sábado, 23 de abril de 2011
Paracaidista
Cuando iba yo a la escuela secundaria, me ocurrió una vez que tuve una serie de problemas de todo tipo. Me saqué una mala nota, perdí la oportunidad de ingresar en un equipo deportivo que me interesaba y, como frutilla del postre, tuve una pelea bastante “grave” con una amiga. Todo eso, más o menos, en un período de cuarenta y ocho horas.
Mi papá se dio cuenta de que andaba yo con la cara larga y me preguntó qué me pasaba. Cuando le conté, para mi total enojo, se largó a reír.
- No te enojes – me dijo al ver mi cara de girasol en día nublado -. Justamente, lo que debes aprender es a sacar provecho de las adversidades. Para eso, lo primero que te conviene aprender es a no tomarte tan en serio. Siempre es mejor ver las cosas con humor.
Me contó entonces un cuento de Anselmo Cataldo, porque sabía perfectamente que es mi personaje favorito y mi auténtico maestro.
Resulta que Anselmo Cataldo estaba tomando clases de paracaidismo. Una tarde, Anselmo y su instructor estaban en el avión y se asomaron a ver el campo, allí abajo, a tres mil metros de distancia.
- No hay por qué preocuparse – le aseguró el instructor -. Salte, cuente hasta tres y tire del cordón de apertura. Si falla, tire del cordón de reserva. En tierra, lo estarán esperando en una camioneta.
Anselmo aspiró profundamente y se tiró al vacío. Después de la caída libre, contó hasta tres y tiró del cordón de apertura.
No sucedió nada, así que tiró del cordón de reserva. La cuerda se rompió y el aire se llevó unas cuantas hebras.
- ¡Maldición! – exclamó Cataldo -. Apuesto a que allí abajo tampoco está la camioneta.
(Moraleja: El arte de no tomarse en serio es lo único que vale la pena de tomarse en serio).
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Extraído del libro "Costumbre de Perder la Costumbre", de Furia del Lago - Editorial Ananda -
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarHola Furia,respecto a esto el incomparable Nasrudín dijo:
ResponderBorrar- Solamente los niños o los estúpidos buscan la causa y el efecto en el
Mismo cuento.
Saludos cordiales.
ResponderBorrarFuria del Lago.
Importante es probar.
Probar de todo.
Lo que sirve se queda, lo que no...
Es especial probar las cuerdas de la esperanza.
Atentamente
Erick Bojorque
je, buena moraleja que, sin lugar a dudad, es uno de los mejores bálsamos para nuestra propia ignorancia-estupidez-arrogancia... y buen maestro en ese arte Anselmo Cataldo.
ResponderBorrarUn abrazo Furia.
Si, si... pero si ninguno de los dos cordones funciona...... seguro que no pensamos en camionetas!! jejejeje!!
ResponderBorrarSaltemos todos al vacío pleno de la Vida!
Gracias Furia!
:D jajaja muy bueno!
ResponderBorrarGracias amiga! Un abrazo.
Hola, Nanako. Gracias por la reflexión. Un besoto.
ResponderBorrarGracias Erik por tus palabras. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, José Manuel. Hasta se puede encontrar un lado humorístico a la peor de las situaciones. Ja.
ResponderBorrarY bueno, Gorka, dicen que tirarse en paracaídas es un buen método para dejar abruptamente de pensar. Ja. Ja.
ResponderBorrarMe alegra que te haya gustado. Gracias a ti, Victoria. Un abrazo.
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