Existe un entrenamiento de alto vuelo, llamado “Con los Pies Sobre la Tierra”, que no tiene finalidad ni tampoco mapa, y cuyos efectos sobre el aspirante a la Armonía Natural son inmediatos. Algunos maestros de la antigüedad, para definirlo, solían decir que se trata de un método sin método, consistente en “arrancar desde la Beatitud para llegar a la Beatitud”.
Como se puede apreciar de un simple vistazo, carece de historia. Los sufíes pusieron en práctica el juego de inventarse una personalidad impersonal, pero los registros que se conservan de tales operaciones parecen haber sido fabricados para saborearlos, más que para entenderlos.
Rumi, por ejemplo, nos dice:
A nosotros que, sin copa ni vino,
estamos contentos.
A nosotros que, despreciados o alabados,
estamos contentos.
A nosotros nos preguntan: “¿En qué acabaréis?”
A nosotros que, sin acabar en nada,
estamos contentos.
Una personalidad impersonal, vaya retruécano. Sin copa ni vino, ¿de dónde viene el éxtasis?
Si quieres mezclar la respuesta con los negocios que van surgiendo de un sueño tras otro, ay, querida, ya te lo has perdido.
¿A qué viene todo este absurdo esfuerzo que empleas para quedarte a vivir sin esfuerzo?, dicen los maestros del Advaita.
“Es que me cuesta entenderlo”, se queja el aspirante.
¿Qué quieres entender para entrar en el misterio?, te responde la luz que se abre de pronto aquí, en la intimidad de la palabra nunca dicha.
Si olvidas a tu madre, comprobarás aquellas palabras que ella misma pronunciaba, con cadencia singular, cuando te contaba por las noches la historia de las estrellas. “Recuerda siempre que el plato del huérfano es el hueco de su mano”, te decía tu madre.
Eso de la personalidad impersonal, en suma, es una invitación a que examines el esfuerzo que sigues haciendo para quedarte sin esfuerzo y dejarte deslizar por el océano de la vida con esa gracia de la ola que está embarcada en el impulso de lo desconocido.
Pongamos por ejemplo estas señales de Vita Preziosa, escritas en verso:
En silencio te habla este silencio
que sin límites sabe lo que alberga.
¿Qué quieres preguntarle que no sepa?
“Ahora que ya puedes tú ser yo
la gloria de vivir podemos darnos”,
responde con lenguaje no estrenado.
Ahora que ya puedes aceptar que eres silencio, entonces la cualidad del camino sin meta se te puede mostrar como la meta sin camino.
****************************************************
Extraído del libro "Simplemente Ser", de Furia del Lago - Editorial Ananda
Al final todo es nada
ResponderBorraren el silencio encuentro la respuesta
Siempre me toca leerte de noche ya, pero hay algo que me lleva a quedarme extasiada releyendo estos versos
....“Ahora que ya puedes tú ser yo.......
más que entenderlo los saboreo también
Mi querida Furia, gracias
Hoy no se que es el silencio...
ResponderBorrarmi mente está como una holla de grillos...
mis emociones ...todas a flor de piel...
¿Que hacer...nada, solo observar este oleaje...es lo que hay ahora.
Un abrazo querida F.D.Lago.
Hola Furia,
ResponderBorrarEso quizás hace el momento presente tan interesante y es que con los pies en la tierra, hemos proyectado tánta fuerza y tanta esperanza con los conceptos hacia veinte que se han ido ya, que ahora nos encontramos con que nuestros propios conceptos, no mueven una mariposa aunque pase cerca y vaya a favor.
Nuestros conceptos acabarán dando sentido, e iluminarán hasta el tacón de nuestra oscuridad, si nos sabemos poner desde detrás de ella, pues en la tierra, tu dios será siempre tu esclavo, y así, asegurándose de ponerse desde donde incluso le pisan, se sabrá estar iluminando en el presente toda la oscuridad llevándola integrada hacia la claridad.
Un saludo y hermoso tu articulo.
http://agustinfernandezdelcastillo-eltestigo.blogspot.com/
¡Uf!, Furia, sigues "disparando" paradojas tan certeras que el blanco está asegurado.
ResponderBorrarEsa "personalidad impersonal" y "el esfuerzo que sigues haciendo para quedarte si esfuerzo" son obras maestras.
Gracias por esta lucidez tan desbordante. Un abrazo.
"¿Qué quieres entender para entrar en el misterio?" Entender que no hay nada que entender! Qué bueno todo este texto! Gracias amiga por tanta claridad! Un abrazo cariñoso!
ResponderBorrarY bien, el silencio me dice: “tú puedes ser yo” y descubro que soy silencio. Es muy interesante el poema de Vita Preziosa, ¿no crees Arianna? Si lo saboreas, es mejor que entenderlo, porque no hay nadie especial entendiendo nada. Ni siquiera nada que entender. Silencio puro. Un beso, querida.
ResponderBorrarHola, Peregrina. A veces navegamos por la superficie y nos tomamos en serio el ruido de la cabeza. Pero, en el fondo, somos silencio. Un abrazo.
ResponderBorrarSí, Agustín. Incendiar los conceptos en el silencio interno. Y que esa luz ilumine todo y nada. Gracias por la visita.
ResponderBorrarLa paradoja es la visión de la dualidad desde el silencio no dual. Se ve entonces que la duplicidad de los opuestos no existe. Por eso es que, para rezar, cuando somos niños, nos enseñan a juntar las manos. Entonces advertimos que las dos manos son una sola persona. Y lo mismo pasa con la paradoja: los opuestos se anulan entre sí. El secreto: mirarla sin pensar. Un abrazo, José Manuel.
ResponderBorrarEs que, si somos el silencio, Zanara, no hay nada que entender. ¿No es así? Lo que es, es. Un abrazo, querida.
ResponderBorrarSi lo que me das me trae paz esperanza armonía te agradezco a vos furia tu silencio escrito con las palabras de ese lenguaje no estrenado.
ResponderBorrarUn besote.
Un besote, Nanako
ResponderBorrarSi somos el silencio no hay nada que entender... Así es. El que quiere entender es el ego... para conseguir algo.
ResponderBorrarGracias por el perfume de tus textos Furia.
Gracias por tu visita, Gorka...
ResponderBorrar