Zambullirte de pronto en el recuerdo
del abismo que eres tiene el crudo
sabor de un corazón que late cielo.
Salta el resorte de lo inesperado
y ya no sabes quién te roba el suelo:
¿el vino que te bebe si lo bebes
o el preguntón que pierde su sendero
cuando le sigue el rastro? Todo es llama
que tu apariencia quema desde adentro
y en ceniza convierte cada gesto
que das por tuyo. Nada te gobierna
y a la nada te ofrendas sin quererlo.
Qué importan los colores del encuentro
ni el viento que te suelta si lo atrapas.
De repente, recuerdas que eres nada
y con nada te inventas otro cielo.
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Extraído de "El viejo truco de la novedad" - Vita Preziosa - Editorial Ananda
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