(Apuntes de un diario personal)
Cuando dejo de fingir que soy alguien, ¿qué soy?
Dejar de fingir: el silencio.
No hay buscador que encuentre al silencio. Cuando el silencio se revela (por sí mismo), es porque ha descubierto que el buscador nunca existió y ya no está.
El secreto está a la vista. Esto es “lo que es”, aquí y ahora. ¿Quién necesita entenderlo? En cuanto se formula esta pregunta, vemos cómo ha metido la cola el diablo. El ser humano quiere “entender”. Esa es una exigencia meramente humana. Cuando la persona quiere entender, ya ha dividido al mundo en dos: lo que se entiende y lo que no se entiende. Pero es nada más que un juego mental. La mente quiere organizar al mundo. La mente es separativa, establece una división entre “el mundo y yo”. Es una división ficticia. La gota de agua está en el mar, pero el mar no puede ser encerrado en una gota.
La totalidad del ser me abarca. Yo no puedo abarcarla.
El silencio expulsa todo lo que no es silencio.
No puedes hacer que el silencio sea. Tampoco puedes impedir que sea. Cuando dejas de impedir y de hacer, ¿quién eres?
Cuando miras el silencio es cuando lo escuchas. Cuando lo escuchas, es cuando lo ves. Pero cuando lo ves, desapareces. Sólo el silencio puede quedar en silencio.
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Extraído del libro "El Buscador es el Ego", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Foto: Sharbat Gula, por Steve Mc Curry (Una de las fotos más famosas del mundo)
El mecanismo "mente" necesita dar explicación a cuanto ve. Esto se ve claro cuando miras las nubes y ves cosas: barcos, conejos, caras; una pura necesidad de organizar lo visto. Y cuando te sitúas al margen del mecanismo, sólo hay ver, sin expectativas, sin suposiciones; me gusta esta descripción tuya: "pero cuando lo ves, desapareces" y The End, fin de la película :)
ResponderBorrarGracias amiga, un abrazo!
La gracia del silencio.
ResponderBorrarHay veces que para asimilar hay que entender, es la forma de olvidar.
ResponderBorrarPero, cuando hablamos de sensaciones no hace falta entender, solo sentir y Ser.
Gracias, querida Furia.
Un luminoso abrazo, Sina
Hola Furia,
ResponderBorrarnuevamente: sólo el silencio puede quedar en silencio. ¡Qué potentísima indicación! Y, en efecto, se desaparece, qué alivio, qué bien.
Graciassss
Un abrazo!
La imagen habla por si sola
ResponderBorrarbuenas noches, feliz descanso
Es cierto, el mecanismo mente ve conejos en lugar de nubes y ve historias en lugar de gente, Zanara. Sin suposiciones ni conceptos, como tú dices, sólo hay ver. Un ver impersonal, porque desaparece el que quiere apropiarse de lo que se está viendo.
ResponderBorrarPor medio de tu persona, Lo Que Es visita este jardín. Y aquí queda tu perfume. Gracias por la visita. Un abrazo!
Hola, Amelia. Me traes la gracia del silencio. Como dice San Pablo: "El espíritu sopla donde quiere". Y la gracia es así. Aparece donde quiere. Gracias, amiga querida, por esta presencia. Un abrazo grande.
ResponderBorrarSólo sentir y ser, Sina. Que es nuestra manera de relacionarnos. Un abrazo.
ResponderBorrarHola, José Manuel. "Te veo". Así se saludan los nativos de Pandora en la película Avatar.
ResponderBorrarEs el ver de la única mirada.
Nos vemos.
Un abrazo...
Sí, Arianna, cuando la imagen habla por sí sola, está todo dicho. Buenas noches.
ResponderBorrarHola Furia:
ResponderBorrarNo puedes hacer que el silencio sea, es verdad, cuando digo qué difícil es estar en el silencio es porque ya interviene la mente imponiéndolo...pero tampoco puedes impedir que sea, también es así porque se manifiesta cuando debe hacerlo...estos planteos me llevan siempre a "el espíritu sopla donde quiere"...el yo no lo maneja.
Un abrazo.
Cuando al amanecer sale el sol nadie murmura, en el cosmos mas alto no hay palabras entonces en la creación mas hermosa todos callan, por eso hay que callar para dejar entrar al silencio.
ResponderBorrarEs verdad, Delia. Esa frase de San Pablo (“el espíritu sopla donde quiere”) la pasamos siempre de largo. El ego no puede admitir que nunca tiene el control sobre “su” vida. Y bueno, ese control exige un esfuerzo y el esfuerzo un discurrir mental sobre cómo manejarlo y así sucesivamente. Cuando nos queremos dar cuenta, ya estamos en el diálogo interno sin parar.
ResponderBorrarTe agradezco tu visita y que siempre vengas con alguna reflexión que enriquece este jardín de los presentes. Un abrazo.
Cuando se perciben las grandezas de la creación, la mente se apaga por sí sola y aparece el silencio, con esa falta de explicación que lo bendice todo. Un besoto, Nanako.
ResponderBorrarQué cosa más rara, descubrir que estoy fingiendo que soy alguien. Realmente, me he quedado pensando en eso, Furia. Gracias por el estímulo, si así puede llamarse…
ResponderBorrarFuria, dejar que el "Aquí y ahora" fluya sin retener ni cuestionar, sin emoción ni sensación, que la atención se vuelva una meditación constante en donde el silencio se hace presente, un abrazo amiga.
ResponderBorrarFuria, cómo me gustan tus textos!
ResponderBorrarCómo disfruto!
Nos llevan por caminos tan compartidos mentalmente... para, en un momento, dejar a la mente sin recursos...
Tan sólo, me atrevería a hacer una pequeña salvedad o, mejor, un añadido:
Cuando dices "El silencio expulsa todo lo que no es silencio.", añadiría, "pero lo contiene todo, en estado latente"... no crees?
Gracias otra vez por la lucidez que compartes y un abrazo muy grande, amiga mía
Cada vez que quiero quedarme en silencio o meditar, "no puedo". Cuando el yo o persona quiere hacer algo no puede. Sin embargo cuando ese yo o esa persona baja la guardia (desaparece), entonces el silencio o la meditación se producen por sí mismas, no hay nadie ahí que las provoque. Pero, ¿qué es o quién es el que hace que esto se produzca y se manifieste para que se pueda percibir?
ResponderBorrarSomos el silencio, el silencio todo lo abarca pero no simpre lo puedo percibir, en cuanto aparece la persona que creo que soy.
Otra pregunta que me hago es: ¿Por qué creamos la irrealidad de la vida cotidiana?, Wartella dice que es por la evolución del cerebro humano que creamos el ego y al tomarlo tan en serio es a lo único que le damos importancia,(o sea nos creemos que somos el ego). Por lo tanto se pierde toda la energía en fabricar un personaje irreal.
Estoy en una encrucijada, el personje no puede ser visto por el pesonaje y entonces aparece tu ayuda: "El silencio expulsa todo lo que no es silencio".
Dejar que el silencio sea. Dejarse ser.
Gracias Furia, un cálido abrazo.
Tus entradas son muy movilizadoras.
Fluir sin retener ni cuestionar. Tal como lo dices, querida Queoquina. Eso es la meditación que insiste, que cava en nosotros y se nos vuelve constante sin que lo pidamos. Gracias, amiga, por tu rayo de luz. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, Joy. El silencio lo contiene todo, porque todo es silencio. Sólo que nosotros creemos que somos “alguien especial”, según los mandatos provenientes de la sociedad humana.
ResponderBorrarY lo que tú dices, “dejar a la mente sin recursos”, puede llegar a ser un juego, porque tanto la mente como esos recursos son inexistentes.
Pero el juego consiste en mantenerse sola o solo. En esa soledad, el barullo convencional no puede hincar el diente. Estar solos y estar en silencio, que es la misma cosa, aunque estemos en medio del gentío. Sencillamente, no identificarse con los deseos de la muchedumbre, de la moda, ni de las convenciones.
Gracias por tu visita, siempre bienvenida, amiga querida.
Buscamos por un lado y por otro, Paula, hasta que la búsqueda misma se extingue por puro cansancio, porque ya no da más de tanta frustración. La búsqueda y el ego son la misma entidad, ilusoria y afanosa, que pretende llevarnos por sus caminos de fantasía.
ResponderBorrarMelvyn Wartella ha examinado a fondo estas peripecias del ego y acierta en señalar que la aparición de la personalidad como factor de crecimiento individual de conciencia tiene un límite, luego del cual se distorsiona y provoca los estragos de una sociedad egocéntrica y conflictiva. Por eso, con un poco de lucidez, se verá que salirse de allí es un alivio. No hace falta seguir los caminos ilusorios de la multitud. Estar solo o estar sola no es malo. No es ni bueno ni malo, en realidad. Es lo que somos. Nosotros somos soledad, somos silencio, somos conciencia. Lo demás es un invento. El ego.
Gracias por tus reflexiones, amiga. Un abrazo.
Buscamos por un lado y por otro, Paula, hasta que la búsqueda misma se extingue por puro cansancio, porque ya no da más de tanta frustración. La búsqueda y el ego son la misma entidad, ilusoria y afanosa, que pretende llevarnos por sus caminos de fantasía.
ResponderBorrarMelvyn Wartella ha examinado a fondo estas peripecias del ego y acierta en señalar que la aparición de la personalidad como factor de crecimiento individual de conciencia tiene un límite, luego del cual se distorsiona y provoca los estragos de una sociedad egocéntrica y conflictiva. Por eso, con un poco de lucidez, se verá que salirse de allí es un alivio. No hace falta seguir los caminos ilusorios de la multitud. Estar solo o estar sola no es malo. No es ni bueno ni malo, en realidad. Es lo que somos. Nosotros somos soledad, somos silencio, somos conciencia. Lo demás es un invento. El ego.
Gracias por tus reflexiones, amiga. Un abrazo.