Meditar es el viaje de la paradoja, porque consiste en “quedarse aquí”. Habrá quien argumente, con toda lógica, que eso de “quedarse aquí” no puede ser viaje alguno, pero la lógica y el conocimiento silencioso juegan entre sí como el agua y el aceite.
Examinemos a fondo, sin el más mínimo concepto previo, esto que llamamos aquí. Por un lado, aquí jamás es aquí, porque se trata de un paisaje movedizo, que está cambiando constantemente y que resulta ser fugitivo de sí mismo. Por el otro, aquí es siempre aquí, puesto que no puede moverse ni un centímetro para irse a otra parte.
En sí mismo, el presente es un koan, una especie de enigma para no resolver sino para usarlo como alimento del alma.
El koan expulsa el mecanismo mental de introducir la experiencia viviente en el ámbito de lo conocido. Sencillamente, la presencia no se puede amoldar a lo conocido. Sería como tratar de meter un océano en el bolsillo.
Vita Preziosa
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Extraído del libro "Taller de Meditación", de Vita Preziosa - Editorial Ananda