. Mantenerse aquí. Certeras palabras de Lao Tzu hechas en un idioma que ya ni existe. Más acá de las palabras, el silencio mantiene todo y nada, yin y yang, cómodamente instalados en el Tao.
ResponderBorrarEl camino del cielo nos ve pasar sin habernos movido de aquí. Gracias por tu presencia, compañera de viaje. Un abrazo.
Hola, Anónimo. El silencio sigue mostrando, con palabras que no existen, sus andanzas.
ResponderBorrarHola, Nanako. Se nos da este día para que demos este día.
ResponderBorrarUn besoto
Vivir en este lugar donde no falta ni sobra nada, Paula. En eso estamos. Un beso.
ResponderBorrarAh, Delia. Te copio entera esta reflexión. Está cargada de silencio. Me la guardo como tesoro. Y, por supuesto, gracias por el regalo. Un abrazo.
ResponderBorrarHola, Nanako, de nuevo.
ResponderBorrarViajando ligera, sólo te queda el milagro del instante. 00
Te recomiendo algún experto en computadoras, ja, para evitar que el mensaje salga duplicado. A mí suele pasarme también, a veces.
Besoto (de nuevo).
Sí, Oso. Esa es una recomendación muy celebrada de Ramana Maharshi. Para él, sólo hay un sadhana (una práctica), la de quitarse de encima todo lo que no soy.
ResponderBorrarBuen viaje.