La división entre tú y el mundo es imaginaria. Por lo tanto, el mundo no te está haciendo nada y tú no le estás haciendo nada al mundo.
¿Qué es el mundo? Una idea de alguien que se cree separado del mundo.
¿Cómo hace el padre para enseñarle al niño de un año a inventar el mundo? Le dice: “tú eres tú”. O bien: “Tú eres Juan”. Así, Juan aprende a separarse, a sentirse a sí mismo separado. “Este cuerpo soy yo; el resto es el mundo”.
El adulto va caminando por la calle y, de pronto, es asaltado por la inocencia: “Yo soy el mundo”.
Este momento de inocencia es el que hace desaparecer, por igual, al ego y al mundo.
Observa conmigo la inocencia. Mira cómo, silenciosa y toda ojos, anida en el niño que palpita dentro de tu corazón.
Buscas un significado para el mundo que inventas. “Ah, si tuviera un significado – le dices al espejo -, eso justificaría el haberlo inventado”.
Así, arremetes contra enemigos imaginarios y son molinos de viento; le escribes al cielo un poema con forma de nube y no puedes recordarlo; estás yendo de viaje y siempre estás aquí.
Te dije que mires por donde caminas. Acabas de tropezar con la inocencia que te advierte: “No me pierdas de vista o tropezarás conmigo”.
¿Qué es el mundo? Una idea de alguien que se cree separado del mundo.
¿Cómo hace el padre para enseñarle al niño de un año a inventar el mundo? Le dice: “tú eres tú”. O bien: “Tú eres Juan”. Así, Juan aprende a separarse, a sentirse a sí mismo separado. “Este cuerpo soy yo; el resto es el mundo”.
El adulto va caminando por la calle y, de pronto, es asaltado por la inocencia: “Yo soy el mundo”.
Este momento de inocencia es el que hace desaparecer, por igual, al ego y al mundo.
Observa conmigo la inocencia. Mira cómo, silenciosa y toda ojos, anida en el niño que palpita dentro de tu corazón.
Buscas un significado para el mundo que inventas. “Ah, si tuviera un significado – le dices al espejo -, eso justificaría el haberlo inventado”.
Así, arremetes contra enemigos imaginarios y son molinos de viento; le escribes al cielo un poema con forma de nube y no puedes recordarlo; estás yendo de viaje y siempre estás aquí.
Te dije que mires por donde caminas. Acabas de tropezar con la inocencia que te advierte: “No me pierdas de vista o tropezarás conmigo”.
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Extraído de "El Amor es Todo lo que Hay", de Furia del Lago, Editorial Ananda
Muy bueno Furia, de todas todas, así es...
ResponderBorrarHasta que deja de SER.
un saludo
Gracias por la inspiración :-)
ResponderBorrarTropecemos mil veces con la inocencia, hasta que la hagamos nuestra de nuevo!
ResponderBorrarGracias, querida Furia, por esta brisa fresquita, que me ha hecho sonreir.
Un abrazo muy luminoso! <3
<3 era una prueba, por si salia un corazoncito para ti. ;)
ResponderBorrarFuria, hermosa manera de expresar y animar a encontrar la inocencia en nuestro interior:"Observa conmigo la inocencia. Mira cómo, silenciosa y toda ojos, anida en el niño que palpita dentro de tu corazón".
ResponderBorrarGracias Furia, un fuerte abrazo.
Qué buena, Furia, esa expresión de "asaltado por la inocencia". Son verdaderos momentos de Gracia en los que tendríamos que zambullirnos cuando vengan, y suplicar para que vengas más y más...
ResponderBorrarGracias amiga, un abrazo.
Hola furia:
ResponderBorrarLA inocencia de la vida
Yace en lo que la memoria resta
Para ganancia de espacio.
Pobre, pues, de los acorralados
En las cada vez más sabias
Y deshabitadas estancias de la memoria,
Sin otro cuerpo para embarcar
Que estas líneas a ninguna parte.
José Carlos Cataño
(de A las islas vacías, 1997)
Según parece, no hemos perdido la inocencia, sino que la hemos sepultado bajo un montón de residuos culturales. De “significados”, como dice tu texto.
ResponderBorrarEstos escritos me dejan con un sabor a revelación intenso. Gracias, Furia. Un abrazo.
Gracias Furia, llevo unos dias apartada del mundo literalmente hablando, nada me seduce, todo me parece una fanfarria, la gente un bla bla bla... incesante que me aturulla
ResponderBorrarhago un impás y vuelvo a ver la claridad en algún momento que me alivia y me lleva hacia adentro allí todo está oscuro , pero si aguanto de pronto se hace la luz
En esta entrada me aligero un poco más y me vuelvo inocente , desde donde se percibe la belleza de las cosas y se sienten con esa fuerza en la cual la ignorancia es tan beneficiosa
Un buena entrada Furia, digna de reflexión y de vida
abrazos de inocencia para tí
Así es, Santosham.
ResponderBorrarHola, Toni. Confiemos en la inspiración.
ResponderBorrarBueno, Sina. Acepto la propuesta. Volvamos a ser inocentes.
ResponderBorrarSina, otra vez. El corazoncito que te dibujo es tan explosivo que no tiene bordes, así que no puedo meterlo en ningún lugar. Pero es igual al tuyo, imagínate. Un abrazo inmenso, inmensurable, sin medida.
ResponderBorrarHola, Queoquina. Las cosas profundas sólo se escuchan desde lo más hondo. Y me han llegado tus palabras, me han llegado muy hondo, palabra que sí. Gracias por la visita. Un abrazote.
ResponderBorrarHola, Queoquina. Las cosas profundas sólo se escuchan desde lo más hondo. Y me han llegado tus palabras, me han llegado muy hondo, palabra que sí. Gracias por la visita. Un abrazote.
ResponderBorrarQue la inocencia cumpla con su trabajo y no haya nadie que la corrija. Así es, José Manuel. Una oración que cumple de inmediato con su pedido. Un abrazo.
ResponderBorrarQué bueno, Nanako, haber traído estos versos del tinerfeño José Carlos Castaño. Un poco más de inocencia no le viene mal al infinito, hecho todo de inocencia. (Un besote).
ResponderBorrarSí, Luciana, me llena tu reflexión. Porque es así: la inocencia está toda tapada de basura cultural. Gracias por la visita.
ResponderBorrarLa inocencia como curación total, Arianna. Un beso grande, amiga.
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