lunes, 18 de abril de 2011
Relámpago Que Soy
Observa el instante como si fueras el instante mismo: aquí nace y muere al mismo tiempo. Su velocidad es tan grande que recorre el infinito de un extremo al otro y, por lo tanto, no va a ninguna parte. Es el relámpago que se muerde la cola. Todo lo que estás viendo ahora, casas, autos, gente, árboles, luces y sombras, ilusorias novelas, todo esto está muriendo ahora mismo en la hoguera de las vanidades. Inclusive tu afán de conseguir algo o de llegar a alguna parte.
En medio de la hoguera puedes oír una voz altanera proclamando: “Yo quiero hacer lo que me venga en ganas”.
Pero es nada más que otro leño crepitando en la hoguera del silencio.
¿Cuál es la puerta que necesitas atravesar para vivir aquí?
Te estoy viendo,
relámpago
que me llevas
de paseo
por el relámpago
que soy.
El instante recrea, en la persona, el encuentro del padre y la madre. Fuego y agua conviven aquí, entrelazados, configurando la misteriosa unidad de Todo y Nada.
Míralo en esencia: el instante, ¿es presencia o es ausencia?
Al margen de todo significado, al margen de ningún significado, la presencia y la ausencia son disfraces de la única esencia.
Esto puede pasar por mera especulación filosófica, pero cuando se descubre que el misterio recorre nuestras venas, tapar la luz del sol con el dedo es tarea inútil.
Vital consejo:
atiende a la raíz
y no a las ramas.
La máquina de conseguir,
también llamada mente,
puede disminuir la velocidad,
irse aquietando,
cada vez más,
hasta que se aquiete del todo.
Y cuando ya
no tiene nada que conseguir,
lo consigue todo.
Entonces, para burla
de todas las paradojas,
se convierte
en el relámpago mismo,
este relámpago que inventa
y destruye todos los mundos.
Así se revela el truco mágico
de la inocencia:
simplemente ser.
Si eres el relámpago,
es imposible
que el relámpago te queme.
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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda
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Hola querida Furia:
ResponderBorrarQuien sabe cuál es la puerta que necesitas atravesar para vivir aquí quizás sea desnudarnos a la vida para ver el relámpago. Menos mente ,menos mente o sea más silencio .
Un abrazote.
Maravilloso!!! ese es el truco mágico, la inocencia que se recupera en el simple ser.
ResponderBorrarUn abrazo.
Si te das cuenta de que eres ESO -RELÁMPAGO- (siempre lo eres aunque no lo veas), los sufrimientos acaban...
ResponderBorrarSi vuelves a caer en la vieja trampa y te identificas con los "objetos de la mente" el sufrimiento vuelve...
"Vital consejo: atiende a la raíz y no a las ramas".
Gracias Furia! Maravilloso y lúcido mensaje el que nos traes! Un abrazo, amiga! Namasté......
Que se podría añadir a lo dicho?.
ResponderBorrarNo tengo palabras. Absolutamente maravilloso.
Un abrazo.
Excelente!
ResponderBorrarEn el simplemente ser la mente se pierde y gana no ser mente, ni relámpago ni fuego, ni nada que queme.
Si relampaguea es sólo el tiempo, es vano, intrascendente, carente de Amor, de ser.
Pero si esa misma luz no encuentra contraste, no hay rayo, ni destello, sólo Luz, sólo Amor, simplemente ser!
Gracias Furia por este extracto tan inspirador!
Dan ganas de comprarse todos tus libros y devorarlos tan rápido como un rayo!
Pero no es tu presencia ni tu ausencia, sino tu esencia la que ilumina!
Gracias por tu luz!
Un abrazo en el Amor que relampaguea en la noche del alma!
"el misterio recorre nuestras venas", otra frase magistral que me "vuelve en sí" y ya van unas cuantas de este manantial inagotable llamado Furia.
ResponderBorrarMuchas gracias!, abrazos!!
Excelente texto.
ResponderBorrarUn abrazo relámpago.
Saludos!!!
Cuánta claridad! Como José Manuel, esta frase ya forma parte de mi bagaje: " ... cuando se descubre que el misterio recorre nuestras venas, tapar la luz del sol con el dedo es tarea inútil..." GRACIAS AMIGA!
ResponderBorrarMenos mente y más silencio. La consigna de hierro. Un besote, Nanako (y feliz cumpleaños).
ResponderBorrarLa inocencia, o simplemente ser. Bien dicho, Delia. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, el relámpago ilumina el instante, o el instante ilumina el relámpago. Un abrazo, Gorka.
ResponderBorrarMe alegra que te guste, querida Tina. Siempre es grato encontrar resonancia. Un abrazo.
ResponderBorrarVaya, Willy, todo es una explosión de conciencia y nosotros estamos aquí, en el medio de la hoguera. En tales condiciones, qué se puede hacer sino arder… Un abrazo.
ResponderBorrarSí, José Manuel. Zambullirse en el misterio, o entrar en el abismo que llamamos yo y que, en realidad, es indescriptible. De eso se trata. Un abrazo.
ResponderBorrarUn abrazo relámpago, J.C.
ResponderBorrarGracias, querida Victoria. Como siempre, nos encontramos y nos abrazamos en la luz.
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