domingo, 18 de septiembre de 2011

Vivir sin Ilusiones





Meditación es el arte de vivir sin ilusiones.



Para vivir sin ilusiones, es necesario dejar de ser una fábrica de ilusiones.



¿Por qué la vida se convierte para cada uno en una fábrica de ilusiones? Porque cada uno cree que la vida es “su” vida. Vale decir, la ilusión más difundida entre los seres humanos es la creencia de que cada persona tiene una vida propia.



Por pura evidencia: no tienes una vida; eres vida.




Cuando imaginas que tienes una vida, te dejas llevar con facilidad por el delirio de controlar eso que llamas “tu vida”. Como si fueras el artífice que te hace latir el corazón o que le da respiración a tus pulmones.



No se puede fabricar meditación. Para vivir en el país de la meditación, hay que mandar a la bancarrota a la fábrica de ilusiones (el ego).





La fábrica de ilusiones es nada más que el compendio de todos los vicios. La meditación adviene, simplemente, cuando se abandona el vicio de fabricar ilusiones. Cuando se abandona el ego.



La meditación rechaza todo lo que nace y así se asegura de rechazar todo lo que muere.




La meditación es el disolvente de toda idea. Por eso, no puedes hacerte una idea de ella.




¿Puedes prestar atención a la atención que me estás prestando? Eso es meditación.

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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 24 de julio de 2011

Un Poco de Nada



La vida no nace ni muere porque puede prescindir de sí misma.




Desear y tener son dos postres pesados y tóxicos. Con la luminosa comida del presente tienes de sobra para vivir satisfecho y no pasar hambre nunca jamás.




No puedes cambiar
tu destino porque,
si lo cambiaras,
sería ése tu destino,
el de cambiarlo.
Cuando esto
se comprende,
también queda en claro
que no existe
la más mínima separación
entre ninguna cosa
y cualquier otra cosa,
ni existen las circunstancias
de un supuesto “destino”
separadas de un supuesto “yo”.





En cuanto descubres que nada existe, te ves diciéndote sin palabras: “Esto es lo único que existe”.








Nada existe.
Por eso,
es absolutamente
asombroso
que este helado
de chocolate
sea tan rico.




Desde
el punto
de vista
de la nada,
todo
es increíble.




Conciencia
de la conciencia.
Más uno
menos uno
igual a cero.





Cualquier definición es arbitraria, incluso ésta.








Yo soy,
pero
no soy yo.




La libertad no se cultiva, porque está hecha de nada.






Cuando te concentras en nada, descubres fácilmente que esa nada es todo lo que hay.
¿Qué clase de paradoja es ésta?, se pregunta la mente lógica. No hay ninguna contradicción en ello. Lo llamas “nada” y te resulta chocante que sea “todo”. O al revés, lo llamas “todo” y es evidente que se trata de “nada”.
Pero cuando dejas de lado toda dualidad aparente y vas al fondo de este abismo sin fondo, percibes con claridad que no es ni una cosa ni otra, sino que apenas estás lidiando con dos palabras que no significan ni fu ni fa. O bien descubres que se trata del infinito desnudo, sin nombre ni apellido. Y tú eres Eso.












Sólo hay vida viviéndose a sí misma.
Vida viéndose a sí misma.
Vida oyéndose a sí misma.
Vida encontrándose a sí misma a cada momento.

Adyashanti
Meditación Auténtica





La nada es perfección pura. No puedes tocarla, porque si lo hicieras, la contaminarías. Tampoco puedes imaginarla: si lo hicieras, la distorsionarías. Ni siquiera puedes sentirla: sólo si fueras nada podrías sentirla. ¿Pensar en ella? Ni hablar…. Sólo la nada puede pensar en la nada. ¿De qué estamos hablando, entonces? De nada, de nada…






¿Qué nos queda por hacer?
Tan sólo las maletas,
ir a la estación sin ellas,
subir al tren
y despedirnos de nosotros mismos.
Exacto: ésa es la única práctica,
si es que hay alguna.


Wei Wu Wei (Terence Gray)
Secreto Abierto





Mente de nada o nada de mente, para el caso da igual…


Un monje se le apareció a Chao Chu y le dijo:
- Traigo nada entre mis manos, ¿qué hago?
- ¡Arrójala! – le respondió Chao Chu.
- Te digo que traigo nada entre mis manos, ¿cómo quieres que la arroje? – insistió el monje.
- Está bien, ¡llévatela! – le dijo entonces Chao Chu.





La libertad está hecha de nada. No puedes cultivarla, ni producirla, ni alcanzarla, ni conservarla, ni perderla, ni destruirla. En suma, aunque ella es la fuente de todo entendimiento, no puedes entenderla.
Préstale atención y verás que esa misma atención es nada.





Hay quienes piensan que la nada es mera abstracción. Por el contrario, la nada es lo más concreto que hay.







Cuando nos sentimos satisfechos de no ser nadie en particular, contentos con no sobresalir, entramos en consonancia con el poder del universo. Lo que parece debilidad para el ego es en realidad la única fortaleza verdadera. La verdad del espíritu es diametralmente opuesta a los valores de nuestra cultura contemporánea y la forma como ésta condiciona el comportamiento de las personas.

Eckhart Tolle
Una Nueva Tierra






La nada es una boca de mujer que está besando la boca de hombre de la nada.




Lo inconcebible te perturba sólo si quieres concebirlo.










Ser consciente de la nada
sin prescindir del todo.
No perder la conciencia
del silencio
mientras las palabras
nacen y mueren.
Ni buscarle significado a la nada.
Ni buscar todo fuera de todo.
Aunque todo sea nada.

Vita Preziosa
Todo Para Nada




No se puede buscar la nada. No se la puede evitar. Todo está hecho de nada. Por eso, averiguar qué es la nada no es sino tarea de la nada.
En realidad, los maestros te seducen con su atención y cuando dicen: “Conócete a ti mismo”, te están diciendo que la vida es un poco de nada tratando de averiguar qué es la nada.









Una persona preguntó a Yaoshan:
- ¿Qué debería hacer en caso de emergencia?
Yaoshan dijo:
- No prestar atención a ningún otro asunto.
La misma persona preguntó:
- ¿Qué debería colocar sobre este altar?
Yaoshan dijo:
- ¡Nada!





Mi estación es donde nada es (paramakasha); las palabras no llegan ahí, ni los pensamientos. Para la mente, ello es todo oscuridad y silencio. Entonces la consciencia comienza a bullir y despierta a la mente (chidakasha), la cual proyecta el mundo (mahadakasha), construido de memoria e imaginación... Está en la naturaleza de la mente imaginar objetivos, esforzarse hacia ellos, buscar medios y vías, desplegar visión, energía y coraje. Estos son atributos divinos y yo no los niego. Pero yo tengo mi estación donde no existe ninguna diferencia, donde las cosas no son, ni tampoco las mentes que las crean. Ahí yo estoy en casa. Acontezca lo que acontezca, no me afecta —las cosas actúan sobre las cosas, eso es todo. Libre de la memoria y de la expectación, yo soy fresco, inocente y cordial. La mente es el gran operario (mahakarta) y necesita reposo. No necesitando nada, yo soy sin temor. ¿De quién tener miedo? No hay ninguna separación, nosotros no somos sí mismos separados. Hay solo un Sí mismo, la Realidad Suprema, en la que lo personal y lo impersonal son uno.

Sri Nisargadatta Maharaj
Yo Soy Eso










Hablar de la nada es otro de los grandes trucos de la nada. Las palabras (como cualquiera puede comprobar) no nacen ni mueren, así que carecen por completo de existencia. Hay quienes afirman que las palabras nacen al morir o mueren al nacer, pero para el caso da lo mismo. Lo que se diga, incluso, puede tener un significado muy profundo, como por ejemplo: “El éxtasis consiste en que la nada hable de nada y que sea testigo de tanta luz”. Pero, tal como queda dicho, todo esto no significa nada.











Desde tiempo inmemorial, la ilusión, la mentira, la hipocresía y el orgullo se han congregado para configurar nuestro cuerpo. Por eso dicen las escrituras que nuestro cuerpo es un agregado de elementos carentes de identidad que aparece y se disgrega juntamente con aquéllos. La absorción del reflejo del océano consiste en interrumpir la sucesión interminable de los pensamientos y permitir que cada uno de ellos se disuelva pacíficamente.

Ma Tsu
La Esencia del Zen













Cualquier grumo de nada se cree más importante que la nada. Es la historia del hijo pródigo, la del millonario que niega sus orígenes de simpleza y humildad, la del agua que fluye y huye del agua…
Esto es el famoso proceso que los místicos antiguos han llamado “maya” y los rústicos poetas del zen consideran “ilusión”.
Despertar (aunque muchos lo llaman “muerte”) es la nada descubriendo que jamás ha salido de la nada.




Ante los ojos de la nada, todos los fenómenos son transparentes.

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Extraído del libro "Un Poco de Nada", de Furia del Lago, Editorial Ananda

sábado, 16 de julio de 2011

Destino



No puedes cambiar
tu destino porque,
si lo cambias,
sería ése tu destino,
el de cambiarlo.
Cuando esto
se comprende,
también queda en claro
que no existe
la más mínima separación
entre ninguna cosa
y cualquier otra cosa,
ni existen las circunstancias
de un supuesto “destino”
separadas de un supuesto “yo”.


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Extraído del libro "La Estrategia del Amor", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 10 de julio de 2011

El Cielo Imperturbable




LITO PICAPIEDRA – Dicen que hay una puerta que nos permite ingresar en el Infinito.
GURÚ SÁNCHEZ – Si hubiera una puerta, ¿estaría fuera o dentro del Infinito?
LP – Ajá, es una pregunta con trampa…
GS – Ya sé, ya sé, viene con trampa. No puede haber nada dentro del Infinito, porque eso significaría que pudiese haber algo afuera y que lo tenemos dividido en dos. Es sólo una manera de mostrarte que no necesitas abrir ninguna puerta para estar donde ya estás y para ser quien eres.
LP – Pero, entonces, estamos suponiendo que yo soy el Infinito.
GS – Si eres, no puedes ser algo separado del Ser.
LP – Entonces, ¿por qué existen quienes dictan ejercicios y maniobras para lograr el estado original del Ser?
GS – No hay tal cosa. Sólo son nubes que aparecen para mostrarte que el cielo es imperturbable.
LP - ¿Para qué meditar, entonces?
GS – Meditar suele concebirse como un medio para un fin. La finalidad sería estar presente. Así que te empeñas en meditar y te empeñas en estar presente. Hasta que descubres que ya eres el presente. Por lo tanto, el fin no es algo diferente del medio. El medio para llegar al presente es el presente mismo.
LP – El presente es la otra orilla, el presente es el puente, el presente es esta orilla.
GS – Esto es meditar.


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Extraído del libro "La Estrategia del Amor", de Furia del Lago - Editorial Ananda

martes, 21 de junio de 2011

Un Rato


Si la máquina de razonar

se detiene por un rato,

ese rato es eterno.

Entonces se comprende

que la comprensión

es un nudo en el río,

un simple

remolino de agua

que quiere creerse

distinto del río,

del agua y de sí mismo.


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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

jueves, 2 de junio de 2011

A La Hora del Almuerzo



Andas por todas partes diciendo
que eres Mengana o Fulano.
Pero son todas figuraciones
de una danza que te gusta bailar
en el Salón de los Espejos. Por eso,
a cada rato te pones a cantar
definiciones absurdas acerca de tu persona
y repites la melodía consabida:
me gusta esto, desprecio aquello,
cultivo mis costumbres y abomino
de lo desconocido, machaco mi rutina
y nunca tomo por las calles oscuras.
Pero si llegas a la hora del almuerzo
hasta mi casa, no puedo ofrecerte
sino la comida que vengo
preparando desde temprano.
Observa todo lo que tienes: este instante.
Si te quedas por completo sin idea,
compruebas que este instante presente
es todo lo que eres.
Una vez que la revelación
te recorre las venas, ¿para qué
necesitarías preguntarte quién eres?
En cuanto te preguntas quién eres,
te conviertes en la respuesta que anda
en busca de la respuesta que ya eres.
Ah, pero la revelación es
demasiado deslumbrante, es un fuego
que incendia por completo y sin piedad
todas las imágenes de ti mismo
que atesoras. Te gusta figurarte
que eres alguien importante, ¿no es así?
Pues bien, si realmente el instante presente
es lo que eres,
todo ese cúmulo de importancia
se derrite como helado al sol.
Ahora tienes toda la información necesaria
para ser consciente de ser.
Te has quedado sin historia.
Ya no vislumbras ningún futuro.
Todo lo que tienes entre manos
es el presente que eres.
El vacío de todas las formas.
Todas las formas del vacío.
La vida sin meta ni motivo.
Disfruta conmigo de este almuerzo
que nos brinda el sol del mediodía.


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Vita Preziosa

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Extraído del libro "Calle Libertad", de Vida Preziosa - Editorial Ananda

domingo, 22 de mayo de 2011

Besando el Gozo





La mente, cuando carece de una idea
que pueda usar como pista de aterrizaje,
apenas es una brisa que pasa
sin dejar huellas en el cielo.
Pero si tú la llamas libertad pura,
con eso ya la conviertes en una idea.

Vita Preziosa



En esto, como en todo, el instante presente es el maestro. ¿Qué idea puedes hacerte acerca del instante?

Furia del Lago




La mente no debe descansar en lugar alguno y así debe permanecer. No descansar en lugar alguno significa no permitir que la mente se detenga en nada, sea lo que sea. Que no se detenga en nada significa que la mente no contemple el bien ni el mal, dentro ni fuera, vacío ni no vacío, ser ni no ser. Este no detenerse en nada es el estado en que debe permanecer la mente. Aquellos que lo alcanzan se dice que poseen una mente que no se posa en cosa alguna. En otras palabras, poseen la mente de la iluminación.

Hui Hai





El instante no tiene un instante donde posarse.

Furia del Lago






El Hijo del Hombre no tiene una almohada donde apoyar la cabeza.

Jesús de Nazareth





No eres una flor
que se queda a vivir
en un lugar fijo
del jardín.
Eres el perfume
que viaja a través
de todas las flores.

Vita Preziosa







Si estás aquí, no estás aquí ni en ninguna parte.

Dionisio Mayor





Si todo lo que existe es impermanente, no existe impermanencia ni permanencia.

Nagarjuna




Hay que imitar la muerte hasta que sea
ella la que te busque y no te vea.

Dionisio Mayor





Lo único que permanece es el cambio.

Wei Po






Puesto
que cada cosa
ya está en su lugar,
hagas lo que hagas,
cada cosa
caerá en su lugar.

Furia del Lago








La Presencia Absoluta no puede realmente ser rechazada ni aceptada. Huir de ella es como tratar de huir de tus propios pies. Aceptarla es como tratar de besar tus propios labios.

Wei Po





La mente que no se detiene en el presente es la barca que te permite reposar en el presente.

Furia del Lago




Cuando navegas en el río
a favor de la corriente,
¿qué haces?
Disfrutas del viaje
y del paisaje.
A veces hundes un remo,
a veces
tienes que cuidarte
de los vientos fuertes
o guarecerte de la lluvia.
Pero así son las cosas;
tú sigues a favor de la corriente.

Vita Preziosa






La vida es un río, el ego un bloque de cemento.

Dionisio Mayor







Toda la vida y el vivir es un flujo y si aceptamos ese flujo y entramos en él, la vida puede resultar tremendamente sencilla. La vida presenta problemas porque luchamos contra ella, no aceptamos Lo-Que-Es en el momento presente.

Ramesh Balsekar





Cuando digo que la vida es un río estoy diciendo que tú eres un río. Eso es lo primero que necesitas aprender. Lo otro: que el río no tiene manos. Una vez que se comprenden estos datos básicos, estás en condiciones de que la revelación suprema te incendie totalmente: tú eres el presente infinito. Todo lo demás, son meras alucinaciones.

Flora Espinosa




Viajo por este mundo sin límites por donde no sé y cada uno de mis pasos es mi propia casa.

Dogen






Una mente distraída con el apego y el odio es una mente presa del engaño; una mente libre de ambos es real y alcanza el estado en el que los opuestos son vistos como vacío, lo que equivale a haber alcanzado la liberación. Para ello no es necesario que os sentéis en meditación, puesto que se trata de que la mente nunca se pose en nada, ya sea que estéis caminando, de pie, sentados, acostados o haciendo lo que estéis haciendo.

Hui Hai







¿Quién puede ser el dueño de la vida
que de nada se adueña? No tener
es todo lo que tú puedes tener.
Los cimientos del arte de la vida
reposan en el mágico momento
que viene y se nos va. Somos semilla
de conciencia que alberga el sentimiento
de ser árbol. Perfecta maravilla
que el solo árbol de la eternidad
desparrama en su afán de disfrazarse
de múltiple. Semblanza de oquedad
que de sí misma sabe así llenarse,
la vida es infinita en su caverna
sin paredes, efímera y eterna.

Vita Preziosa








El que ha dado una descripción muy vívida del asunto es Ramana Maharshi. Dice que un hombre sube a un tren cargado con una valija sobre los hombros. Una vez que ha subido, sigue con la valija sobre los hombros mientras el tren arranca. “No hace falta que siga cargando la valija –dice Ramana-. Si tan sólo la deja en el piso, el tren mismo se encargará de ese peso. Y así usted viajará sentado, sin moverse ni hacer esfuerzo de ninguna clase, encima de un piso que se mueve”.

Flora Espinosa





Este completo despertar interior a una mente que no se posa en cosa alguna equivale a tener una clara percepción de tu propia naturaleza original.
Una mente que no se posa en cosa alguna es la mente de alguien que se ha liberado, la mente no creada, no nacida, iluminada o despierta, donde la naturaleza de todas las apariencias es irreal.

Hui Hai





Quien se apega a un gozo, destruye la vida que pasa volando; pero aquel que bese el gozo cuando pasa volando, vive en la aurora de la eternidad.

William Blake


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 14 de mayo de 2011

Astilla Seca




Cuando se dice que el amor es todo lo que hay, eso no suele pasar de una frase hecha, cuya médula es inalcanzable para la mayoría. A poco de razonar, cualquiera puede venir a decirnos: “Si el amor es todo lo que hay, entonces, ¿por qué existen los dictadores o los asesinos en serie?” Y esto, usando la lógica, parece muy difícil de rebatir.
Lo que cuesta comprender es que el amor no es personal. No es una persona buena que se porta bien con otras personas. El amor es una fuerza única que está moviendo todo, absolutamente todo. Es la fuente que está produciendo todos los fenómenos. Es la vida entregando la vida.
Si lo miramos con espíritu cuántico y en detalle, la vida es nada más que este momento. La paradoja viviente. Porque este momento que pasa es el momento que se queda. Nace y muere al mismo tiempo. Pues bien, la vida es eso: lo que está más allá de muerte y nacimiento.
Hay quienes piensan que la vida es el opuesto de la muerte. No es así. La vida no está en el juego de los opuestos y así se mantiene inmutable. La vida está más allá de la muerte y más allá del nacimiento. Por eso es que la vida consiste en dar la vida. Está hecha de amor puro.
En medio de este escenario que desborda toda definición, aparece una persona cualquiera entrenada como si fuera una “máquina de conseguir”, es decir, hipnotizada por su propio espejo, por el ego. Esta persona quiere conseguir algo para sí misma. “Yo quiero amor pero para mí, un amor personal, exclusivo, diferente”. Así van al océano del amor con un balde, sacan de allí un poco de amor y se lo llevan a su casa. Resultado: un balde del océano no es el océano.
Es probable que a esta persona, luego de esforzarse por conseguir amor a toda costa, se le aparezca alguien para decirle: “Estás perdiendo el tiempo y la energía. El amor es todo lo que hay, ¿a dónde quieres ir a buscarlo?”
Un simple vistazo a la situación y aparece la grandeza del océano. “Yo sólo quería un balde, no el océano entero” (dice alguien). Y bueno, es lo que hay. El amor es todo lo que hay, ya te lo hemos dicho.
“Es que yo no quiero dar la vida”, se queja el ego. Respuesta: te guste o no, estás dando la vida. Todo es así, la totalidad de esta presencia ineludible nos proclama: la vida consiste en dar la vida.
Pongámonos bajo examen. El amor es todo lo que hay. En tal sentido puede asegurarse una cosa: no hay elección. El famoso libre albedrío no cuenta. Puedes sufrirlo o gozarlo, pero ni siquiera eso depende de ti. Cuando quieres manipular al amor, estás suponiendo que eres algo separado del amor. Y si eres algo separado del fuego, el fuego te quemará. Por supuesto, se trata de una ilusión, no hay nada separado de este fuego del amor. Pero en ese mismo mundo de la ilusión, sentirás cómo te quema. Cuando te desprendes de toda ilusión, entonces descubres que eres el mismo fuego del amor. Entonces, brillas con la hoguera misma de este momento que llamamos amor. Y en este fuego que eres, te quemas. Pero no lo sufres. Ni siquiera lo gozas. Eres el fuego mismo del amor, así que ya no importa que te estés quemando, que estés dando la vida.
Este es el amor desplegado como sabiduría: la vida consiste en dar la vida. Los antiguos han querido transmitirnos esto. A ellos se les llama iluminados. Pero ellos aclaran: yo no poseo nada distinto de lo que usted posee. ¿Entonces, en qué consiste esa iluminación?
Todos estamos dando la vida. La persona que quiere separarse de la vida, se resiste a darla, de una o de otra manera, pero sobre todo pensando en cómo negarse a la entrega. En cambio, la persona que ya no se quiere sentir separada, entrega su vida de mil amores. A eso se le llama iluminación: das la vida completamente y a sabiendas, sin la menor resistencia. Ya no eres una astilla mojada que se resiste al gran fuego de la vida. No. Ya eres el fuego mismo de la vida.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 6 de mayo de 2011

Fuego


Lo único
que no es
consumido
por el fuego
de ser
es
el fuego de ser.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 29 de abril de 2011

Ningún Resquicio



No podemos afirmar
que la Eternidad Infinita
es real o imaginaria,
puesto que lo abarca todo
y no queda ningún resquicio
donde puedan separarse
preguntas o respuestas
que pretendan saber
sobre su realidad o su irrealidad.
De hecho, lo real o lo irreal
sólo son ideas que asemejan
dos granos de arena
en la playa infinita de la Eternidad.

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Extraído de "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

miércoles, 27 de abril de 2011

Paisaje del Silencio





En el paisaje del silencio, el observador se vuelve consciente de que forma parte de lo observado. En otras palabras: el observador y lo observado son el mismo ser. La separación entre objeto y sujeto se muestra como ficticia. Y si no hay separación, ¿qué es lo que soy yo? Nada que se pueda definir. Soy ser. No sujeto ni objeto, no alguien en especial, ni tampoco algo. Simplemente ser.

sábado, 23 de abril de 2011

Paracaidista


Cuando iba yo a la escuela secundaria, me ocurrió una vez que tuve una serie de problemas de todo tipo. Me saqué una mala nota, perdí la oportunidad de ingresar en un equipo deportivo que me interesaba y, como frutilla del postre, tuve una pelea bastante “grave” con una amiga. Todo eso, más o menos, en un período de cuarenta y ocho horas.
Mi papá se dio cuenta de que andaba yo con la cara larga y me preguntó qué me pasaba. Cuando le conté, para mi total enojo, se largó a reír.
- No te enojes – me dijo al ver mi cara de girasol en día nublado -. Justamente, lo que debes aprender es a sacar provecho de las adversidades. Para eso, lo primero que te conviene aprender es a no tomarte tan en serio. Siempre es mejor ver las cosas con humor.
Me contó entonces un cuento de Anselmo Cataldo, porque sabía perfectamente que es mi personaje favorito y mi auténtico maestro.
Resulta que Anselmo Cataldo estaba tomando clases de paracaidismo. Una tarde, Anselmo y su instructor estaban en el avión y se asomaron a ver el campo, allí abajo, a tres mil metros de distancia.
- No hay por qué preocuparse – le aseguró el instructor -. Salte, cuente hasta tres y tire del cordón de apertura. Si falla, tire del cordón de reserva. En tierra, lo estarán esperando en una camioneta.
Anselmo aspiró profundamente y se tiró al vacío. Después de la caída libre, contó hasta tres y tiró del cordón de apertura.
No sucedió nada, así que tiró del cordón de reserva. La cuerda se rompió y el aire se llevó unas cuantas hebras.
- ¡Maldición! – exclamó Cataldo -. Apuesto a que allí abajo tampoco está la camioneta.
(Moraleja: El arte de no tomarse en serio es lo único que vale la pena de tomarse en serio).

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda -

lunes, 18 de abril de 2011

Relámpago Que Soy





Observa el instante como si fueras el instante mismo: aquí nace y muere al mismo tiempo. Su velocidad es tan grande que recorre el infinito de un extremo al otro y, por lo tanto, no va a ninguna parte. Es el relámpago que se muerde la cola. Todo lo que estás viendo ahora, casas, autos, gente, árboles, luces y sombras, ilusorias novelas, todo esto está muriendo ahora mismo en la hoguera de las vanidades. Inclusive tu afán de conseguir algo o de llegar a alguna parte.
En medio de la hoguera puedes oír una voz altanera proclamando: “Yo quiero hacer lo que me venga en ganas”.
Pero es nada más que otro leño crepitando en la hoguera del silencio.



¿Cuál es la puerta que necesitas atravesar para vivir aquí?




Te estoy viendo,
relámpago
que me llevas
de paseo
por el relámpago
que soy.




El instante recrea, en la persona, el encuentro del padre y la madre. Fuego y agua conviven aquí, entrelazados, configurando la misteriosa unidad de Todo y Nada.
Míralo en esencia: el instante, ¿es presencia o es ausencia?
Al margen de todo significado, al margen de ningún significado, la presencia y la ausencia son disfraces de la única esencia.
Esto puede pasar por mera especulación filosófica, pero cuando se descubre que el misterio recorre nuestras venas, tapar la luz del sol con el dedo es tarea inútil.




Vital consejo:
atiende a la raíz
y no a las ramas.




La máquina de conseguir,
también llamada mente,
puede disminuir la velocidad,
irse aquietando,
cada vez más,
hasta que se aquiete del todo.
Y cuando ya
no tiene nada que conseguir,
lo consigue todo.
Entonces, para burla
de todas las paradojas,
se convierte
en el relámpago mismo,
este relámpago que inventa
y destruye todos los mundos.
Así se revela el truco mágico
de la inocencia:
simplemente ser.
Si eres el relámpago,
es imposible
que el relámpago te queme.

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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

lunes, 11 de abril de 2011

El Misterio Sin Filtro


La vida nunca responde a los deseos de nadie. Para la mayor parte de las personas, esto se traduce en nueva frustración y su consiguiente amargura. Al final de sus días acumulan, por lo menos, algún difuso resentimiento, o acaso una más pensada resignación.
Pero están los otros, los que son capaces de ver a la vida como un milagro que no puede ser abarcado por ninguna explicación. Esos intuyen que debajo de tantos afanes y conquistas mora el éxtasis supremo que a la vida le está dando vida.
¿Quién soy yo? Esa es la pregunta que cosechan con tanta labranza de incertidumbre. Es el único tesoro que tienen: una pregunta sin respuesta que, sin embargo, no dejan de hacerse.
Comprender es la mayor ilusión del ser humano. Y el que se pregunta “quién soy” sin detenerse en ninguna respuesta es un viento que derriba todos los castillos de naipes construidos por la ilusión humana. Hasta que la última ilusión (la necesidad de comprender) desaparece. Todo es misterio porque todo es nada y porque nada es todo. ¿Qué le queda entre las manos? Este misterio sin palabras. El milagro de la vida. La certeza de ser.
El secreto del éxtasis se le revela tan sólo a quien es capaz de no pedirle nada (absolutamente nada) a la vida.
Simplemente ser. No ser alguien. No ser esto ni aquello. No ser humano ni divino, no ser ignorante ni sabio, no ser sagrado ni profano.
Esto parece inconcebible para el quehacer humano ¿Qué me quieres decir con “simplemente ser”? Acaso estás proponiéndome que viva como un vegetal. Nada de eso. Ni vegetal ni animal. Ni humano, ni ángel, ni dios.
El misterio sin filtro: simplemente ser.







(Por supuesto, el representante del rebaño viene a preguntar: ¿y qué consigo yo con simplemente ser? Respuesta: lo mismo que consigues siempre, absolutamente nada).
Lito Picapiedra – Ja, qué gracioso. Tanto si voy por la izquierda como si voy por la derecha, quedo con las manos vacías. ¿De quién proviene tanta burla?
Gurú Sánchez – Del mendigo que has inventado en el teatro de tus expectativas.
LP - ¿Yo soy el mendigo?
GS – Haces todo lo posible para que parezcas un mendigo. Representas ese papel muy bien. ¿Qué tal te va con esta obra teatral?
LP – Sabes perfectamente que vivo en estado de necesidad.
GS - ¿Y qué necesidad tienes de vivir en estado de necesidad?
LP - ¿Quieres decir que no necesito hacer el papel de mendigo?
GS - ¿Por qué lo haces?
LP – Bueno, es lo que me enseñaron desde pequeño.
GS – Ah, vaya, pero seguir siendo un nene malcriado no te luce, por lo que vemos.
LP – Te estoy diciendo que la vida es sufrimiento. ¿No es así, acaso?
GS – Si te pones gafas verdes, la verás de color verde.
LP – En tal caso, yo soy el inventor del mundo.
GS – Son todos inventos tuyos. Inventas un teatro al que llamas mundo y también inventas un personaje llamado mendigo. Pero no existes tú, pobre mendigo, ni tampoco existe el mundo. Todo es un delirio de tu imaginación.
LP - ¿Y qué me queda de tanta zaranda?
GS - ¿Cómo quieres que lo sepa? Hemos entrado en el reino del no saber. Aquí no hay lugar para los sueños que inventa la razón.
LP – Tienes razón, es una tontería preguntarte qué significado tiene la música.

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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

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Ilustración: El Delta del Río Lena

jueves, 31 de marzo de 2011

El Hogar


En sus épocas

de principiante,

el marino piensa

que el hogar es apenas

una barca

que surca el océano

infinito de la vida.

Hasta que descubre

que el hogar es,

precisamente,

ese océano sin bordes

de la vida.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 26 de marzo de 2011

El Presente Mismo



Cuando estar presente también consiste en saber que estás presente, no existe manera de que ese conocimiento sea personal. Si sabes que estás presente, es porque eres el presente mismo.



En los balcones,
al igual que la hiedra,
pende el silencio.


Julia Paso





El escenario es la conciencia, mientras que la obra teatral que se desarrolla en el escenario también es la conciencia.
La conciencia percibe lo que está contenido en ella. La conciencia contiene lo que percibe.





Ser y saber celebran su boda dentro de ti cuando eres el presente.




Si eres el presente, descubres que sólo el presente puede saber que eres el presente.





Leer este poema del instante
tan sólo puede hacerlo (con la prisa
de la pausa mezclada) la sonrisa
del único lector: el mismo instante.


Más que leerlo, palpitarlo a pleno
o llevarlo a pasear por la leticia
de este fulgor despierto en la caricia
que el corazón desborda de tan lleno.


Dejarlo sin su nombre: que se invente
nombre, semblante, compañero, dios
y aquí lo muestre, lúcido, fulgente.


Y puesto que en un beso besan dos
inventar este beso del instante
que se deja besar por el instante.

Vita Preziosa




La pregunta “quién soy” es engañosa. Tú eres la respuesta y preguntas quién eres. Estás jugando a ser el ignorante de ti mismo.



Ese juego de fingir que eres el ignorante es el juego del ego. Observa lo que está sucediendo: eres el presente, pero el ego finge que es Alguien separado del presente porque tiene la ilusión de sacar provecho propio. Finge que es Alguien que tiene una historia personal, un supuesto pasado que está dirigiéndose hacia un supuesto futuro.
Claro está, no existe ni el pasado ni el futuro. No existe nadie que esté separado del presente. Eres el presente. Simplemente, finges que estás separado.
Saber que eres el presente, por lo tanto, rompe con el hechizo del ego. De pronto se produce el deslumbramiento de recordarte a ti mismo.


Haikú del cielo:
el relámpago muere
justo al nacer.

Julia Paso



El ego queda en descubierto y desenmascarado cuando le muestras lo que está haciendo: finge que está separado del presente porque quiere sacarle una tajada al presente. Ja.
Es una maniobra imposible. El presente es la libertad misma. Observa cuál es su movimiento: muere al nacer y nace al morir. En este lugar, la presencia es ausencia y viceversa. Las dos se anulan entre sí. Y en su lugar queda lo único: la esencia.



Haikú del cielo:
el relámpago nace
justo al morir.


Julia Paso



El presente es la demostración de que nacer y morir se anulan entre sí, para dejar intacta a la vida.
Por lo general, se piensa que la vida y la muerte son opuestos. No es así. El nacimiento y la muerte son los opuestos, la vida es absoluta, no tiene opuestos.
Por otro lado, ni el nacimiento ni la muerte existen. Son opuestos aparentes y nada más. Para prueba, aquí tienes al presente.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 20 de marzo de 2011

Las Cosas son Como Son





LITO PICAPIEDRA – Cuesta mucho dejar de lado la historia personal.
GURÚ SÁNCHEZ - Hacer el mínimo esfuerzo por dejar de lado la historia personal, no es más que un “frotarse la roncha” para que la roncha dé más comezón. El que quiere rechazar la historia es un producto, una síntesis de esa historia. En otras palabras. Es una persona.
LP – ¿La persona y su historia son la misma cosa?
GS - Esto lo puedes comprobar con sólo exponerte a la luz del presente: eres esto, eres el presente mismo, ¿no es así? En cuanto lo percibes, te das cuenta de que esa historia que rumorea en tu cabeza no es más que un invento de tu imaginación. Esa historia no existe. Y la supuesta persona que viaja de un pasado imaginario a un futuro imaginario no existe.
LP – Pero eso no es así. Mira esta foto de cuando yo tenía cinco años. (Saca una foto de su billetera y la muestra).
GS – Pues bien, ¿tienes alguna foto de cuando estabas en la panza de tu mamá? O mejor aun, ¿alguna foto tuya de cuando todavía no habían nacido tus padres?
LP – Eso es un poco absurdo.
GS – Esto de preguntar por algo que parece tan absurdo tiene la clara intención de mostrar, precisamente, que lo absurdo es hablar de una historia personal tan sólo para decir: “soy alguien”.
LP – Está bien, si no soy alguien, entonces, ¿quién soy? ¿Nadie?
GS – No, no, te apresuras a sacar conclusiones y bailas de un extremo al otro, como el péndulo. No eres alguien, pero eres. Al menos, ya sabes que eres. Cuando dices “yo soy”, estás de acuerdo con el presente. Pero si dices “yo soy alguien”, ya estás imaginando.
LP – Es que, sin historia personal, siento que soy nadie.
GS – Decir que eres nadie no es más que imaginación. Decir que eres alguien, lo mismo. Tú eres. Esto es todo. Las conjeturas están demás. Cuando desaparecen las conjeturas, eres el presente. No eres “alguien que está presente”, sino el presente mismo.
LP – Eso sería ser impersonal.
GS – Cuando desaparece lo personal también desaparece lo impersonal. Ambos son conceptos antagónicos inventados por la imaginación. Si no hay sujeto, no existe objeto. Si desaparece lo bello, también desaparece lo feo.
LP – Entonces, ¿qué es lo que hay?
GS – Esto que está sucediendo aquí y ahora, el presente, es todo lo que hay. Todo es todo. Ahora mismo puedes verlo… Si dentro de esta presencia surge tu idea de que tienes una historia personal, pues tal historia personal entonces forma parte de la totalidad.
LP – Pero, en todo caso, ¿qué importancia tiene decir que la historia personal es imaginaria? Reconozco que sí, que se trata sólo de una conjetura, de una fantasía que cada uno tiene. Pero bueno, aquí estamos todos, cada cual con su fantasía y con su historia personal.
GS – Así es. No tiene ninguna importancia, lo mismo que nada lo tiene. Es como el caso de aquel hombre que enseñó a nadar a su hijo. Cuando estuvo en edad suficiente como para aprender, el hombre lo llevó al río y le enseñó a nadar. Después de un tiempo, el hijo aprendió y puso en práctica las enseñanzas del padre, pero estuvo observando cuidadosamente las costumbres de los demás nadadores. Un día le preguntó a su padre por qué le había enseñado a nadar a favor de la corriente, si él había comprobado más tarde que todos los demás nadaban en contra de la corriente. “No sé”, le respondió el padre. “Simplemente, me parece menos fatigoso nadar a favor de la corriente”.
LP – En el caso de dejar a un lado la historia personal, ¿pasa lo mismo?
GS – Si crees que eres tu historia personal, por más que lo creas, eres el presente. Si dejas a un lado tu historia personal, también eres el presente. Las cosas son como son, imagines lo que imagines.
LP – Entonces, cuando se pretende dejar a un lado la historia personal, lo que se está haciendo es dejar de lado la imagen de sí mismo. Pocas personas hay que viven sin imagen de sí mismos.
GS – Así es, la mayoría vive nadando contra la corriente y cultivan una imagen de sí mismos, pero se pasan la vida defendiendo esa imagen. Los que no tienen imagen de sí mismos, la pasan un poco más descansados. No se sienten atacados por nadie y no tienen nada que defender.
LP – Ya veo.
GS – Se cuenta que murió el rey de Comarca Verde y su hijo, Damián, al que pocos conocían, tenía que subir al trono. El monarca de un país vecino, Valle Rojo, quiso aprovechar la muerte del rey de Comarca Verde y cuando estaba por empezar la ceremonia de asunción de Damián como nuevo rey, atacó ferozmente con su ejército completo. En esos momentos, sus lacayos estaban por vestir a Damián con las ropas ceremoniales, pero al darse cuenta del ataque huyeron despavoridos. El propio rey (todavía sin corona) huyó ataviado con unos pantalones y una camiseta y una vez en la calle terminó por confundirse con las tropas de los invasores. Por supuesto, no dijo que se trataba del rey Damián y se hizo pasar por uno de los soldados de Valle Rojo. A todo esto, la gente de Comarca Verde respondió rápidamente con un contraataque y echó de sus tierras al ejército invasor, con lo cual también echó a Damián, que se había mimetizado con los soldados de Valle Rojo por pura cuestión de supervivencia. Durante más de un año, Damián vivió como cualquier otro plebeyo en el reino vecino, pasando por algunas penurias y también por algunos placeres. Un día, cuando estaba muy cerca de la frontera con su reino natal, Comarca Verde, Damián se escabulló y se metió en una selva, donde anduvo penando un poco. Finalmente, llegó a la frontera y cruzó hacia Comarca Verde. Una pareja de campesinos, tanto él como ella solícitos y fuertes a pesar de la edad avanzada, lo vieron cruzar por allí y le preguntaron qué andaba haciendo. Damián estaba por decirles: “Soy el rey Damián”, pero comprendió que lo tomarían por loco. Así que les dijo que buscaba trabajo. Los campesinos le dieron trabajo y, además, albergue en la caballeriza. El recién llegado se mostró conforme. “Supongo que dormir en la caballeriza no es digno de un rey, pero qué le vamos a hacer, las cosas son como son”, pensó Damián. Durante unos meses, estuvo trabajando lo suficiente como para ahorrar algunas monedas y luego les informó a los campesinos que viajaría a la capital. Aquella mujer y aquel hombre, que se habían encariñado con Damián y lo querían como a un hijo, se mostraron tristes con la noticia, pero le desearon suerte. “No saben cuánto les agradezco lo que hicieron por mí”, les dijo Damián. Pero los campesinos menearon la cabeza y respondieron que él hubiera hecho lo mismo de haber estado en su lugar. “Pero si tienes que irte, que así sea, las cosas son como son”, le dijeron. Y lo despidieron con un abrazo. Finalmente, luego de un camino difícil, Damián llegó a la capital del reino, fue hasta el castillo y se hizo anunciar. Un consejero del rey, avisado por los guardias, fue hasta la puerta y se encontró con Damián, el nuevo monarca que nunca había asumido, vestido con ropas de campesino. De inmediato, el consejero se alegró con su presencia, le dijo que su hermano Pedro había subido al trono y lo llevó hasta él. A Pedro se le cruzaron algunas ideas contradictorias cuando vio al hermano mayor resucitado. Por un lado, estaba contento de verlo con vida. Por el otro, no le gustaba la idea de tener que abandonar el trono. Pero Damián lo atajó de inmediato: “No te preocupes, Pedro –le dijo-. En el camino de regreso he tenido tiempo de reflexionar y he descubierto que no me interesa el trono. Voy a volver con los viejos campesinos que me dieron albergue”. Y así lo hizo, luego de hacerle prometer a su hermano y al consejero que no revelarían lo sucedido. Cuando Damián volvió por fin al campo de sus protectores, los viejos campesinos se alegraron de verlo y le dijeron: “Así que estás de vuelta. Y bueno, las cosas son como son”.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

miércoles, 16 de marzo de 2011

Que la Inocencia te Valga





Mientras sigas los dictados de la moda y de la aprobación social, estás tratando de aposentar al latido en tu corazón, que es como querer encerrar al océano en una gota. Si dejas, en cambio, que tu corazón sea el que se aposente en el latido, navegarás por el océano sin orillas de la vida.









¿Puedes tú estar presente? Si quieres hacerlo, descubrirás que de pronto surgen montones de conflictos y que todos esos conflictos, chocando unos con otros, te impiden estar presente.
¿Por qué ocurre esto? Sencillamente porque quieres tener una voluntad personal que haga las cosas. En este caso, lo que quiere hacer esa supuesta voluntad autónoma es “estar presente”. Pero el presente no es personal. El latido no pertenece a ningún corazón. Es impersonal.





Forzar la meditación es como domar a latigazos a un caballo salvaje. El asunto es que la meditación no es un bicho que deba ser controlado. La meditación es el florecimiento del ser, es una revelación sencilla: la fuente de la vida está en nosotros y en todas partes.










Si te sientas a meditar descubres que hay un niño malcriado dentro de ti que quiere controlar la situación. El problema es que a ese niño malcriado lo llamas “yo”. Y crees que eres tú.
¿Por qué lo llamamos niño malcriado? Sencillamente, es alguien que quiere imponer su voluntad.
Imagínate un corazón que quiera imponerle al latido lo que debe hacer.






El niño malcriado no puede meditar. Sencillamente, es el enemigo supremo de la meditación. ¿Por qué? Porque meditar significa que entregas tu corazón al latido supremo de la vida.
En cambio, el niño malcriado pretende manejar el latido de la vida a su antojo. Pretende manipular la vida. Es increíble, pero es así.





El niño inocente sí puede meditar. ¿Recuerdas a ese niño? Es el que vivía en éxtasis cuando no necesitaba conseguir nada en la vida, porque todo era milagro y dicha. Pero después fue desplazado por el otro, por el niño malcriado, el que pretende manipular a la existencia.





La meditación palpita en el corazón inocente. Pero el corazón plagado de exigencias y deseos personales no puede recordarla.


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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

sábado, 12 de marzo de 2011

El Nudo Gordiano de las Creencias




Alguien está de visita en la casa de Gurú Sánchez. Al parecer, anda con ánimo belicoso, porque en un momento dado se pone a cuestionar las creencias de Sánchez y pretende acusarlo de no creer en Dios. Luego de un rato, el visitante le pregunta, con un tono bastante áspero, si cree en Dios. En lugar de responderle si cree o no cree, Gurú Sánchez levanta la mano y dice:
- ¿Ves lo que estoy haciendo? Muevo la mano de un lado para el otro, ¿no es así?
El otro responde que sí con la cabeza y Gurú Sánchez, de inmediato, sigue con su explicación.
- Sin embargo, yo no estoy moviendo la mano, lo mismo que yo no estoy latiendo mi corazón ni tú puedes hacer nada para que tu corazón palpite o no palpite. Toda esa conversación acerca de hago o no hago, de creo o no creo, de piensas o no piensas, es puro ruido en medio de la nada, es como lluvia cayendo en el océano. Tú no haces nada y yo no hago nada. En todo caso, tú dices que hay una inteligencia, la llamas divina y luego le adjudicas una personalidad a esa inteligencia, a la que puedes llamar Dios o como se te plazca. Pero, en realidad, no podrías pensar en todo eso ni hacer nada de nada si esa misma inteligencia absoluta no estuviera dándote vida. Así que tú crees en Dios porque eso que llamas Dios te está permitiendo creer. Y Fulano quizá no crea, pero es por la misma causa, porque eso que tú llamas Dios se lo permite. Pero lo tuyo es nada más que una idea. Tienes la idea de Dios y pretendes que otros se adapten a tu idea. Cuando yo moví la mano, tú creíste que yo estaba moviendo la mano, hasta que te hice ver que yo no puedo hacer nada sin el permiso de esa totalidad que me está dando vida. En otras palabras: cuando moví la mano, tú me estabas viendo a mí moviendo la mano, y no veías al Dios que me estaba moviendo la mano. Me veías a mí y no veías a Dios. Y sin embargo, dices que crees en Dios.
El interlocutor queda callado, sin poder siquiera parpadear.
Lito Picapiedra, que está presenciando la charla, interviene para decir:
- Mientras yo crea que soy alguien separado y que ustedes son también personas separadas, es imposible ver lo evidente.
- Así es, mientras yo creo que existe alguien llamado “yo”, no puedo ver lo evidente.
Luego de esta observación de Sánchez, todos quedamos en silencio por un rato largo...


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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 6 de marzo de 2011

La Importancia






Cuando se comprende que la realidad es una interpretación que hacemos, se pierde la importancia personal.


Don Juan Matus





El ego tiene nariz de zorrino.

Furia del Lago






Podemos reconocer cuando dirigimos nuestra atención a defender un punto de vista particular o una definición como si fuera la realidad. Vamos a tener puntos de vista, por supuesto - es una parte del ser humano - pero cuando los abrazamos como si fuera la realidad y decidimos que nuestra realidad entra en conflicto con la realidad de otros, nos olvidamos de reconocer que son simplemente diferentes puntos de vista - múltiples, infinitos puntos de vista - todos derivados de la misma conciencia.


Gangaji







Todo está en la conciencia, la conciencia ordinaria de todos los días, ahora, en este preciso instante, que es la base de todo lo que es, incluida esta experiencia de leer. La simple conciencia es el factor común de toda experiencia. Nota que tú estás simplemente presente. Nada más está pasando. Observa que todo se origina y finaliza en esta conciencia presente ahora mismo. La gente camina, las nubes pasan por el cielo, aparecen pensamientos. Todo se desarrolla en tu conciencia, Ahora, en este preciso momento.


Nathan Gill





Significado e interpretación
deliran por igual y se devoran
el uno al otro, aunque se atesoran
como lo más valioso de la acción.


Todo es un cuento que relata el viento.
Le pones rima, fiebre y aleluya
y ya cuentas la historia como tuya,
sin advertir que tú eres el invento.


Lo que no tiene nombre ni se nombra
palpita más acá de este desvelo
y de la sensación del que se asombra


(sin lujo, sin provecho y sin consuelo)
de simplemente ser, a sol y a sombra.
Ninguna nube tapa tanto cielo.

Vita Preziosa


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Foto: Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal

martes, 1 de marzo de 2011

Nada Personal





En una charla con visitantes, Jean Klein dice: “Nada hay de personal en el corazón, el hígado, los riñones, los ojos, los oídos o la piel, ni tampoco en los elementos que configuran los modelos de conducta, pensamiento, reacciones, cólera, celos, competición, comparación y demás. Son todos ellos los mismos estados emocionales. Las funciones corporal/mentales en un sentido universal y el cuidado que ha de llevarse son los mismos en todos nosotros”.
Es la ignorancia del mecanismo lo que crea conflicto, agrega luego. Y señala claramente que “las relaciones son el espejo en el que se refleja tu ser interior”.
Por último dice: “Sé consciente de que tú eres un eslabón en la cadena del ser. Cuando realmente sientes esto, el énfasis ya no está en ser individual y, espontáneamente, sales de tu restricción. Tú no vives en aislamiento, en autonomía. En el estar relacionado está el presentimiento de presencia”.
Jean Klein apunta sutilmente a la importancia personal. Tengamos en cuenta que esa necesidad que tiene el ego de ser distinguido, especial, importante, maneja los hilos de la percepción.
A medida que se profundiza en la observación de sí mismo, se comprueba que el diálogo interno es el permanente machacar de la importancia personal. Sólo puede quedar en silencio una persona que no se toma excesivamente en serio. Y cuando las cuitas personales y los problemas artificiales desaparecen, entonces aparece por sí mismo el ser natural. El silencio.
Klein dice: “Sé consciente de que tú eres un eslabón en la cadena del ser”. Esto es lo que viene diciendo, con rodeos y sutileza, desde el principio.
Es otra manera de decir: “Tú no eres una persona; eres la vida que está dando vida a esa persona”.



Dicho en términos generales, la mayor parte de las personas se convierten en buscadores espirituales y seguidores de un camino religioso porque en ellos prevalece la idea de “salvarse”. Así de simple. La búsqueda espiritual comienza porque la idea de morir les resulta aterradora y entonces quieren saber si hay algo más allá de la muerte.
La idea de salvarse, por cierto, está ligada muy estrechamente al concepto de “iluminación” que prevalece de manera especial en la mentalidad hindú que luego, a caballo del budismo, se trasladó a China y Japón, lo mismo que a Tailandia, Vietnam, Corea y otros países de Oriente. Pero en el último siglo esa idea prendió fósforos y antorchas en muchas regiones de Occidente y ahora se propaga con mucha facilidad por todas partes.
En medio de este panorama, la enseñanza del Advaita se destaca como la más límpida por pregonar la carencia total de ilusiones. A Tony Parsons le pidieron una vez que hablase de la gente a quien le llega “mensajes de ángeles”. Parsons respondió: “Sólo es otra apariencia; sólo es una historia”.
La perplejidad que obtuvo su respuesta pidió aclaraciones. “Es sólo una apariencia –insistió Parsons-. Esta sala es una apariencia. Escuchar las noticias de la noche es lo mismo que hablar con un ángel. No tiene relevancia. De algún modo, la mente cree que el ángel viene de algún lugar especial, celestial, pero no hay lugar especial ni celestial. No hay ningún otro lugar. De modo que el ángel es la Unidad ‘haciendo de ángel (o angelando)’. Pero seamos claros con esto, porque la Unidad es muy astuta a la hora de crear todo tipo de razones para seguir soñando, de modo que puede aparecer en todo tipo de formas, como ángeles y maestros ascendidos”.
Nuevamente se produjo un rumor en la sala y Parsons insistió con su insistencia: “Se han publicado muchos libros sobre maestros ascendidos y simplemente es otra historia que no tiene ninguna relevancia para la liberación. La mente-gurú considera que estas ideas son espiritualmente significativas”.




Los adalides de la enseñanza Advaita no andan con muchas contemplaciones a la hora de arrasar con la ilusión. Cuando Parsons dijo esto, hubo quien se propuso seguir excavando en el mismo sentido y le preguntó: “¿De modo que eso simplemente está ocurriendo en la mente de esas personas?”
Respuesta de Parsons: “Sí, todo forma parte de la historia. Pero después ves que todas las apariencias son, de algún modo, simplemente la Unidad apareciendo como las cosas diferenciadas. No tienen ninguna relevancia para nadie. Es simplemente esto. No es más relevante que esta pared. Esta pared está siendo esto, y lo mismo ocurre con el ángel. Y también hay gente que parece hablar con los muertos. Se trata del mismo tipo de cosas. Todo es obra del teatro del Ser”.



Ramana Maharshi ha dicho que la mente, cuando se enfoca hacia fuera, da como resultado pensamientos y objetos; pero cuando está enfocada hacia adentro, deviene ella misma el propio Ser, el Sí Mismo.
A su vez, David Carse recomienda: “En lugar de mirar afuera, mira adentro. Lo que no está presente en el sueño profundo no existe. Los gurús y las enseñanzas y los comportamientos varios, nada de ello está en el sueño profundo. Tampoco lo están los satsangs, ni los seminarios, ni los libros como éste. ¿Qué estás haciendo? Invita al silencio, a la quietud. No desperdicies tu tiempo haciendo cualquier cosa que no sea estar en silencio, estar en quietud interior. Cualquier cosa que no seas ‘tú mismo’ es ilusión, no es verdad, no importa. Y es eso lo que tú proyectas afuera, sobre la pantalla blanca exterior. Cualquier cosa que esté ‘ahí fuera’ es ilusión, no es verdad, no importa”.
En otras palabras: abandonar las conjeturas. Que el teatro de las apariencias mundanas desaparezca.
“Mirar afuera hace que el sueño prosiga –dice Carse-. Sólo mirando adentro, incansable y profundamente adentro, más allá y más acá de los estratos superfluos –el intelecto y la razón y la emoción y el sentimiento yla psique y el subconsciente-, a Lo Que Tú Eres; sólo esto puede llevar al despertar que, en sí mismo, no tiene que ver ni con afuera ni con adentro”.





Hay una fuerza de vida
dentro de tu alma.
Busca esa vida.
Hay una gema
en la montaña de tu cuerpo.
Busca esa mina.
Oh, viajero,
si acaso estás en busca de “Eso”
no busques por fuera,
mira dentro de ti mismo
y busca “Eso”.

Rumi




Nuestra actitud común es: “yo soy esto”. Separe tenaz y perseverantemente el “yo soy” de “esto” y trate de sentir lo que significa ser, simplemente ser, sin ser “esto” ó “aquello”.

Nisargadatta Maharaj





Por lo tanto, mientras los buscadores espirituales andan buscando ángeles, caminos con metas prefijadas y visibles en el horizonte, disciplinas y escuelas esotéricas, y montones de otros entretenimientos, los intransigentes y encandilantes faros del Advaita siguen diciendo que identificarse con lo personal es el único pecado que existe.
“La disciplina puede imitarse, la libertad no”, asegura Wei Po.




El asunto es que lo personal es la importancia personal. Y cuando la importancia personal se mete a investigar caminos espirituales o disciplinas de conocimiento espiritual, por debajo está en acecho la necesidad de “salvarse”. ¿Qué es lo que quiere salvarse? Esa figura personal que nos representamos cada uno a sí mismo y ante los demás. El ego quiere salvarse.




Dice Nisargadatta Maharaj: “El ser es universal y sus finalidades son universales. No hay nada de personal en el Ser”
Esto se halla muy lejos de la fascinación de un aviso publicitario de la televisión. Es probable que tenga un sabor amargo para más de uno. Pero la vida misma se va encargando de mostrarlo, una y otra vez. Cuando se ven las cosas como son, desaparecen los condicionamientos. Ver es libertad. La sabiduría tiene raíces amargas, pero frutos dulces.
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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 25 de febrero de 2011

Habitar el Silencio





Y llega un buen día en que, sentados, y dejando los pensamientos “en paz”… y con la atención plena puesta en nuestra respiración, nos llega un poco de calma y empezamos a olfatear que la paz es posible… adentro de nosotros, con uno mismo… y dejamos de luchar y pelearnos con el mundo.

Roberto Cossío Graffiña







La creencia de que tenemos el control de todo lo que sucede en nuestra vida es un espejismo. Desde que he cedido ese control al momento presente, al Ahora Intemporal las cosas fluyen de manera más natural y armónica. Desde el momento en que dejas de pedir que todo suceda como tú quieres y dejas todo en manos de Dios, de la Conciencia, del Ser Superior o como quieras llamarlo, desde ese momento, te quitas un gran peso de encima y fluyes con todo, tal como se presenta, tal como es. Eso es instalar e instalarse en una gran y verdadera Paz.


Luis Granados





Yo soy tú. Tú eres yo. Pero este instrumento tendrá que tocar su melodía para afinar con la Gran Orquesta. Un violín no puede sonar como un clarinete. Aunque en esencia sean lo mismo.

Gorka




La orquesta no puede tocar en armonía sin el director. Y el director no puede hacer nada sin la orquesta.
Tú eres un instrumento, nuestro vecino es otro, yo soy otro instrumento. Y lo mismo podemos decir de todos los compañeros que quieran hacer música. Si queremos armonía, bueno, miremos a la batuta. El director nos está dando indicaciones.

Furia del Lago





La Poesía es un medio para estar en el mundo y habitar el silencio.

Philippe Jacottet






Observa cómo el cielo
está observando todo:
esto es un juego de espejos
donde la imagen vuelve
a la transparencia primordial
antes de haber nacido.
La revelación no es un poema
que lees con la mente,
sino un poema
que escribes con el cuerpo.

Vita Preziosa




La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón.

George Sand





Si su mente es feliz, entonces usted será feliz a cualquier lugar al que vaya. Cuando la sabiduría despierte dentro de sí, verá la verdad dondequiera que mire, en todo lo que hay. Es como cuando usted aprendió a leer: ahora usted puede leer dondequiera que va.

Ajhan Chah


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

miércoles, 23 de febrero de 2011

Sin Palabras


Algo en ti lo sabe:
tu corazón es obra del latido.
Cuando meditas, es decir,
cuando el pensamiento se apaga,
descubres algo asombroso:
tú eres ese latido.
Por eso, si alguien pregunta
quién quiere dar las gracias
y tú has hecho voto de silencio,
simplemente colocas tu mano
sobre el pecho
para decir sin palabras: “yo”.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

domingo, 20 de febrero de 2011

En Libertad





El folleto dice, literalmente: “Un corazón inmune a placeres y dolores. Eso es lo que se requiere para cursar sin bamboleos circunstanciales ni azarosas geografías nuestro Seminario del Éxtasis”.
Estoy en una cola kilométrica, esperando para ser admitida como participante del Seminario.
- ¿Puede alguien decirme qué estoy haciendo aquí? (Me gusta hacerle preguntas incómodas al espejo).
Nadie responde. Yo misma he olvidado cómo terminé haciendo la cola. Quiero volver a casa.
- Por favor, cuídame el sitio en la fila que voy a ver algo – le digo a un petiso que está detrás de mi puesto.
- Está bien – dice el otro, sin mirarme.
Recorro el camino hacia delante, junto a la fila, hasta que me topo con un paredón altísimo y ancho hasta el horizonte. No entiendo nada. Le pregunto al primero de la fila:
- Pero, ¿cómo? ¿No hay una puerta?
- No, pero seguramente aparecerá alguna en algún momento.
De pronto, se me hace una luz por dentro y lo comprendo todo.
- Qué idiotas, esto es una estafa.
- ¿Acaso no deseas el éxtasis? – pregunta el primero de la cola.
- Ilusos, el éxtasis es dejar de hacer esta fila interminable – declaro rotundamente.
Me voy de allí con paso rápido a través de un parque donde se ve pasear a muy poca gente. Escapo de un sueño, pero entro en otro. Lo sé perfectamente. Con sólo verlo en silencio, el sueño se va disipando delante de mis ojos. Pero sigue ahí, no se disuelve.
Tomo asiento en una banca cualquiera. No tarda en aparecer Lucho, mi amigo de la infancia, que se sienta junto a mí.
- Este asunto de vivir se ha tornado muy raro, ¿no te parece, Vita?
Antes de cualquier respuesta mía, ya se está riendo con esa risita suya tan particular, que siempre me contagia. “¿De qué nos estamos riendo?”, pienso. Lucho me adivina el pensamiento y proclama en voz alta:
- Nos reímos porque de pronto estamos en libertad.
- ¿De veras? Yo siempre quise saber qué es la libertad.
- Ah, no, no. La libertad ignora por completo qué quiere decir la palabra “yo”.
Esto nos produce un ataque de risa mucho más terremótico. Siento que me desintegro en millones de pedazos. Estoy convertida en sólo una mirada, flotando como una nube en un cielo vasto.
- No importa que sueñes con los ojos abiertos o con los ojos cerrados – me dice Lucho -. Mira desde el silencio y el sueño desaparecerá.
Quiero hacerlo y todo se torna borroso.
- No hagas nada, no hagas nada – dice Lucho en mi oído -. Deja que el silencio lo haga por ti. No puedes manipular a la libertad, no puedes hacer nada con ella. Recuerda que la libertad no tiene dueño ni se adueña de nada.
Ahora sí que lo comprendo todo. Las nubes desaparecen repentinamente y el cielo luce límpido, fresco, sin límites.

VITA PREZIOSA
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Extraído del libro "Calle Libertad", de Vita Preziosa - Editorial Ananda

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Foto: Plaza Lavalle vista desde Calle Libertad - Buenos Aires

jueves, 17 de febrero de 2011

Surf



La vida
cotidiana:
el rumor
de las olas
por donde
viaja
la libertad
en su tabla
de surf.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

martes, 15 de febrero de 2011

La Totalidad Misma



Estar en paz significa no pedir nada.
En cuanto pides, hay un ego que pide.
En cuanto pides, ya estás imaginándote que hay alguien separado de todo lo demás que está pidiéndole (a todo lo demás) beneficios propios. Ahí está la raíz del conflicto.
¿Por qué la gente no quiere estar en paz? Sencillamente porque cada uno quiere ser alguien separado, alguien tratando de obtener algún beneficio.



Esta necesidad (ficticia) de conseguir alguna ventaja es un disco rígido inoculado en nuestro comportamiento por parte de nuestros padres.
Cuando comprendes que jamás vas a conseguir ninguna ventaja, entonces ya estás en estado de maduración. Desconectas el disco rígido y lo tiras a la basura.




Un discípulo de Wei Po fue a ver al maestro para decirle que él estaba meditando por años y años, sin obtener la iluminación.
- ¿Qué debo hacer? – le preguntó.
- Es muy simple – le dijo Wei Po -. Prueba con esto; hagas lo hagas, tienes que decir para ti mismo: “Gracias por todo, no tengo de qué quejarme”.
El discípulo se fue de allí y cumplió a conciencia con el mandato. Tropezaba en la calle y decía: “Gracias por todo, no tengo de qué quejarme”. Las cosas iban bien, las cosas iban mal, pero lloviese o hiciera sol, pasara lo que pasara, el hombre decía para sí mismo: “Gracias por todo, no tengo de qué quejarme”. Aquello se había convertido en una plegaria consciente y permanente. Suspiraba por esto o aquello, tenía contratiempos, tenía momentos de regocijo, pero a todo siempre le decía la letanía consabida. Así pasó un año, un año y medio, dos años… Después de todo aquello, el discípulo fue a ver a Wei Po y le dijo:
- Maestro, haga lo que haga y pase lo que pase, a todo le digo: “Gracias por todo, no tengo de qué quejarme”. Pero todavía sigo sin conseguir la iluminación. ¿Cómo puede ser?
Wei Po lo miró con ojos brillosos y le dijo simplemente:
- Gracias por todo, no tengo de qué quejarme.
En ese momento, el discípulo comprendió que todavía estaba pidiéndole algo a la vida y un gran tsunami de luz lo invadió por dentro.




No pedir nada es pura luz.
Si te pones en posición de no pedirle nada, absolutamente nada, a la vida, descubres que de pronto estás sumergido en medio de la vida y que tú te has convertido en nada.
No pedir significa silencio.



No pido nada, por lo tanto, yo no soy yo.




Si no pides nada, ya no estás separado de la vida, eres la vida misma. ¿Qué puedes pedirle a la vida cuando tú eres la vida misma?




Es muy sencillo. Yo no quiero nada y todo lo que sucede me parece bien.

Jeff Foster





Cuando pido, soy una hormiga que le pide al mundo entero satisfacción, como si la vida estuviera diseñada para darme satisfacción.
Cuando dejo de pedir, no existe tal cosa como “el mundo y yo”, una separación ficticia.
Sólo es cuestión de verlo por uno mismo y ahora mismo: si no pides, todo es todo. Y tú dejas de imaginarte que eres alguien que está pidiendo y esperando ventajas absurdas, para ser lo que realmente eres: la totalidad misma navegando por el regocijo de estar mirando a la totalidad.


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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 11 de febrero de 2011

Descubrir


Hay alguien aquí
que te está
latiendo el
corazón.



La meditación
es esto:
descubrir
al que te late
el corazón.
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Extraído del libro "El Arte de Ser Natural", de Furia del Lago - Editorial Ananda

lunes, 7 de febrero de 2011

El País de la Presencia Pura




Para vivir en el país de Simplemente Ser no hace falta hacer ningún viaje. Ya estás en este país, pero si andas por su territorio con los ojos cerrados, no te darás cuenta.



Simplemente Ser no es otra cosa que presencia pura. Cuando puedes darte cuenta de que vives aquí, no eres distinto de la presencia, lo mismo que una gota de agua en el mar es el mismo mar.



Turiya - No puedes ser “Alguien” y respirar en el país de Simplemente Ser.
Angelo Nero - Creo que lo comprendo. Entonces, sólo me queda abandonar esa imagen, esa pretensión de ser alguien.
T - Ni siquiera puedes abandonar ese cúmulo de expectativas que llamas “yo”, porque no sería más que otro artilugio de ese “Alguien” que imaginas ser para continuar su ruta por los caminos imaginarios que conducen al horizonte.
AN - Si yo no puedo abandonar el ego, ¿entonces qué puedo hacer?
T - Por empezar, el ego es imaginario y cuando dices “yo” estás hablando de alguien imaginario. ¿Te parece que ese alguien que no existe puede hacer algo?
AN - No, evidentemente no. Todo lo que haga seguirá siendo mera imaginación. Por lo tanto, no puedo hacer nada para simplemente ser.
T - No tienes que hacer nada. Ya eres simplemente lo que eres. Todo lo otro, ser esto o aquello, ser mejor o peor, ser bueno o ser malo, ser grande o ser pequeño, ser alguien, no es más que una ilusión.



Existe un claro problema de índole idiomática cuando hablamos de alguien. En seguida, la persona que escucha está condicionada a pensar que si no soy “alguien” entonces soy “nadie”. Pero es obvio que no se trata ni de una cosa ni de la otra. Puesto que “alguien” jamás existió, tampoco es posible decir que existe “nadie”.
Al zafar del engañoso juego de los opuestos, solamente queda simplemente ser.
¿Por qué ser? ¿Para qué? Son todas preguntas hechas por alguien. Aquí ha regresado el personaje que pretende controlar la vida y guardar el océano de la inteligencia en el bolsillo de su razonamiento.




Turiya - “Alguien” es un personaje que ha sido inventado para no tropezar dos veces con la misma piedra. El problema es que el propio “Alguien” se ha convertido en la piedra con la cual tropiezas no dos veces, sino a cada rato.
Angelo Nero - Pero si no soy ese personaje, entonces, ¿quién soy yo?
T - Estás dando muchas cosas por sentadas. Dices “yo” sin saber de qué estás hablando. Y luego te preguntas quién es ese yo, sin saber si no se trata más que de una fantasía.
AN - Un personaje soñado le dice a otro personaje soñado: “Despierta, estúpido”.
T - Tal cual.




Se tropieza dos veces con la misma piedra cuando estás yendo hacia cualquier parte.
Simplemente Ser: un país donde no necesitas viajar, porque ya estás aquí, en la Presencia Pura.





Angelo Nero - Pero es evidente que estoy en este cuerpo y eso me hace creer que soy alguien separado.
Turiya - Bah, ésas tan sólo son bobadas. Dentro de unos días ya no estarás más en este cuerpo. ¿Quién eres tú, entonces?
AN - Un fantasma.
T - Eso has creído. Y cuando te vayas de este cuerpo descubrirás que ese fantasma no existía. Pero eso es algo que puedes ahora mismo descubrir.
AN - Supongamos que ese alguien que yo creo ser admite la Presencia Pura. ¿Qué pasaría entonces?
T - Alguien descubriría que sólo era una fantasía. En este caso, aunque rancia, aprecio la analogía de la gota de agua. La gota admite que es el mar. ¿Qué ocurre entonces? Que simplemente seguiría siendo el mar que siempre ha sido.
AN - Pero no una gota separada y distinta.
T - No, ésas tan sólo son tonterías.



Tú no puedes concebir a la Presencia Pura. Es ella, la presencia, la que te concibe a ti.


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Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda

viernes, 4 de febrero de 2011

Sin Conceptos



El de “Simplemente Ser” es el mundo no conceptual. La vida sin atributos, no necesitada de símbolos.


No se puede “estudiar” cómo se “hace” para simplemente ser. Ningún curso, seminario ni estudio intensivo te permitirá simplemente ser, porque el Ser no es algo para obtener. Ya eres lo que eres.
Tampoco es necesario despojarse de conceptos. Los conceptos son elementos imaginarios y por lo tanto no existen. ¿Quién necesita despojarse de lo que no existe?



No buscar es reposar en la tranquilidad.¿Quién os ha dicho que eliminarais cosa alguna? Mirad el vacío que hay ante vuestros ojos. ¿Cómo podéis producirlo o eliminarlo?


Huang Po




Claro que no puedes producir el Ser. Tampoco eliminarlo. ¿Qué es lo que nos queda entonces? Simplemente Ser.




El esfuerzo por ser alguien te impide reconocer quien eres.



Producir conceptos es el modo imaginario que tienes para evadirte de Simplemente Ser. Cuando eres, simplemente, sin buscar refugio en símbolos, la vida entera se muestra sin parcelas ni formas, como el impulso infinito que produce todos los fenómenos. En esa vastedad, tú desapareces, lo mismo que un pedazo de hielo se funde mientras está navegando por el gran océano.



Esa sensación, la de ser un minúsculo trozo de hielo que se está derritiendo en el mar, te parece abominable, tan sólo porque te han adiestrado para que tengas el control de “tu” vida.
Si no produces ningún concepto, entonces eres un poco de agua mezclada con la totalidad de los océanos. Eso te parece aterrador: “Entonces dejo de ser yo”, piensas.



Eso que has llamado “yo” no es más que una idea. Y el “mundo”, lo que supuestamente está fuera de alguien imaginario como tú, pues tampoco existe. Ya ves: produces conceptos. Inventas una supuesta división entre “el mundo y yo”.



Si te quedas sin conceptos, ¿quién se queda sin conceptos?



Huang Po dice: “Mira el vacío que está delante de tus ojos”. Pero tú miras y ves todo lleno de formas.
Un niño recién nacido no ve formas y tampoco está viendo el vacío. Sin embargo, a medida que vaya creciendo, producirá un concepto básico: su “propia” forma, la de “su” cuerpo.




Por ejemplo: su madre a veces está con el niño, a veces no. Entonces, el niño va distinguiendo una cosa de la otra. Porque, para el niño, inicialmente, no hay separación entre la madre y él. Pero le enseñan, lo obligan a producir un concepto básico: tú eres tú y yo soy yo. Somos dos personas separadas.
Entonces, el niño, de noche, tiene miedo de dormir solo. No quiere que apaguen la luz. Se resiste a la separación. Ha nacido el miedo. Ahí está el miedo primordial.
De hecho, el niño inocente no se siente separado de sus padres. ¿Por qué? Porque no forma conceptos acerca de madre y niño, mundo y yo, todo y nada, o lo que sea.



Separación y apego se engendran entre sí.
Todo esto nace de la dualidad primordial: al inventar el yo, automáticamente se inventa el mundo. ¿Quién los inventa?
La Conciencia Absoluta.



La llamamos Conciencia Absoluta y también No-Dualidad. Lo absoluto no tiene opuesto. Dentro de sí puede contener todo y nada (opuestos entre sí), pero lo absoluto está más allá de ellos. O más acá.
La Conciencia Absoluta inventa una conciencia personal (yo) y una conciencia impersonal (mundo). Pero ambos son dos inventos. No existe separación entre yo y el mundo. Son nada más que ideas, conceptos, imaginarias construcciones mentales.





Ella ha existido desde el pasado sin principio; ella no conoce nacimiento ni muerte; ni es azul ni amarilla; ni tiene figura ni forma; está más allá de la categoría de ser y no ser; no se puede medir por edad, vieja o nueva; ni es larga ni corta; ni grande ni pequeña; porque trasciende todos los límites, palabras, indicaciones y opuestos. Debe tomarse justamente como es en ella misma; cuando tratamos de agarrarla en nuestros pensamientos, se elude. Es como el espacio donde todos sus límites están más allá de la medida; ningún concepto se puede aplicar aquí.

Huang Po





La vida no conceptual: un reposo en la tranquilidad de ser que no se parece a nada. Es lo que ahora es. Esto que está siendo aquí.
No se puede pensar en ella. Precisamente, al dejar de pensar, ella se nos revela tal como es y nos permite descubrir que siempre ha estado aquí, que todos los conceptos acerca de la vida no son más que maneras de evadir imaginariamente la vida misma.





Conciencia absoluta. Si la llamas todo, no das en el blanco. Si la llamas nada, tampoco das en el blanco.
Cuando dejas de crear expectativas y exigencias, te quedas siendo simplemente lo que es. Ya no eres alguien imaginario separado de un mundo imaginario. Eres simplemente ser.¿Y qué gano yo con eso?, puede que preguntes. No ganas nada, no pierdes nada. Descubres lo que eres verdaderamente. Y eso que eres, lo eres a pleno. Simplemente ser


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Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda