(Apuntes de un diario personal)
No saber es la apertura de mi mente a lo que la mente no puede conocer. ¡Qué alivio, qué profunda liberación!
Cuando no sabe uno quién es, se produce una apertura, se abre una grieta en la estructura de la mente. En ese momento, la mente no está ya presa en la última definición de la propia identidad, o en la batalla entre la última definición y la definición habitual. En ese momento hay silencio. No surge ninguna definición ni el estar de acuerdo o en desacuerdo con ella. Hay solamente silencio.
Y Papaji dijo: “Eso es exactamente quien eres”.
Gangaji
Sólo el silencio puede revelar
la magia del silencio. Te lo nombro
para que así te dejes deslumbrar,
como yo, por la llama de su asombro.
Es esta llama que consume al mundo,
creado y devorado por su boca,
lo que revela ese lugar profundo
donde eres la luz que el ser provoca.
Y es en esta presencia de la hoguera
donde a la vez descubres que eres fuego
y eres leña: mentira verdadera.
Es aquí donde juegas todo el juego:
el silencio te incendia de tal modo
que a la vez siendo nada lo eres todo.
Vita Preziosa
Para no escuchar el silencio que eres, te inventas una persona. Y luego andas diciendo y repitiendo por todas partes: “Yo soy yo”.
Te digo que eso que llamas “yo” es un sueño. Sueñas que me escuchas. De pronto despiertas y dices: “ah, todo esto es un sueño”. Si todo esto es un sueño, hay alguien dentro del sueño que está soñando su despertar.
La vieja pregunta: ¿Quién sueña y quién despierta?
Mejor dicho: ¿Quién eres?
Lo que nació debe morir. Solamente lo que no nació es inmortal. Encuentre qué es lo que nunca duerme y nunca se despierta, y cuyo pálido reflejo es el sentido del “yo”.
Nissargadatta Maharaj
¿Qué es eso que nunca duerme y nunca despierta? Es el vasto silencio que, sin principio ni fin, anuncia: Yo Soy Lo Que Es.
Dice Wei Wu Wei: “La comprensión esencial es que en realidad nada es. Esto es tan obvio que no se percibe”.
Si nada es, entonces yo (esta supuesta entidad personal que llamo “yo”) no puedo percibirlo, porque cultivo la superstición de ser alguien o algo.
Sólo cuando descubres que eres nada estás en condiciones de percibir que nada es.
Sueñas que eres una reina. Todo se desarrolla en el sueño con la normalidad cortesana de los reinados. Tus súbditos viven nada más que para rendirte pleitesía. Y quienes se atrevan a no agachar la cabeza, la perderán en la guillotina. Esto sigue así durante un tiempo que parece muy largo hasta que, de pronto, despiertas.
Y bien, no eres una reina. Al despertar, la reina ha muerto.
La metáfora del despertar se ha utilizado con mucha frecuencia. El problema es que muchos creen que si despiertan seguirán siendo la misma persona. Es decir, una misma persona pero ahora “despierta”.
No es así. Cuando despiertas, dejas de ser una reina y dejas de ser una persona. Te quedas sin esa creencia del ego, la de ser una persona separada con autonomía y vida propia. Ahora te descubres como conciencia absoluta.
Otra cosa: no te has convertido en conciencia absoluta. Siempre lo has sido, sólo que, en tu sueño, creías que eras una reina.
Angelo Nero – Bueno, entonces todo esto es fácil. Sólo tengo que rechazar todo lo que no soy.
Turiya - ¿Quién rechaza?
AN – O quizá tengo que aceptar todo lo que soy.
T - ¿Quién acepta?
AN - ¿Quieres decir que no puedo hacer nada?
T – Si te empeñas en hacer nada, será siempre un sueño el que lo haga. Todo lo que hagas dentro del sueño será más sueño.
AN – Pero si lo veo como sueño, entonces estoy despierto.
T – Sí, claro. Dentro del sueño.
AN- ¿Por qué dices eso? Si despierto, entonces ya no estoy en el sueño.
T- Si tú eres un sueño, como ya hemos visto, hasta tu despertar será un sueño.
AN - ¿Estás diciendo que yo soy el sueño?
T – Exacto.
AN - ¿Eso quiere decir que no tengo escapatoria?
T - ¿Quién necesita escapar de qué?
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Extraído del libro "Gracias a la Vida", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Quién?
ResponderBorrarEso digo tambien ¿Quien?
ResponderBorrarel diálogo es humano, se puede tocar lo demás es mera ilusión
abrazos
Lo que es no se percibe a sí mismo. El centro de todo está en ninguna parte. La confusión se da porque crees ser quien crees ser. Lo que puedes ver en ti es lo que no eres.
ResponderBorrarHola Furia,
ResponderBorrarmuy bien explicada la analogía del despertar. Es cierto, frecuentemente se habla de una "persona despierta" lo que indica esa comprensión incorrecta de la que hablas. Si el despertar ocurre la persona "desaparece" para ese ser, es decir, deja de tener el carácter de realidad absoluta que tenía.
Muy buenos esos diálogos. Un abrazo!
Silencio...,no saber...
ResponderBorrarAlivio...liberación.
Un abrazo querida Furia Del Lago.
Así es, Amelia. “Quién” puede ser una idea, o un sentimiento de la mayor profundidad. En eso estamos.
ResponderBorrarComo tú dices, Arianna, el diálogo es de conciencia a conciencia. Pero no son dos, es una sola. Lo demás es ilusión. Un abrazo.
ResponderBorrarBueno, de eso venimos hablando, Anónimo. Quién crees ser. Y esta vida para descubrirlo.
ResponderBorrarEl despertar del sueño y la disolución del personaje que se creía rey del sueño.
ResponderBorrarLa analogía como puerta. Pero la puerta del infinito no tiene forma.
Un abrazo, José Manuel.
Bienvenida, querida Peregrina. Este alivio de ser quien soy y de ser quien eres. Gracias por compartirlo. Un abrazo.
ResponderBorrarMe aferro a mi a esa persona que creo que soy para no despertar y ver que nada queda solo el silencio es mi compañero, este de aquí y ahora.
ResponderBorrarMuy bueno furia un abrazo.
Y cuando se ha llegado hasta aquí, se descubre: "Yo soy el silencio". Un besote, Nanako.
ResponderBorrarCual hijos pròdigos regresamos a nuestro hogar, el silencio. Saludos cordiales, Furia del Lago.
ResponderBorrarHay un elemento, en estos apuntes, que me parece fundamental: la revelación de que el silencio nunca duerme y nunca está despierto, como dice Maharaj.
ResponderBorrarDescubrirlo a través del silencio mismo, eso es lo que nos convoca.
Hermosa imagen, la del hijo pródigo. Gracias por la visita, Antonio.
ResponderBorrarSí, Oso. Vamos dejando que el silencio se encargue de todo. Vamos descubriendo que somos el silencio.
ResponderBorrarGracias amiga, qué buen diálogo entre Ángelo Nero y Turiya: acabas sin tener donde cogerte, sin asideros, sin soportes, el ego se ve tal cual es, puro espejismo, nadie.
ResponderBorrarUn abrazo!
Así quedamos, Zanara. Nadie hablando con nadie. Siendo tú y yo el mismo silencio. Sin separación. Con un tácito abrazo.
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