(Apuntes de un diario personal)
Fulano está sentado en medio de la primavera. La totalidad de la vida se manifiesta en torno a su persona y a través de él. Por aquí vemos pájaros que revolotean en torno a las migas que ha dejado algún comensal de la plaza, de ésos que salen de la oficina a la hora de almuerzo y comen ahí mismo, entre árboles, una fuente y la gente que pasa. En torno, el sonido de los autos que pasan se mezcla con las voces no diferenciadas de la gente. Reinando por todas partes, el sol, que increíblemente está aquí mismo, acaricia las veredas y las flores, aunque muchos piensan que está lejos. Pero Fulano ignora por completo que está en medio de la primavera.
En este momento, Fulano piensa: “Tengo que conseguir un poco más de dinero, así puedo comprar un auto más nuevo, además de pagar las deudas. No sé para qué habré comprado ese televisor de última onda, pero bueno, es lo máximo. La cara que puso Pepe cuando vino de visita la última vez. Realmente, lo sorprendí. El sonido estereofónico, la pantalla grande, en fin…”
A Fulano, sin embargo, no le alcanza. Las cosas que tiene no lo colman. Quiere más. No sabe por qué, pero siempre quiere más.
Examinemos la situación. La vida se manifiesta en forma de primavera, de árboles, de pájaros, de sol, de gente que anda por la calle y de Fulano que está oscurecido por sus propios pensamientos, ahí, en la plaza, pidiéndole cosas a la vida.
Si yo fuese un ángel, me acercaría en puntas de pie a Fulano y le diría, susurrante, al oído: “La vida te da la vida, ¿qué más quieres?”
Pero Fulano no me escucharía. No está escuchando ni a la misma vida, siquiera, ¿por qué habría de escucharme a mí?
Otra cosa, Fulano, estás encerrado en una celda separada de la vida. Y esa celda eres tú mismo; mejor dicho, una imagen que te haces de ti mismo.
Es muy simple. Primero piensas: “Yo tengo mi vida”. Por lo tanto, tú estás por un lado y la vida por el otro. Luego piensas: “Para reforzar esta vida propia, necesito tales y cuales cosas, dinero, prestigio, que me den amor, que la gente reconozca mi valor, que la existencia pase lo más descansada posible, etc.”
Tienes un listado completo de peticiones. De hecho, cada vez que respiras, estás pidiéndole a la vida esto y aquello. “Tu” vida (eso que llamas “tu” vida) consiste en pedirle a la vida.
Mientras tanto, estás respirando porque la vida te respira. Y el corazón te late, porque la vida entera está latiendo para ti. Ja. Parece que vives al revés, Fulano.
Hace unos días, nos encontramos en un café. Me dijiste entonces: “Deberíamos cambiar de vida”. ¿De qué hablas? Supuestamente, nos “conocemos” desde hace años. Y hace tantísimo tiempo te vengo diciendo: “No hay nada que cambiar, la vida es lo que es, nunca será lo que quieras tú”. Pero claro, tú eres sordo, no debería olvidarlo.
Cada vez que le pides algo a la vida, te imaginas que eres algo distinto de la vida, una entidad separada, autónoma, con vida propia, con voluntad independiente.
Tú no eres eso, Fulano, te imaginas que eres eso.
Ahora pasa una nube y está ocultando un poco del sol. Pero ni te has dado cuenta, Fulano. Estás pensando en que tu mujer te abandonó. Y es la segunda que te abandona.
“La vida me está queriendo decir algo”, admitiste aquella vez, cuando tu (segunda) mujer se tomó el tren y no volvió. Claro que sí, pero la vida no sólo habla castellano. Tiene un lenguaje más amplio, imaginativo y perfecto: lo inevitable.
En ese lenguaje, la vida te explica con toda claridad: tú crees que eres alguien separado de la vida. No es así. Eso es pura ilusión.
Te la pasas pidiéndole a la vida, exigiéndole que te dé felicidad, dinero, seguridad, amigos, prestigio, y quién sabe cuántas cosas más. Ese quehacer absurdo, el de exigirle a la vida, te hace creer que estás separado de ella.
Peor aún: te hace creer que eres alguien. Alguien con vida propia, alguien con voluntad autónoma, alguien distinto de la vida.
Tu verdadero problema, Fulano, es que tú consideras que la vida es un problema y que la vida debe darte soluciones.
Claro, la raíz de tu conflicto es que quieres ser distinto de la vida. Pero eres vida, no algo distinto. Eres la vida misma, un misterio.
Ya te lo he dicho mil doscientas cuarenta y siete veces, Fulano. La vida no es un problema, es un misterio. Pero cuando te lo digo, tú piensas: “Esta tipa me trae más problemas. ¿Qué es eso de que la vida es un misterio?”
Claro, si la vida es un insondable misterio, tú no puedes controlarla. No sabes a dónde vas, no sabes lo que estás haciendo. Este asunto de no saber te pone loco. ¿Qué problema tienes con no saber? ¿Por qué deberías alterarte?
Mira, ahí pasa una mujer embarazada. Ella ni sabe qué es todo esto. Lleva una nena en la panza, o un varón, quién sabe. Nadie sabe nada, Fulano.
Si la vida es un misterio, eso es lo que tú eres. Eres el misterio de la vida. ¿A quién le importan tus deseos?
“Tú te mereces algo mejor”, susurró la serpiente en tu oído. Le creíste y ahora estás fuera del Paraíso.
Deseando.
Deseando el Paraíso, claro.
Así que tú tienes una vida propia, eres alguien autónomo y estás luchando con toda “tu” voluntad para que la vida, de una vez por todas, te dé todo lo que vienes pidiéndole.
Esa es tu ilusión. La de ser alguien separado. Y para ser alguien separado, le exiges a la vida. Te has olvidado por completo de que tú mismo eres vida.
El “ego” consiste en eso. Es un cúmulo de exigencias que le hacemos a la vida. Si te quedas sin exigencias, te quedas sin ego. Y cuando te quedas sin el ego, entonces ya no tienes una vida particular y distinta. Mejor dicho, ya no tienes vida: eres vida.
Si el ego se disolviera, descubrirías por ti mismo lo que eres. Esto no quiere decir que “sabrás” lo que eres. No se trata de saber ni de ignorar. Sencillamente, eres lo que eres. Eso está aquí mismo, ahora. Está por debajo de todas esas capas de exigencias que le haces a la vida. Tú eres eso.
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Extraído del libro "Gracias a la Vida", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Foto: Plaza Francia, barrio de Recoleta, Buenos Aires
Hola Furia,
ResponderBorrarmuy buena descripción de Fulano, es decir, los quehaceres de la mente desatada a sí misma, el ego, el individuo aparente. ¡Qué bien se ve así a través de un relato!
Hay un punto, de otro asunto, que quiero resaltar porque creo que en torno a él hay muchos malentendidos y tú lo explicas a la perfección: "Si el ego se disolviera, descubrirías por ti mismo lo que eres. Esto no quiere decir que “sabrás” lo que eres. No se trata de saber ni de ignorar. Sencillamente, eres lo que eres". Exacto. Esa distinción entre "saber" y descubrir es fundamental porque si no se asocia "saber quién eres" con otro conocimiento objetivo más. Se trata, como dices, de un descubrimiento o reconocimiento más allá del saber o ignorar.
Bueno, Furia, que me extiendo demasiado pero es que me entusiasman estos relatos.
Un abrazo amiga!
Entusiasmada yo también por este texto y la puntualización de José Manuel. Y es que en este misterio que somos el ego sólo quiere etiquetarlo todo, meterlo en cajitas y tenerlo todo controlado.
ResponderBorrarUn abrazo grande!
y aún así con millones de Fulanos "equivocados" en todo este loco mundo, la perfección se expande a "su manera" sabiendo y sin saber de si misma.
ResponderBorrarTa güena la onda...pobre Fulano, no???
un saludo
Santosham
Hola Furia:
ResponderBorrarEste Fulano, que baila al ritmo de "salud, dinero y amor", está siempre visible o agazapado, no me parece que lo podamos desterrar completamente, pero solamente al poder identificarlo le vamos quitando fuerzas, y la vida se encarga de que sus ilusiones se desvanezcan una a una.
Buen relato, gracias Furia.
Impresionante entrada,Furia!!
ResponderBorrar"La vida es lo que nos va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes", decía John Lennon. Mäs o menos como al pobre Fulano, al que todos conocemos.
Un beso enorne,amiga.
No, la vida nunca será lo que tú quieras, porque la vida no te persigue ni te espera a ver si te decides a vivir.
ResponderBorrarPor eso nada hay que esperar solo correr a la par de ella.
Ya que es un milagro disfrutémoslo
Muy bueno furia un abrazo..
Buenas noches Furia, mañana te leo, me caigo de sueño
ResponderBorrarfeliz noche
Hola Furia, aqui me tienes de nuevo, sentada en el parque contigo y con el fulano, pobrecito le podias haber puesto otro nombre no sé "don nadie" por ejemplo, suena algo mejor
ResponderBorrarbueno , que me inspira ternura el tal fulano, todos hemos sido algo fulanos (y no digo fulanas porque aqui en España, no creo sepas lo que quiere decir) , a lo que iba, está tan absorto en su mediocridad de vida, que no tiene ojos para ver, ni oidos para oir, seguro le llega el momento de la reflexión y del despertar, la vida es muy generosa y de una manera o otra se nos manifiesta en todo su explendor cuando menos lo pensamos, con su sabiduria nos toca y de pronto se produce el milagro
que me fui....me encantó tu entrada y me apiadé de don nadie o de fulano que somos un poco tod@s
un fuerte abrazo amiga
Coincido con eso que dices, José Manuel: si crees que ya sabes lo que eres, entonces estás nuevamente tratando de encerrar el ser en tu mundo conceptual. Y otra vez te separas de “Lo Que Es”. Toda búsqueda pivotea con el buscador como centro. Y el centro siempre es el Fulano, el que quiere a toda costa que la vida sea como a él se le antoja.
ResponderBorrarSí, Zanara. El miedo a perder el control es la clave de esa actitud conservadora de Fulano. Es el último reducto del miedo. Ya sabemos que el personaje controlador no existe. Sin embargo, sigue controlando. ¿De qué sirve saber que no existe, si continúa con el control en su mano? La respuesta es acción, es un movimiento que “para” el mundo. Un abrazo, amiga.
ResponderBorrarTu comentario, Santosham, está enfocado en el no juzgar. No existe ningún Fulano equivocado ni acertado. Son todos juicios de otros fulanos. Mientras tanto, la “perfección” (por llamarla como tú la llamas), sigue siendo lo que es, no consigue placer ni sufrimiento, no obtiene ilusión ni desilusión. Está despierta en medio del sueño. Es el sueño y el despertar al mismo tiempo, pero no es ninguno de los dos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Así es, Delia. La vida se encarga de que las ilusiones de Fulano se desvanezcan una tras otra. Por eso, no hace falta desterrarlo. Por otro lado, ¿cómo desterrar a una ilusión, si es algo que no existe?
ResponderBorrarSe me ocurre pensar que es como el cuento de los Reyes Magos. Una vez que se ve, una vez que te has desilusionado, ya no vuelves a creer en la existencia de esos personajes de ficción. Lo que hace falta, en el caso del Fulano (que cada uno cree ser) es desilusionarse de verdad. Y entonces, ya no vuelves a creer ni en los Reyes Magos, ni el personaje de Fulano que yo creía ser ni en “mi vida” como una entidad separada. Coincido contigo, entonces, en que verlo le va quitando fuerzas. Hasta que se desvanezca del todo y de una vez. Un abrazo.
Hola Neytiri. Cuántas cosas le pedimos a la vida. Los planes son buscadores de resultados. Queremos que la vida se adapte al resultado que nos interesa. Y así nos va. Gracias por tu visita. Un beso para ti.
ResponderBorrarNada que esperar, Nanako. Tal sería el milagro. Quedarse aquí, siendo la vida misma. Un besoto.
ResponderBorrarHola Arianna. Eso que dices de las “fulanas” lo ignoraba. Pero, bueno. En cuanto a la piedad, ése es el juego del Fulano. Está empecinado en ser una víctima de la vida. Y cuando le tenemos lástima, consigue que le prestemos atención de la manera que más le gusta: sintiéndolo víctima. Así, su personaje se refuerza.
ResponderBorrarDices que la vida es generosa, y es verdad. Pero si alguien se siente separado de la vida, tendrá una vida mezquina. Creerá que la tiene, en realidad, porque no es suya. Y la vida verdadera, la totalidad del ser, está floreciendo aquí sin que la pueda vivir en su plena expresión.
Todo esto es una descripción y nada más. No hay nada que hacer con el Fulano, tal como apuntaba Delia. El Fulano es nada más que una ficción y quien quiera hacer algo con ello, otra ficción.
Un abrazo grande para ti.
Wowwww!... Querida Furia, me encanta!!!
ResponderBorrarHablas tan sencillo, pero tan repetido en diversos matices que llega claro y profundo!!!
Vivir como mísero teniendo una gran e ilimitada cuenta en el banco de la Vida...
Como bien dices, es lo que es, Don Fulano no "tiene que hacer" nada... tampoco podría/podríamos...
Un besazo grande grande, amiga mía
Una radiografía del estado lamentable al que nos ha reducido el ego. ¿A quién le importan tus deseos?, le pregunta la vida a Fulano.
ResponderBorrarPero Fulano es el sordo más famoso.
Es un espejo donde, si no cerramos los ojos, podemos vernos.
Sí, querida Joy. Este Fulano quiere hacernos vivir como miserables, qué bien lo has dicho. Y tenemos una riqueza sin límites aquí, ahora mismo... Somos la vida.
ResponderBorrarGracias por tu visita. Un beso grande para ti.
Hola, Oso. Tienes razón, podemos usarlo a Fulano como espejo. Ahí estamos, mezquinando a la vida lo que tan generosamente la vida misma nos da. Un abrazo
ResponderBorrarFuria querida la vida es tan seria y nos la tomamos tan a la tremenda a veces, que intento desmitificar, ironizar y hasta darle algo humor,
ResponderBorrarEntendí tu mensaje pero le quise dar otro puntito de pimienta, a veces tanta canela empalaga (y no es una justificación ),
sólo eso, vamos, que sigo apidiándome de tod@s hasta de mí
un besazo